Secretos del mago oscuro

Apuesta por la vida

Harry estaba acostado sobre su dragón, habia realizado un nuevo hechizo de protección sobre su nueva propiedad que era el castillo de Grindelwald y hasta habia arreglado la biblioteca con su varita. Habia creado una tumba para Grindelwald en el patio trasero a lado de un gran roble, usando gran parte de su esfuerzo para cavarla con una pala que habia encontrado en pésimas condiciones y la habia reparado con ayuda de su varita. Realmente no queria volver a Hogwarts, donde quisieran llevarlo directamente al funeral de Dumbledore.

Se acomodaba en el dragón, analizando el giratiempo de su cuello, tratando de preguntarse, ¿si le diera más tiempo a Grindelwald para tratar de destruir el Horocrux?, ¿si posponía el Duelo de Grindelwald contra Dumbledore, el mundo aguantaría el impacto de una tercera bomba atómica?, realmente en ese instante se dio cuenta que en media hora volvería a sentir esos horribles dolores, siendo obligado a tener que ir al funeral de Dumbledore y que sería misión casi imposible volver a Hogwarts, a menos que usara la aparicion y eso era una de las cosas que menos queria hacer en su vida, terminaría vomitando. Si alertaba a Grindelwald habia altas posibilidades de que la historia cambiara para siempre, pero al mismo tiempo era confiar en un mago que tenía el mismo problema que él y que sabía que tenía altas posibilidades de lograrlo. Sabía que podia haber muy altas posibilidades de que todo saliera mal, pero que importaba, Voldemort tenía razon, si todos lo odiaban, de todas maneras no se Darian cuenta de lo que hizo y lo habian tratado tan mal, que si algunas personas no nacían, que importaba. Harry llevo sus manos al giratiempo y le dio un par de vueltas, mentalizando el momento al cual queria ir en ese momento, un día antes de la batalla entre Grindelwald y Dumbledore.

El giratiempo obedeció las ordenes de Harry apareciéndolo justamente en uno de los balcones más altos del castillo de Grindelwald, donde podia ver al hechicero analizando una brújula que Harry conocía a la perfección, era su brújula que le habia regalado Abigail, solo que nunca en su vida tenía algo que anhelara o que le marcara un curso perfecto.

-supuse que Vendrías.-Dijo Grindelwald apenas apareció Harry en el balcón, con el dragón en su hombro.-¿vienes a desearme suerte en el duelo?

-Decirte que perderás.-dijo Harry y pudo notar como este ponia los ojos en blanco ante las palabras de Harry.-Y se exactamente cómo va a suceder, Horocruxes

-¿Piensas que mi objetivo es asesinarlo?-dijo Grindelwald haciendo un movimiento de su varita para que la copa que tenía en su mano se llenara.-con desarmarlo, humillarlo y encadenarlo es suficiente, que el mundo magico vea quien es el mago más poderoso y quien una mentira, puede tener los Horocruxes que quiera, yo tendré el miedo a la muerte de mi lado, ese esfuerzo extra, esa última acción, ese último hechizo....

-Tu eres el Horocrux.-dijo Harry cortando el discurso de Grindelwald que ya conocía de memoria, cosa que hizo que Grindelwald dejara caer al piso, haciendo que esta se rompiera en cientos de pedazos, dejando el líquido en el duelo.

-¿Por qué cada vez que vienes parece que dices puras malas noticias?-dijo Grindelwald sacando su varita y apuntando con ella a Harry.

-Podría decirte peores noticias.-dijo Harry reaccionado a lo que estaba pasando y esperando el impacto de cualquier hechizo por parte de Grindelwald, sabía que no podia competir contra la varita de sauco.

-Dime como es que sabes que tengo un Horocrux dentro de mi.-dijo Grindelwald que seguia con la varita en alto apuntando a Harry.

-Tú me lo dijiste y acabo de ver cómo te suicidas con esto.-Dijo Harry sacando el colmillo de basilisco lleno de sangre y arrojándolo a los pies de Grindelwald que termino por guardar su varita.-Fecha de muerte primero de julio, 80 años encerrado en este castillo practicamente en un estado decadente, sin que puedas salir, sin nada que puedas comer estando debil, solo leyendo los libros que tienes aquí, sin amigos, apartado del mundo, con una sola visita.