Bueno, empezaré diciéndoles que mi principio, como el de casi todos, no fue para nada fácil... Nací en Rosario, Argentina, en una precaria casita hecha de tarimas, chapas y bolsas. No fue fácil para mi mamá no tener nada y fue más difícil después, cuando nació mi hermana.Cuando cumplí 4 años, me trajeron de urgencia al Sayago, un hospital especialista en pulmones, porque había contraído tuberculosis y me estaba muriendo. Mi mamá se quedó en lo de mi abuela que vivía en Santa Fe y mi papá se quedó en Rosario, no apareció más.Pasamos a partir de ahí, muchas cosas peores, pero no tengan lástima, lo recuerdo como algo lejano, otra vida. Pasé varias neumonías seguidas y, aunque parecía escuálida, sin fuerzas y que el viento fuerte podría arrastrarme, seguí adelante.
Viviendo con mi abuela, pasó un tiempo y conseguimos vivir en una casita parecida a la de Rosario. Seguimos adelante, mi mamá volvió a quedar embarazada y nos dejaba mucho tiempo solas. Cuando nos empezó a cuidar mi tío, desde los 5 hasta los 7 años, él abusó de mí...
Es difícil explicar lo que siento, pero les diré que ahora ya no duele tanto. Mi tío era joven y se drogaba demasiado. Mató a un hombre y cuando quedó preso, se terminaron los abusos. Durante muchos años, me quedé en silencio y me ahogué con mis palabras. Crecí con vergüenza y con miedo.
Mi mamá cambió por los golpes de la vida, nos maltrataba a tal punto de recibir muchas denuncias por parte de los vecinos, la escuela y los parientes. Yo la entendí recién de grande, solo apenas. Cuando cumplí 12 y mi mamá se juntó con mi padrastro Carlos, las cosas se intensificaron. Mi mamá no tenía autoridad para hablarnos, él sí. Nos trató de todo y de nada, quiero aclarar que mi historia es bastante larga y pase por mucho más que esto, pero solo contare algunas porque si no esto sería demasiado largo, sin sentido.
Me fui de casa, viví con mi madrina y después con mi abuela. Cuando todo parecía mejor, mi tío salió de la cárcel y se habló con mi abuela.
Para ese entonces lo conocí a él, la persona que dio vueltas mi mundo. Me costó acercarme. Mi lucha fue en la adolescencia, cuando empecé a vivir con él, fue difícil para los dos. Él estaba acostumbrado a vivir solo. Por mi parte, busqué trabajo para no depender tanto de él y también tener en donde estar. Era incómodo vivir con él.
Me sacó de lo de mi abuela por lo que estaba pasando, pero quería ser soltero. Imagínense que ni siquiera le gustaba abrazar antes de dormir, porque decía que dormía incómodo. Él era bueno, solo quería sacarme de ahí, pero era joven, juntarse no estaba en sus planes y para ese entonces, quería estar solo.Yo buscaba cariño en él, era su compañera y era demasiado melosa, súper cargosa.
Empecé pidiéndole que me dejara abrazarlo un ratito y así cada vez. Después de un tiempo se había acostumbrado tanto, que ya me esperaba para dormir y me abrazaba cuando yo no lo hacía.Al año de estar juntada, lloré, porque jamás me había dicho te amo. En fin, cosas de una adolescente en busca de afecto.
Pero él era así, ni siquiera con la familia era amoroso, el señor piedra. Lo que me gustaba de él era que me apoyaba en mis metas y quería que saliera adelante por sí sola, que estudie, trabaje y tenga mi casa. Ahí estaba yo, la persona más cursi y falta de amor en el mundo, con la persona más odiosa sentimentalmente. No sabía cómo terminaríamos, todo era bastante incierto, pero bueno, no era tan malo.
Mi suegra, la persona más buena que conocí, se convirtió en mi mejor amiga. Me enseñó acocinar comida, postres y masas. Me daba siempre una palabra de aliento y cuando discutía con su hijo, no se ponía del lado de ninguno. Era la suegra perfecta y el destino me la regaló a mí.Cuando pasaron 2 años, conseguí alquilar una casa, pero no me duró mucho porque a los dos meses me la vendieron. Durante ese tiempo, él se acercó más a mí, me extrañaba. Después de volvernos a juntar, parecía estar más cómodo conmigo alrededor.
Puedo decirles que, como todos, he cometido muchos errores y no soy una víctima, ni mucho menos. La culpa siempre está y estará, aunque sea solo un recuerdo. Hoy en día, no sé cómo expiar mis pecados.
Trabajé de muchas cosas; de niñera, en limpieza, cuidado de autos y motos, en un supermercado, de maestra particular y más. Todo eso antes de los 20 años. Mi último trabajo, marcó mi vida para siempre y dejó una cicatriz muy profunda.El trabajo me lo recomendó mi suegra, me dijo que lo dejaba porque la mujer era un poco insoportable, pero que dentro de todo, pagaba bien. Creyó que yo, que era una chica tan tranquila, incluso a veces demasiado, podría manejarlo. Fui durante varios meses y fue difícil, pero ¿saben qué es más difícil? Cuando no se tiene nada y se necesita todo. Uno aguanta a más no poder. No quería depender de nuestra relación, aunque algo sí había cambiado.
Me acuerdo que, en una ocasión mientras trabajaba sola, llegó la dueña de la casa y me empezó a empujar hasta la puerta, diciéndome que quería estar sola y que me fuera. Cuando iba a mitad de camino, me llamó pidiéndome que la perdone, que entendiera que su ex marido la dejó, que ella lo vio, en ese entonces, con otra mujer. Que tratara de entender que quería estar sola y que no dejara de ir porque era su única amiga. Se volvió rutina el maltrato.A medida que pasaba el tiempo, era complicado estar con ella. Dos veces por semana la iba a ver una acompañante terapéutica porque se había querido suicidar. Definitivamente no estaba bien. Ella vivía sola y cuando se acercaban las fiestas de navidad y fin de año, su humor iba cambiando cada vez más.
Yo terminaba de los nervios cada vez que iba, nunca le dije a mi pareja lo que me pasaba. Fue una semana antes de lo de la fiesta, que la señora me culpó de que le faltaba plata. Me despidió sin pagarme. Decidí que hablaría con ella y el 24 a la mañana, me presenté en su casa para que me diera lo mío y me dejara de culpar de algo que yo no hice y jamás haría. No sé por qué, hasta ahora no lo entiendo. ¿Por qué reaccioné así? ¿Por qué no me fui? ¿Por qué resultó de esa manera? Arruiné todo lo que fui construyendo de a poco en mi vida.

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Argumentos de vida
Short StoryEsta historia está dedicada a todos aquellos que han sentido que no pueden seguir más. Cuenta una historia triste, pero verídica. No todas las personas están preparadas para leer las realidades que plasmo en cada párrafo. NOTA: Al estar basada en...