El Corazón De La Noche | Enid x tú (G!P)

I

Pov omnisciente.

Había pasado una semana después del cambio de liderazgo de la manada Dark wood en San Francisco y la nieve comenzaba a descender por el frondoso bosque de Muir Woods, Audrey estaba muy feliz, amaba el frío tanto como amaba a la luna. Además de que Merlina le había prometido estar presente en su próximo celo. Audrey tenía que encargarse de los entrenamientos para los licantropos más jóvenes, ya que la manada que habían conquistado era más humana que lobuna y eso en términos de guerra y estrategia hacían que eso fuera un problema.

Era por eso que la manada era tan débil y no los pudieron detectar a tiempo cuando llegó su manada, Audrey estaba decepcionada de lo fácil que fue derrotar al Alfa, solo necesito hacer que se confiara lo suficientemente como para que  descuidara su cuello, gracias a eso le atravesó la tráquea de un mordisco apoyando sus garras en las costillas del Alfa, perforando sus pulmones y rompiendo cada una de sus costillas para rematar con arrancarle la cabeza y quitarle la piel al pobre lobo.

Al menos consiguió una linda capa color negro, recompensa por haber derrotado a un Alfa, claro que esto para la gente normal sería muy tétrico y si lo decías en voz alta era peor. "Le gané a un Alfa y ahora como trofeo me hice una capa con su piel que por cierto es muy abrigadora"

Si, definitivamente suena mal, afortunadamente Audrey no es una normi, es un licantropo muy fuerte con muchos talentos y habilidades, con un pelaje hermoso y una mirada matadora.

Regresando al tema del celo de nuestra querida Audrey, ella necesitaba que Merlina la ayudara con ese asunto, Audrey no disfrutaba encerrarse en una cueva y permanecer encadenada hasta que sus hormonas regresaran a la normalidad, más aún si le crecía un pene de un tamaño considerable que le dolía cuando no le hacía caso a sus hormonas.

Por eso casi le rogó a Merlina que llegara a tiempo para su celo y la ayudara. Claro que Merlina iba a acudir a los llamados desesperados de la loba necesitada, al final del día ella también disfrutaba de las hormonas necesitadas de su amiga con derechos.

Y también sabía que se lo debía, así no se sentiría tan culpable por no ir la última vez todo por fijarse en Tayler, no pensó que el fuera el Hyde, pero cuando lo descubrió penso que estaría triste por eso, en cambio solo sintió frustración y decepción por haber sido tan ciega.

Además que le diría a su amiga lobuna que acudiera con ella a Nevermore, para asegurar que ella y sus amigos de la academia estuvieran a salvo de ese posible acosador que la había estado amenazando desde que Xavier le dió ese mugroso celular.

Por otro lado nuestra hermosa Enid estaba en un dilema, no sabía si decirle a sus padres y a toda la manada que ya se había enlobado o dejar que lo descubrieran en la siguiente luna llena.

La segunda opción parecía muy estúpida considerando que todos en su manada y su madre la molestan por no haberse enlobado, ya tenía bastante con las recientes burlas de los licantropos jóvenes por las pequeñas cicatrices que tenía en su rostro. Por eso para ella sería más gratificante callarle la boca a todos cuando fuera luna llena y así poder presumir su hermosa forma enlobada.

Aunque la primera opción también la tentaba, ya no soportaba los comentarios e indirectas de su madre y de la manada, la única que no parecía interesada en participar era Audrey, que se la pasaba regañando a los lobos más jóvenes diciéndoles que deberían de ser más respetuosos y meterse en sus propios asuntos.

Enid lo agradecía y de cierta forma la castaña se le hacía cada vez más atractiva, a veces en las noches se imaginaba una balanza en la que pesaba los sentimientos que tenía por Ajax y los que estaba comenzando a sentir por Audrey, siempre antes de caer en un sueño profundo la que terminaba ganando era Audrey, aunque no solo ganaba Audrey en sus pensamientos, muchas lobas adolescentes y jóvenes que aún no encontraban a su mate creían lo mismo que Enid.

Y para la cereza del pastel Audrey sabía lo hermosa que era, pero no se daba cuenta de lo que provocaba en todas las lobas, sobretodo en una en específico, la hija única de los Sinclair, Enid la que aún no se enlobaba.