II

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Pov Enid.

–¿Entonces se irán? ¿Por qué no puedo ir con ustedes?– dije con un puchero.

–Lo siento pequeña, mamá y yo tenemos que ir con los Alfas, no te preocupes regresaremos pronto– dijo mi padre con una pequeña sonrisa para intentar tranquilizarme. –cuida bien a tus hermanitos– me dió un beso en la cabeza –Para asegurarnos de que no pase nada te dejaremos en la casa de los Alfas con Audrey, estarán más seguros allí– el semblante serio de papá me puso alerta.

–¿Qué está pasando? ¿Por qué nos quedaremos con Audrey?– pregunté con curiosidad pero papá parecía dudoso de decirme.

–No es nada de lo que necesites enterarte Enid, así que lleva a tus hermanos a la casa de los Shallow, nosotros estaremos de vuelta en unos días– dijo mamá sin mucho interés.

Decidí no decir más, era mejor evitar una pelea, me despedí de mis hermanos y mis padres antes de que se fueran hacia donde sea que se iban a ir, resople cerrando la puerta de mi habitación y me puse mis audífonos, tenía que distraerme así que puse K-pop.

Después de un rato Marcus apareció en mi cuarto desconcertándome. –¿Cómo entraste Marck?– Marcus sonrió ampliamente y sacó sus garras.

–Audrey me enseñó, dice que seré alguien muy útil para la manada– Marcus sonreía por ese cumplido que la loba le había dado, pero yo muy en el fondo me estaba muriendo porque ese tipo de cumplidos solo fueran para mi.

–Seguro que tiene razón– dije con una mueca intentando sonreír.

–Lo sé, por cierto¿ya nos vamos? Muero de hambre y tú cocinas horrible– mi hermano sonrió victorioso.

–Si, ya nos vamos y no cocino tan mal, solo... Estás más acostumbrado a comida salvaje– Marck frunció el ceño pero no dijo nada.

Cuando bajé a la sala Marcus y Stephan estaban sentados jugando cerca de sus maletas ya hechas. En cuanto me vieron sonrieron ampliamente y tomaron sus cosas dirigiéndose a la puerta.

Agradecía que no tenía que decirles que hacer, no estaba de ánimos para ese tipo de cosas. Cuando llegamos a la mansión me sorprendió lo grande y hermosa que era, tenía un jardín hermoso lleno de muchos tipos de flores y árboles, en medio de ese hermoso jardín había un estanque bastante lindo, tenía la escultura de un zorro y un lobo que parecía que se estaban persiguiendo y en medio de ellos brotaba el agua.

Cuando volteé para mirar hacia la mansión mis hermanos ya se habían desaparecido de mi vista, hasta que los vi a lo lejos entrar desesperados a la mansión.

Negué con la cabeza y seguí caminando, se sentía una paz tan reconfortante, tanto que no quería salir del jardín, pero el señor Smith me estaba esperando en la puerta así que tuve que acelerar el paso.

–Buenas tardes señorita Sinclair– el mayordomo me sonrió y yo le devolví la sonrisa.

–Buenas tardes señor Smith– el mayordomo se hizo a un lado dejándome entrar.

–Llevaré las maletas a sus respectivas habitaciones, con su permiso– el mayordomo tomó ágilmente todas las maletas y se aventuró por las escaleras.

Mientras, yo me dediqué a observar el lugar, mis padres aveces venían a la mansión con mis hermanos, pero está era la primera vez que entraba aquí.

La decoración era de colores neutrales, con tallados de mármol muy hermosos y antigüos. El lugar no era tan colorido como yo, pero me gustaba la vibra del lugar.

De pronto escuché ruidos que venían de un pasillo cercano, inmediatamente volteé, creí que sería alguno de mis hermanos y estaba a punto de regañarlo por entrar de esa forma tan mal educada, pero no era ninguno de mis hermanos, ni siquiera Audrey o el mayordomo.

–¿Merlina? ¿Qué haces aquí?– Fruncí el ceño confundida mientras que Merlina solo me observaba.

El Corazón De La Noche | Enid x tú (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora