- ¿De verdad... estuviste a punto de morir?
Ese tema, lo odiaba, pero era evidente que en cualquier momento iba a salir a la luz.
- Si... No les miento, Kirishima, tú quizás lo sepas, pero Sero no. Yo soy un omega defectuoso y... Eso significa que tengo una salud y un cuerpo muy delicado, mi celo no es como el de los omegas normales, el mío lo tengo cada dos meses y es una mierda porque, mi temperatura corporal supear los 42 grados y me genera un dolor insoportable que me provoca desmayos, vómitos, mareos, convulsiones y... La muerte misma. - Suspiró, conteniendo las lágrimas. - Muchos de mis amigos gamma murieron, antes de cumplir siquiera 15 años, nuestro celo es de lo peor...
Sero sintió pena por el chico, pero al mismo tiempo estaba tan confundido, sin saber qué decir, solo se acercó al chico y le ofreció un abrazo. Kaminari entendió su deseo, y se abalanzó a sus brazos, ocultando su rostro en su hombro, pequeñas lágrimas salieron silenciosamente de sus ojos.
- Mi vida es una completa mierda de por sí, la naturaleza es muy cruel conmigo, mi destino es la muerte, no sé cómo sigo vivo. - Decía con la voz rota. - Le tengo miedo a la muerte pero... Cada día, conforme pasa el tiempo, se torna una esperanza para mi, porque vivir para mi es un reto imposible. - Sero se mordió el labio, pudo oler la tristeza del gamma, sin saber si era normal o no.
Lo abrazó con más fuerza intentando calmarlo.
- Debe ser horrible. - Dijo. - Pero ahora que lo sabemos, quizás podemos ayudarte cada vez que tengas tu celo. Tú solo dinos qué hacer y-
- No hay nada que podamos hacer, Sero. - Kirishima cortó sus palabras, el chico lo vio confundido. - El período de celo de un gamma no depende ni siquiera de la misma persona, depende de cómo reaccione el cuerpo y la resistencia que tenga. Ellos juegan a una maldita ruleta rusa toda su vida. - Suspiró. - O al menos hasta los 21 años, superada esa edad, dicen que el riego de morir durante el celo pasa de un 80 por ciento a un 20 por ciento.
- ¿Qué? Entonces... eso... eso quiere decir que... - Sero miró a Kaminari consternado. - Quiere decir que... ¿Podemos perderte en cualquier momento? - Palabras duras, pero no decían nada más que la verdad. El rubio formó un puchero, conteniendo un sollozo, asintiendo con la cabeza. - ¡No quiero! ¡Me rehuso! - Gritó el alfa abrazando con más fuerza al rubio, causándole dolor. - ¡No quiero que mueras! ¡Eres muy importante para mi! - Exclamó Sero asustado, las lágrimas comenzaban a invadirlo.
- ¡Me duele!
- ¡Sero, basta! ¡Lo lastimas! ¡Es delicado! - Kirishima los separó, Kaminari respiraba agitado, se había quedado sin oxigeno por un momento.
- Perdón, perdón Sero, pero es la verdad. - Intervino el blondo. - Soy literalmente una ruleta rusa, como dijo Kirishima, no puedo hacer nada. Es jugar con un arma que tiene dos balas en un cartucho de seis, y dependiendo de tu suerte te disparará o no. - Dijo jadeando. - Pero... Estoy acostumbrado, quiero decir... Yo jamás quise venir aquí ni mucho menos hacer amigos, quiero descansar en paz sin dejar sufriendo a nadie en vida.
Las palabras le salían con un semblante triste, el chico había sufrido tanto con la muerte de sus amigos gamma, que decidió aislarse, no hablar con nadie y mucho menos hacer que se encariñen, no quería que otros pasaran por lo que él.
Sero estaba angustiado y eso el menor lo sabía, quien sonrió triste.
- Está bien que te sientas mal, pero si me quieres, sabrás que lo mejor para mi es la muerte. - Sincerizó. - Es la única forma en la que no sufriré más. - Sonrió cansado. El alfa reflexionó sus palabras y, aunque le doliera, supo que tenía razón, si la "eutanasia" era la única forma de aliviar su dolor, entonces accedería a ella, por más duro que fuera.
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Infiltrado - Omegaverse [EN PROCESO]
Fiksi PenggemarEl mundo siempre ha tenido tres castas, Alfa, Beta y Omega. O bueno, eso es lo que a todos nos han enseñado. Los alfas son los protectores y proovedores del hogar. Los omegas cuidadores. Y los betas, pues, cada quien su vida. Pero hay algunas castas...