Sobre stargazy pie y otras necesidades

Parte 3

 Mientras estuvo en nueva york William extraño tanto a su familia y amigos que un poco de soledad se instaló en su pecho para no irse. Cada vez que tomaba una taza de té se acordaba de Louis. Si daba la casualidad de que debía beber vino para una misión su mente le traía la imagen de Albert. Si veía las flores germinando mientras paseaba por el parque con Sherlock la sonrisa tímida de Fred surgía como mariposas en su corazón. También cuando se daba la ocasión de jugar a las cartas con su pareja recordar el ceño fruncido de Moran al perder le hacía ahogar una pequeña carcajada.

Las nuevas novedades que vio en aquella feria de inventores eran tan atrayentes que si Herder hubiese estado allí ambos pudieron haber debatido de manera amistosa. También recordó a Moneypenny cuando Sherlock le compró un perfume y cuando asistió a una obra tuvo la sensación de que Bond se escondía en el escenario. Aunque ya no solía fumar, el humo y olor a cigarrillo evocaba la silueta de Patterson. También cada vez que veía un cuchillo especialmente afilado a su mente llegaban las enseñanzas de Jack.

Ahora que Billy se había vuelto parte de su círculo cercano lo extrañaba cada vez que este tenía que ir a una misión. Pero sobre todo a quien más anhelaba era a Sherly cada vez que este tenía que dejar la ciudad.

En su proceso de recuperación mientras buscaba expiar sus pecados a quien más recurría era al ex detective. Ya sea en unas charlas de alcoba o en un desayuno donde compartían sus vivencias diarias.

Amaba a Sherlock pues este lo hacía reír y le cobijaba en su pecho cuando las pesadillas amenazaban su descanso. Su necesidad de intimidad era satisfecha con creces, pero su corazón se contraía cuando Sherlock volvía de sus misiones herido. Se dedicaba a cuidarlo y a regañarlo por su comportamiento descuidadamente temerario.

-¿no eres consciente de que hay alguien aquí esperando por ti?

-Lo sé, no lo volveré a hacer Liam.

"Mentiroso" era su pensamiento automático, aunque quería confiar en él. Así que no le importo nada ir en su auxilio cuando enfrentaron a Mcginty trayendo la victoria y paz a aquel pueblo.

Después de que las cosas se calmaron y los caídos fueron elevados al grado de héroes William pudo volver a su casa con su amante.

-Extraño a mi familia- le confesó mientras ambos se preparaban para dormir.

-Lo sé, ¿Es un sentimiento agridulce, ¿verdad?

-¿no sientes lo mismo por la señorita Hudson, Mary, John y tu hermano?.

-Ni siquiera le he dicho que estoy vivo a Mycroft.

-Debe estar muy preocupado.

- No lo creo así, es lo suficientemente calculador como para que le afecte.

Siguieron hablando de lo que harían una vez pudiesen volver a Inglaterra, también Sherlock le comunico que haría un largo viaje a través de Asia y otros lugares, resolviendo conflictos y completando misiones.

-Ve y hazlo Sherly- le dijo con determinación

-¿tú que harás por mientras?

-Hay mucho que puedo hacer por estos lugares. Hay niños que necesitan de mi ayuda y seguiré trabajando para Pinkerton además Billy me hará compañía dentro de lo posible.

-Es como si fuera parte de la familia, ese tío que es molesto y se come toda la fruta- le dijo con una sonrisa burlona.

William solo rio y le dio el último beso a su pareja antes de separarse por un tiempo. Si definitivamente iría a ver a su familia una vez terminará de resolver sus asuntos.