Capítulo doce

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Gulf, Jai y Mew volvieron a verse en la lectura del testamento, donde el administrador junto con un notario, les esperaban en el despacho de este.

Tras pasar unos diez minutos, el escribano comenzó.

...-Bien... mi nombre es Zac Peterson, notario de este distrito. Ya que la señorita Janis Kanawut no parece que vaya a acudir a la lectura en el día de hoy, comenzaremos.

Todos asintieron y pusieron atención, aunque Mew no dejó de buscar la mirada del moreno, quién se la esquivaba.

-A tantos de tantos...yo Joong Kanawut, junto con mi esposa Anne Kanawut- procedió a leer-... y en pleno uso de nuestras facultades, dejamos las dos empresas de la familia a nuestro hijo Gulf Kanawut, además de una tercera parte de nuestra fortuna con la condición de que se quede en Bangkok y las saque adelante

El moreno miró a su hija pues esta le sonrió.

-...A nuestra hija Janis Kanawut le dejamos otra tercera parte de la fortuna-siguió leyendo este-... de la cual podrá disfrutar libremente si esta está en pleno uso de sus facultades a nuestra muerte... En su defecto, ese dinero será administrado por el administrador Sittichok o el que se preste y será destinado a la sufragación de todo los gastos médicos y manutención de nuestra hija, hasta su fallecimiento.

Gulf no estaba conforme con la decisión de sus padres pues creía primordial que estos debían haber repartido la herencia a partes iguales entre su hermana y él.

-Emm...yo n...-quiso exponer su criterio pero entonces el notario le hizo un ademán con la mano para que se detuviese pues aún la lectura del testamento no había finalizado.

-...Por último, dejamos la tercera parte de la fortuna y nuestra casa familiar a nuestra única nieta; Jai Kanawut Suppasit, de la cual no podrá disponer en su totalidad, hasta que cumpla su mayoría de edad y por lo que nuestro administrador, le asignará una cantidad mensual para cubrir todos sus gastos.

-¿A mi?, ¿me dejan esa maravillosa casa a mi?, ¿Lo escuchaste, papi?, ¿Lo escuchaste?-la adolescente estaba feliz.

El moreno miraba anonadado al notario y a Sittichok, los cuales asentían sonrientes.

De repente la adolescente paró su sonrisa y miró a su padre con confusión.

-Creí que mis abuelos no querían saber nada de mi, ¿Qué ha pasado?

Gulf se encogió de hombros y respiró aliviado pues al parecer su hija no se había dado ni cuenta de que el notario había dicho otro apellido y no los dos suyos.

Al parecer esa era una última jugarreta de sus padres, la cual no había surtido efecto o eso creyó por unos segundos pues Mew si se había dado cuenta.

-Gulf, ¿podemos hablar?

El moreno hizo caso omiso de la petición.

-Señor Peterson ...¿podemos irnos ya?+preguntó rápidamente cogiendo de la mano a su eufórica hija.

-Si señor Kanawut, pueden irse después de firmar...el administrador le irá informando de todo, buenos días.

Tras despedirse, el moreno salió como un rayo del despacho, casi llevándose a rastras a su hija.

-Papá, más despacio...papá me lastimas.

-Vamos, camina.

De repente se escuchó a Mew gritar tras ellos, haciéndolos detenerse de inmediato.

-Gulf Kanawut, ¿Jai también es mi hija?

El moreno respiraba agitadamente de espaldas a este, mientras que su hija con lágrimas en los ojos buscaba respuestas en la cara del único padre que había conocido.

-P-Papá, ¿Por qué tu amigo te está preguntándote eso?re-responde, ¿A-Acaso es cierto?, ¿é-él es mi pa-padre?

Mew caminó hasta ellos y se colocó en frente de este para que lo enfrentara.

-Dímelo..aquella noche en que tú y yo...¿Por eso te desapareciste así?, respondeme...¿Estabas embarazo de una hija mía?....habla, no te quedes callado...¿Por qué no me lo dijiste?

Gulf atónito finalmente resopló con molestia y lo miró fijamente.

-No pude hablar con nadie ¿vale?...mis padres me quitaron el móvil y metieron en el primer avión a Corea en cuanto lo supimos.

-Pero pudiste escribirnos, sabías nuestras direcciones....tú y yo solo discutíamos todo tiempo pero que había de ellos...que hubo con Jimmy, Tommy y Mild, ¿sabes lo mucho que lloraron?, pudiste hablarles al menos a ellos.

El moreno rompió a llorar.

-No...no podía hacerlo...mis padres me lo prohibieron-dijo este mirando a padre e hija que lo observaban muy afligidos.

-Venga, estabas a miles de kilómetros...¿qué podían hacerte más si te comunicabas con nostros?

-¿Tu apellido?, Ese apellido que dijo el notario -habló de repente la adolescente recordando mientras miraba al mayor -¿Cómo te llamas?

-Me llamo Mew Suppasit, linda

-Pero ese no es mi segundo apellido, ¿Por qué ahí dentro dijeron el mismo apellido que el de tu amigo, papá?, Dime por favor.

-Déjalo estar hija, por favor.

-No, ella tiene derecho a preguntar al igual que creo que lo tengo yo

-¿Derecho?, No me hagas reír

-Pudiste decírmelo, no tienes excusa...¿qué temías?, ¿que tus padres te desheredasen?... ya viste que a pesar de todo lo que pasó, ni siquiera han desamparado a la demente de tu hermana.

Gulf no lo aguantó más y entonces levantó el puño y le golpeó en la cara, haciendo caer a Mew al suelo.

-¡Sigues siendo un maldito gilipollas!-le gritó a continuación-...¡por un momento pensé que habías cambiado pero veo que estaba equivocado!, ¡tú nunca cambiarás!.

El mayor se tocó la cara sin dejar de mirarle y entonces recordó las palabras de su esposo;

«...a ti y a mi nos gusta demasiado vivir la buena vida y exprimirla a tope...a pesar de que juegues a ser un tipo serio y responsable, yo sé que por dentro sigues siendo el mismo bala perdida de siempre y tarde o temprano acabarás cagándola...»

-Lo siento, Gulf -Dijo entonces-...perdóname, no debí decir eso pero quiero saber el por qué...

El moreno negó.

-Este no es el momento, ni tampoco el lugar para hablar de esto.

-Entonces, ¿cuándo papá?...yo también quiero saber-exigió entonces Jai tras ellos.

Gulf suspiró profundamente.

-Mejor dejar las cosas como est...

-Ni lo sueñes, no dejaré que te vivas a ir sin una explicación-Le advirtió el mayor- No dejaré que te vayas a Corea con mi hija, si resulta ser mía.

-Por favor papá, ya no tiene caso que sigas callando y escondiéndote. Los abuelos ya no están.

Finalmente el moreno asintió.

-Está bien-dijo mirando a Mew -ven a casa esta noche y hablaremos, ¿De acuerdo?

El ayudante del administrador asintió conforme, mientras miraba a la adolescente, quién le sonrió tímidamente.

-Gracias Gulf, muchas gracias... allí estaré.

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29. Tengo una hija con mi enemigo- MewGulf - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora