Secretos del mago oscuro

Un falso recuerdo

Harry despertó mareado en la enfermería, sabiendo como habia terminando ahí, no habia sido muy inteligente de su parte hechizarse a sí mismo, pero lo que más le sorprendió a Harry fue ver a Scarlet, aquella chica de la zona de dragones viéndolo seriamente, tomo rapidamente sus lentes para verla mejor y ver qué pasaba en ese momento.

-Hay alguien que te desafía como jinete de dragón y tienes que enfrentarlo, un duelo de poder de dragón a dragón.-dijo Scarlet antes de que Harry pudiera decir alguna palabra.-Ya no estas en la enfermería del colegio, si no aquí, esa persona dice que su dragón haría pedazos a tu dragón legendario y si quieres tener todo nuestro apoyo tienes que enfrentarlo y derrotarlo....más bien tu dragón tiene que hacer eso siguiendo tus ordenes

-¿Cómo rayos llegue aquí?-dijo Harry parándose como pudo, para ver que tenía una vestimenta bastante extraña, que era como una especie de armadura pero con piel de dragón.

-Tu abogado sabia de la situación y te trajo aquí junto con tu dragón, por cierto esa batalla es dentro de 10 minutos.-dijo Scarlet mordiéndose un poco el labio e indicándole la puerta a Harry para que la siguiera.

El chico se puso la mochila sobre sus hombros donde traia a su dragón y trago un poco de saliva, sabía que sería una batalla de las más complicadas que habia tenido, sobre todo por el hecho de que aún no se habia recuperado de haberse lanzado el Sectrumseptra a sí mismo. Llego a la gran arena de ese pueblo que a pesar de que las gradas no eran tan grandes como el estadio de Quidditch de Hogwarts, el área de batalla era bastante grande y se podia decir que todos los habitantes del pueblo habian ido a presenciar la batalla que habría en este momento, Harry hizo una pequeña señal para que saliera su dragón manteniendo el tamaño pequeño.

-Asi que además de ser el niño que vivió eres el jinete de dragón del que tanto hablan.- Menciono un hombre de piel oscura, que habia perdido su cabello hace años y que estaba demasiado musculoso.-Yo he criado dragones desde hace años, mi simple dragón le da miedo a decenas de dragones. Para que despues estén hablando de que un chico tiene a un dragón legendario, el cual entre más aumenta su tamaño menos le hace caso, yo he peleado toda mi vida para ser el jinete de dragón elegido, he dominado a los peores dragones y hagámoslo más interesante. El ganador se queda con el dragón del otro.

-no acepto.-dijo Harry negándose rotundamente a pesar de los abucheos que se escuchaban en la arena.

-Las reglas es quedarse con el dragón de la otra persona, con opción a recuperarlo ya sea usando otro dragón, criatura mágica o que sea a muerte.- dijo el extraño sujeto enfrente de Harry y aventándole un libro que apenas pudo atrapar Harry.-aun no entiendo porque te consideran su jinete de dragón y protector si no te sabes las reglas del lugar...Por cierto llámame Marcus

-Ok lo hare.-dijo Harry asustado leyendo las reglas del lugar y vio al otro hombre sonreír maliciosamente, Harry sabía que aún tenía en su poder una criatura mágica que lo queria matar, pero podia servirle para recuperar a su dragón en caso de perder la batalla.

-Es hora de que conozcas a mi dragón.-Dijo Marcus jalando una pesada palanca, para que se abrieran un par de puertas debajo de él, para mostrar a un dragón de un tamaño cola sal, facil era 10 veces más grande que el colacuerno húngaro que habia enfrentado en sus épocas del colegio y nunca habia visto a su pequeño dragón crecer de ese tamaño y no sería hoy el día en que lo intentaría. La piel de ese dragón era plateada, con demasiadas escamas a lo largo de su cuerpo, cada paso que daba ese dragón hacia temblar el estadio.

-No vamos a igualar su tamaño, podemos vencerlo por velocidad.-Dijo Harry haciéndole una señal para que su dragón aumentara apenas el tamaño necesario para que Harry lo montara.-Vuela lo más alto que puedas.