•4 ·Visita°

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-Me da miedo estar solo...

-Lo sé- me miró -Ya no dejaré que pase eso, yo estaré contigo- sonrió una vez más con la sonrisa encantadora que tanto le caracterizaba.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo- habló muy seguro -a menos que tú quieras que me vaya no me apartaré de ti.

Justo después de eso me abrazó, gesto que correspondí, no pude evitar sentir un nudo en la garganta, que me hizo soltar lágrimas.

-Si yo me quedaré, solo te pido una cosa- habló con un tono bajo -No te vayas nunca, quédate conmigo...- apretó el agarré.

Él también sollozaba, no me iba a ir a ningún lado si estaba con él.

-Me quedaré- lo miré -me quedaré contigo, ¿Sabes por qué?- fijó su mirada en mi, confundido -por qué tú...

-...eres mi todo- completó la frase que ya me había dicho una vez.

-Exacto- le sonreí -Tú eres mi todo, Fargan.

-Tú eres mi todo, Willy.











Willy...













Willy.

















-¡Willy!

El gritó me despertó, mire confundido a mi alrededor, Vegetta me estaba mirando preocupado.

Otro sueño

-¿Estás bien?- me preguntó mientras me revisaba.

-Ahh si- mentí, hace mucho que no estaba bien -solo me quedé dormido.

-Pero, estabas gritando algo.

Ay no, de nuevo.

-Lamento haberte asustado, estoy bien, solo...ya sabes, a veces tengo sueños raros- intenté convencerlo.

Me miró con un poco de duda, pero aún así soltó un suspiro de alivio y volvió a la parte piloto del coche.

-Me aparque un segundo cuando te escuché quejando, pero ya queda poco para llegar.

Me asomé por la ventana y era cierto, el camino ya me era parecido y las casas a lo lejos de él me recordaban mi pueblo natal, tenía un poco de miedo que me reconocieran y preguntarán que pasó conmigo.

-¿Me puedes dar indicaciones, chiqui?, mi celular solo me confunde- me pidió Vegetta revisando por que su teléfono no cargaba.

-Dejalo, aquí no hay mucha señal- me pasé a el asiento de copiloto y me puse el cinturón -vamos.

Dejó su aparato en el tablero y encendió el motor -vamos.

Le iba indicando por dónde era el recorrido, mientras lo hacía veía el pueblo en dónde crecí, no estaba muy cambiado a la última vez que lo ví, seguía conservando su apariencia rústica y la naturaleza una vez más lo rodeaba dando un ambiente pacífico.

Mi vista fué a mi pareja que manejaba un poco nervioso pues le temblaba levemente la mano y se mordía el labio.

-¿Estás emocionado?- pregunté sonriéndole.

No quitó la vista de la calle pero si me respondió -¿Te diste cuenta? Ay Dios, espero que no esté así todo el día.

Me pareció tierno que estuviera tan inquieto.

Iba a decir algo más pero me di cuenta que ya estábamos en la famosa callé de los pinos, la avenida más transcurrida del lugar y también en dónde estaba la casa de los padres de David.

||~NÁUFRAGO~|| [-WILLGAN-]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora