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Miro insegura el reflejo en el espejo. ¿Quién es ella? Quiero decir, es hermosa. En el espejo hay una chica pelirroja de cabellos salvajes. Tiene unos hermosos ojos azules, no lleva gafas, no las necesita ya no son su vida. Lleva un top strapless rojo, y arriba de éste, una chaqueta de cuero negra, unos pantalones tubo, que hacen ver sus torneadas piernas, y unos tacones de apróximadamente unos 13 cms. Camino por el cuarto, serciorandome que si puedo caminar y no caerme de cara. Vuelvo al espejo. Es una chica hermosa. Me rio y el reflejo lo hace.

—  Soy Mérida Dunbroch. —digo y sonrio al ver que el reflejo ha hecho lo mismo y no estoy alucinando— Y dejaré a Hiccup Haddock sin palabras.

Me echo el último retoque; maquillaje. Cuando ya estoy lista, inhalo y exhalo. Tomo la perilla y la giro. Bajo las escaleras. Y ahí está Hiccup Haddock, de espaldas. Carraspeo y voltea hacia mí. Suelta un grito agudísimo que podría romper los tímpanos de cualquiera.

—  ¡Mérida, Mérida! ¡Una intrusa! ¡MÉRIDA, MÉRIDAAAAA! —vuelve a gritar y corre detrás del mesón— ¡Baja ya, Dunbroch!

Me doy el gusto de saborear cada bocado de esto. Es tan... épico. Dulce y fría. Una venganza. Que estoy disfrutando.

—  Soy yo, idiota. —digo con inexpresión.

—  ¿Dunbroch?

—  Haddock.

Se baja del mesón y deja la caja de leche en él.

—  Lo sabía.

—  Dile eso al mesón.

—  No es mi culpa.

Me río—. Lo que tú digas, niño.

—  Estás buena, eh. —dice tomando una manzana.

—  No hay mujer fea, solo mal arreglada.

—  Prefiero verte arreglada. —acerca su boca a mi oído— Sin ropa.

Me estremezco y él se aparta.

—  ¿Tienes licencia?

—  Sipi.

Volteo hacia él y ¡Oh Por Dios! Abro mi boca en una perfecta 'O'.

—  ¿Qué?

—  Oculta eso, por favor. —digo señalando su parte baja.

Él se mira y sonríe—. Es tu culpa, aguanta a Hicc Jr.

—  ¿Hicc qué? ¡Dios mío, estás enfermo!

Él se ríe—. Toma, niña. —dice y me tira unas llaves— El amarillo.

Tomo las llaves y bajo al garaje.

Al bajar, abro la puerta y ¡Jesús Sacramentado! ¿Me puedo casar con esto? ¡Es hermoso! Un hermoso Enzo Ferrari amarillo está esperándome. Me tiro sobre y él y caigo en el parabrisas, cosa que hace que me resbale y me caiga. Me levanto del piso y abro la puerta del auto y entro con rapidez. Me siento en el asiento del piloto y agarro el volante. ¡Emoción en su más alto nivel!

La puerta del garaje se abre y veo a Hiccup. Saco el auto antes de que se le ocurra decir algo muy estúpido.

—  ¿Solucionaste tu problemita?

—  Contigo cerca es muy difícil. Creelo.

—  ¡Buahj! Haddock, yo no soy Astrid.

—  Claro que no, Dunbroch, tú estás mucho mejor.

Ruedo los ojos y le saco la lengua. Piso el acelerador y agito mi mano hacia él.

Los hombres de ahora, Jesús Sacramentado.

\Debo, o acostumbrame a que me hackeen, o dejar las contraseñas pelotudas/\Nah, que me hackeen, yo también sé/\Esta vez, la chica hacker y 'mejor amiga' de La Samper, (hipocrita de mierdaf) es @5SOSCraziestGirls/\Esa es la triste histoa de mi vids, xD/

La niñera [Mericcup]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora