Parte 2

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Nuevamente tuvo esas pesadillas que lo acechaban en sueños de vez en cuando y muchas veces era Sherlock quien lo calmaba con un abrazo acompañado de caricias en sus cabellos dorados. Juntos habían construido un hogar que le daba seguridad al que una vez fue el temido señor del crimen.

Lo mejor de su vida en nueva york eran aquellos momentos con esa persona que ocupaba sus ensoñaciones por completo. Su amor sabía dulce como la más suave crema que cubría los postres que compraban de vez en cuando en esa tienda del centro de la ciudad.

Por otro lado, una de sus grandes preocupaciones era recobrar la salud después de esa caída del puente en donde Sherly lo atrapo finalmente. Recordar ese momento le hacía sentir que su vida fue salvada una y otra vez por aquel que anteriormente fue el único detective consultor del mundo.

Aunque le estaba agradecido por siempre... le gustaba jugar al gato y al ratón pues era muy divertido, ya que seducirlo para después retirarse dejándolo deseoso era una de sus tácticas para mantener viva la pasión de su pareja.

Pero había otro deseo en él y aquel era tener un trabajo como maestro de matemáticas pues eso lo llenaba como nada más. Otra razón para estarle agradecido a su pareja era que este le enseño que debía ir tras sus sueños sin importar los pecados que cometió en el pasado. Así que además de las misiones que le encomendaba la agencia Pinkerton se dedicaba a darles clases a los pequeños neoyorkinos de manera gratuita.

-William el llorón, no entiendo esta fórmula- le dijo Helena.

-Señorita, tienes que colocar los datos de esta manera- le explico amablemente el profesor.

-¡Ya veo! ¿así?- dijo la chica.

-Exactamente, perfecto. Como recompensa...¿te gustaría una historia?

-¡me encantaría!

William era muy bueno contando historias debido a su tiempo en el orfanato y le encantaban los niños, así que se ofreció como voluntario para una instancia de cuentacuentos en una de las bibliotecas de nueva york. Aquello le sirvió para expiar sus pecados ayudando a la comunidad, además de que se le pagaba una pequeña suma de dinero que invertía ayudando a músicos callejeros. En especial a aquellos que tocaban el violín pues le recordaban a Sherlock.

Cuando este lo descubrió se puso un poco celoso, pero a la vez orgulloso de toda la labor que hacía William y en sus propias palabras lo describía como alguien sorprendente. Aquello los unió mucho más pues ambos admiraban al otro por quienes eran.

William veía su necesidad de seguridad cubierta cuando estaba en los brazos de su Sherly mientras comentaban sus vivencias diarias. Cuando se confesaban su amor mutuo y aquellas partes no tan bonitas que los conformaban a ambos. Las reconciliaciones después de una pelea y los reencuentros después de meses separados.

Luchando para construir un mundo en el que ambos pudiesen vivir libremente y su lugar seguro siempre estaría al lado del otro. Si a William le hubiesen preguntado como veía el futuro hace un tiempo atrás respondería simplemente: no estaré para vivirlo y eso está bien.

Sin embargo, ahora su respuesta era: Vivir con Sherly hasta que mis ojos se cierren para siempre.

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Espero que este capitulo les haya gustado, Liam tiene más necesidades que satifacer y lo veremos en los próximos capítulos. Gracias por leer <3

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