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— Vamos, por favor. —ruego haciendo puchero.

— ¡No puedo decir que no si haces esa carita! —dice Jack y se da la vuelta.

— ¡Jack! —le pego—. No seas malito.

— ¡Que no!

— Mérida, ya hemos ido tres veces a ver Minions. Vimos Minions el sábado, anteayer y hoy. ¡La señora del cine nos conoce! Y Hiccup me dió amenaza de muerte.

Volteo a ver a Hiccup—. ¿Es cierto?

Hiccup evade mi mirada y comienza a silbar.

— ¡Hiccup, que celoso eres!

— Tú dijiste que te encantaban mis celos.

— ¿Cuándo?

— Cuando dijiste que querías ser mi niña mala.

Jack, Elsa y Punzie nos miran con los ojos abiertos de par en par.

Yo me sonrojo y miro a Hiccup con los ojos abiertos.

— ¡Hiccup! —digo entredientes.

Él sonríe y me abraza—. Ay, ya, Mer, no te pongas rabiosa —me dice y se acerca a mi oído—. Mira que tú eres mi niña mala.

Sonrío inconscientemente como drogada. Es que Hiccup es como droga para mí.

— No sé por qué tengo el presentimiento que le dijo algo pervertido al oído. —dice Punzie y yo me río.

— ¡Sabrá Dios! —comenta Elsa.

— Bueno, cabecitas de coliflor —dice Punzie—, ya me voy, tengo clase de Artes.

— Yo también, tengo Química. —dice Elsa.

— Te acompaño, yo también —dice Hiccup y me mira—. Chao, Meri. —dice plantando un casto beso en mis labios.

— Chao, Hicc. —digo y sonrío sin mostrat los dientes.

Miro a Jack—. Tenemos la clase de Cálculo. —me dice él.

— ¡Llévame a ver Minions!

Él rueda los ojos—. Bueno, pero vamos a clase.

— ¡Te adoro, Jack, eres el mejor amigo del mundo! Dios te bendiga.

— Tonta. —susurra sonriendo.

Lo empujo con el hombro y él se ríe.

— ¿Y entonces? —dice.

— ¿Y entonces? —repito.

— Eres la niña mala.

— ¡Cállate, abuela!

— Auch —dice—. Eso dolió, amiga.

— Nah, sabemos que no. —le digo y él se ríe.

— ¡Ay, Mer!

— ¡Ay, Jack!

(...)

— ¡Hiccup!

— ¿Señorita?

— ¡Ven aquí! —grito desde la cocina y él baja las escaleras.

— ¿Señorita?

Sonrío y señalo la punta de la nevera, en la que hay un paquete de Oreo.

— Sigo sin saber por qué las pones ahí.

Él me mira incrédulo—. Verá, señorita, un ratoncito se comió tres paquetes cuando los dejé abajo.

— ¡Que ratón tan goloso! —le secundo y él me da el paquete—. Ahora vete de aquí. —le empujo.

— ¡¿Por qué, señorita?!

— Te estoy haciendo una sorpresa. —lo empujo.

— ¡Alto! —dice—. ¿Mi beso, señorita?

Sonrío y le doy un casto beso en los labios.

— Bueno, chao. —digo y cierro la puerta.

Adios, señorita. —oigo su voz tras la puerta.

Trituro dos Oreos y las echo en el vaso, para luego acomodar una Oreo, tomo dos pitillos y los pongo en el vaso.

Sonrío y salgo.

— Agarra que se me cae. —le digo entrando.

— ¡Que lindo, señorita! ¿Lo hizo usted?

— Sí, señor. —sonrío.

— Que lindo. —me dice y me da un beso en los labios.

Foto de lo que hizo Mer en la multi, señoritas. Voten y comenten, me hace muy very happy:'D

La niñera [Mericcup]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora