Mark había sido siempre una buena compañía para Jaemin, de hecho lo consideró su mejor amigo a pesar del poco tiempo que disfrutaron juntos, así que el pensar en volver a compartir momentos con él llenaba su corazón de una ardiente alegría, aunque también de un fuerte nerviosismo pues, habían pasado años sin verse y temía que no fuera capaz de recordarlo.
—Hijo ¿estás listo?— El joven asintió pero sabía perfectamente que le aterraba el no ser reconocido por quien fue una parte fundamental en sus primeros días de escuela. —Bien, ya voy— Na besó la frente de su madre y cruzó la calle jugando con sus manos en un intento de calmarse, tragó en seco repitiendo el saludo en su cabeza y después de unos segundos de practica tocó la puerta tratando de mostrar seguridad. Unos pasos se hicieron presentes en sus oídos y seguido vio como la puerta se abría lentamente asomando despacio un rostro que ya conocía, era Mark. —¡¿Jaemin?!— El muchacho detrás de la puerta la abrió por completo y se dedicó a mirarlo con una gran sonrisa que iluminaba su rostro. —¡¿El mismísimo Na Jaemin?!— Sin pensarlo dos veces se abrazó a su amigo con gran fuerza para luego soltarlo con unas risas alegres. Jaemin solo había atinado a asentirle y a corresponder su abrazo debido a los nervios que tenía, pero luego de ver como había reaccionado pudo volver a la normalidad. Su corazón estaba en paz. —Tenía mucho miedo de que no te acordaras de mí. Créeme que es un gran gusto volver a verte— El joven Mark lo invitó a pasar con sus manos mientras prestaba atención a lo que su amigo decía. —Tonto, cómo no iba a recordarte, fuiste mi mejor amigo. De verdad me parece increíble como la vida puede dar mil vueltas, en serio nunca creí volver a tener contacto contigo y esto es... simplemente muy loco— Los ojos del chico brillaban mientras pronunciaba cada palabra. Ambos conversaron por unos minutos para ponerse al día. —Y dime Jaemin ¿estás estudiando?— Mark destapó una cerveza para ambos para luego volver a sentarse en el sofá escuchando la respuesta de su amigo dando un gran sorbo inicial. —Estoy estudiando psicología, es mi ultimo año y ha estado bastante difícil la cosa. ¿Estudias también?— Su amigo asintió acomodándose dejando sus codos posados en sus rodillas por unos segundos. —Estudié informática, terminé el año pasado— Jaemin alzó sus cejas a forma de sorpresa. —¿Qué tal te fue?— El joven mostraba claro interés en lo que su amigo hacía, pues siempre fue curioso cuando se trataba de los demás. —Me fue bastante bien, fue una carrera divertida aunque también un poco estresante— Mark rascó su nuca y sonrió bebiendo de su botella. —Asumo que tú también has estado estresado, ¿dónde estás estudiando?— El castaño suspiró recordando las cosas que habían ocurrido en el último tiempo. —Estoy estudiando en la universidad de Hanyang...— Mark abrió sus ojos sorprendido para luego cambiar completamente su expresión a una de preocupación. —¿No te ha pasado nada verdad? He visto las noticias de lo qué pasó en internet hace un par de días— Jaemin negó sonriéndole para tratar de aliviar a su amigo. —Por suerte no me ha pasado nada, pero si ha sido extraño. Suspendieron las clases y tuve que estudiar en línea— Sus hombros se alzaron al terminar de hablar y bebió un trago suave de la bebida que tenía en frente. —Aunque... — El joven metió su mano en el bolsillo de su pantalón, tomando su celular para buscar la conversación con Yooa donde había escrito el número que anteriormente lo había llamado. —Éste número me llamó en la madrugada el día que ocurrieron las cosas. No conocí la voz y solo me dijo que no me preocupara— Su amigo, extrañado, tomó el teléfono mirando el número con detención para luego crear un contacto visual leve con el chico. —¿Buscaste el número en internet?— Jaemin asintió. —Sí, traté de hacer de todo pero no encontré nada— Mark anotó su número en el teléfono de su amigo, enviándose el número anónimo a si mismo para poder investigarlo más tarde. —Cualquier duda que tengas respecto a cualquier cosa, no dudes en avisarme— La conversación de ambos tomó un rumbo más personal después de un rato, el tema de la llamada había pasado a segundo plano y ahora sólo era importante recordar tiempos aquellos donde eran dos niños disfrutando sus días. —¿Recuerdas a Jisung? No he sabido de él en mucho, sería genial que pudiéramos juntarnos todos algún día— Jaemin le comentó sobre Yooa y cómo podrían incluirla al grupo si es que en algún momento llegasen a juntarse.
Luego de un par de horas los padres del joven Mark se hicieron presentes en casa, saludando a Nana, a quien consideraron por mucho tiempo como un hijo más. —Es un gusto verlos luego de tanto tiempo, estoy muy orgulloso de que tengan un hijo tan increíble como Mark. Han hecho un trabajo impecable como padres— Una suave reverencia fue hecha hacia los mayores, quienes sonreían ampliamente. —Muchas gracias hijito— Dijo la madre. —Que linda sorpresa tenerte aquí luego de años. Ven cuéntanos de ti— Todos se sentaron reunidos en el sofá charlando sobre sus vidas y en un abrir y cerrar de ojos la tarde se habría convertido en un hermoso anochecer. El teléfono de Jaemin vibró de imprevisto.Yooa Chu: Llámame cuando puedas. Gracias.
Jaemin, confundido, pidió disculpas y se despidió lo más educado posible saliendo rápidamente de la casa para poder llamar a su amiga con más privacidad desde el jardín, sentándose en la vereda sintiendo como la ansiedad lo carcomía. Estaba preocupado. —Yooa por favor— Sus latidos retumbaban en su nuca, coordinados con el sonido chirriante del teléfono esperando a que su amiga contestara, los segundos se hacían eternos y su cabeza iba mucho más rápido de lo normal. —¿Yooa?— Preguntó al sentir cómo atendían el teléfono. —Uh... Jaemin... me llegó una carta a casa y creo que deberías verla. Creo que tiene que ver con el número que te llamó hace unas noches. Estoy muy asustada— La voz de la joven estaba notoriamente agitada, su garganta apretaba al tratar de aguantarse las lágrimas pero hizo todo el intento posible para no desbordase. —Ya voy, por favor respira, pero ya voy— Jaemin entró a casa con movimientos torpes debido a su nerviosismo. No dijo ninguna palabra en todo momento, solo se dedicó a buscar sus llaves y una chaqueta, salió rápido y no dio explicaciones mientras su madre lo llamaba preocupada. —¡Jaemin, hijo!— Su madre se posicionó en la reja para ver dónde se dirigía Na. —¡¿Dónde vas?!— Mark y sus padres, desde su casa, salieron al jardín al oír los gritos contrarios, fijándose en cómo el castaño corría en dirección un paradero de buses. —Recibió una mensaje, al parecer era importante porque sólo se despidió...— Dijo el chico sobando el hombro de la madre de su amigo, tratando de calmarla.
Jaemin, con su corazón acelerado y su cabeza ansiosa, se hundieron en un viaje lleno de adrenalina. Sus piernas se sentían débiles pero eso no lo detuvo. El chico llegó al paradero de autobuses mordiendo su labio inferior desesperadamente esperando a que llegara uno mientras miraba su celular repetidas veces. —Ya voy a llegar...— Se decía a sí mismo tratando de calmarse. Para su suerte, la espera del autobús no fue tan larga y en un par de minutos uno se posó frente a él, Nana se subió pagando el respectivo pasaje y se sentó en los asientos finales que solían estar vacíos. El recorrido se le hacía eterno pues el autobús se detenía en varios paraderos, logrando que gente bajara y subiera al mismo, entre muchas de esas personas, un joven con una capucha, quién se sentó al lado de Jaemin. Los minutos se le hacían eternos al castaño quien no podía dejar de mover su pierna por la ansiedad que tenía, pero dentro de poco ya estaría en su parada, bajándose rápidamente tropezando con el pie del joven encapuchado. —Mierda, lo siento— Su mirada se fue al rostro de aquel misterioso chico que iba a su lado, quien solo le sonrió amablemente para darle a entender que no se preocupara. Jaemin se quedó con la imagen de los ojos ajenos en su cabeza todo el camino a casa de su amiga, eran distintivos, se arqueaban dulcemente en el rostro de aquel extraño y su sonrisa iluminaba el mismo. Era una cara la cual jamás olvidaría.
Ya voy. En 3 estoy afuera.
Yooa Chu: Gracias <3
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El paciente perfecto
Misterio / SuspensoJaemin, un psicólogo el cual recién comienza su carrera profesional, se enfrenta con un paciente el cual parecía ser perfecto en todo sentido.