XXXIII

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- Natasha que te vas a caer - le dije señalándola.

- Que no, confía en mí.

Es Navidad, la primera navidad de los niños. Estamos algo nerviosas por todo, porque vamos a hacer la fiesta de navidad aquí en casa y las fiestas con los vengadores siempre terminan en resaca por la mañana, desorden por todas partes pero considerando que la mayoría ya sentó cabeza y literalmente no hay alcohol en esta casa todo saldrá bien, espero.

- Ves que si pude - dijo Nat terminando de decorar la parte de afuera de la casa.

- Si - ya todos saben que tenemos gemelos -, entonces... Los Barton van a venir a cuidar a los niños mientras que nosotras vamos a hacer compras navideñas.

- Bien - empezó a bajar las escaleras y si no fuera porque tengo poderes se caía sobre una rama.

- Te dije que te ibas a caer - ella me sacó la lengua, y se encamino a conectar la instalación de luces que abría puesto.

- ¿Qué tal? ¿Eh?

- Nada mal para la primera vez - le dije graciosa, me acerque a ella -. Van a ser muchas navidades con los niños.

- Y... ¿Si mejor la próxima contratamos a alguien para que coloque las luces? - reí un poco y asentí.

- Claro - camine hacia dentro de la casa, los niños ya se sientan y suelen ser algo... Ruidosos solo balbucean pero a grito herida.

Camine hacia el rincón de juegos de los niños, los tome. Empezaron a balbucear, Nat tomo a Billy.

- ¡¿Por qué eres tan lindo?! - dijo Nat levantándolo en el aire -. Dios mío que preciosidad.

Colocamos a los niños en sus tronas, saque sus biberon del refrigerador. Se los entregue, Tommy ya empezó a tener rasgos de ser el que molesta a su hermano, aunque teóricamente es como unos segundos mayor que Billy suele ser el que le jala el cabello, el que le quita el chupete y así sucesivamente.

- ¡Tommy Romanoff Maximoff! - dijo Nat señalándolo.

- ¿Qué pasó? - dije volteándome, le abría quitado el biberon a Billy quien me hizo un puchero y estiro sus manitas.

- Dámelo - tomo el biberon de Billy, y me lo entrego -. Tommy te estás comportando muy mal jovencito.

- Muy mal - le dije, le entregue el biberon a Billy. Tommy empezó a hacer una rabieta mientras que Billy tranquilo se tomaba su biberon -. ¡Tommy Romanoff Maximoff! ¡Ya no más!

Tommy se quedo callado, me miro intentando entender mi reacción. Fruncí el ceño y entonces entendió parecía que hubiera visto algo malo, se empezó a comportar, entonces tocaron la puerta.

- Te ves muy linda enojada - dijo Nat, puse mis ojos en blanco. Empecé a caminar hacia la puerta.

- ¡Hola Wanda! - dijo Lila abrazándome -. ¡¿Donde están mis primos favoritos?!

- Hola - dijo Laura, Clint entro con Nathaniel cerca -. ¿Cómo estás?

- Bien - ella me miro -, en serio estoy bien...

- Entonces ¿Por qué no te creo? - suspire y le señale el patio. Caminamos afuera -. ¿Está todo bien?

- Si... - me miro con una ceja levantada -. Bien, tal vez estos días me he sentido deprimida pero no es nada malo lo prometo.

- Wanda...

- Es que, es navidad es se que han pasado casi ocho años pero...

- No es lo mismo sin Pietro ¿No es así?

- Si - suspire -, se supone que debería estar feliz porque estoy con los niños. Con Nat tengo todo lo que he querido siempre, pero no se siente...

- Es normal - me dijo -, después de Nathaniel todo fue muy difícil. Clint no estaba, los niños están creciendo muy rápido y es feo a veces tener que lidiar con la idea de que se van a ir.

- Entonces ¿Qué haces para sentirte mejor?

- Pienso que todo lo que tengo fue porque hice algo bueno - la mire confusa -, cuando tu haces cosas buenas recibes cosas buenas...

- Y... ¿Por qué me siento así? Tan deprimida.

- Wanda, porque tener un bebé es diferente a todo. Te preocupas hasta por el aire que están respirando - me dijo, yo asentí -. No es malo sentir miedo...

- Después de todo lo que luche por tenernos a salvo ahora, me preocupa que no haya sido suficiente - suspire -, no quiero que vuelva a pasar lo que paso hace siete años.

- No va a pasar - me dedico una sonrisa -, no te voy a negar que si he notado que Clint extraña las balas.

- Nat las extraña demasiado - nos reímos un poco -, pero... Se que lo intenta.

- Lo intentan - dijo Laura, miramos adentro y los vimos conversando -, pero ambas sabemos que extrañan las balas y el riesgo.

- ¿Crees que en algún momento Clint regrese a las andanzas?

- Es como preguntarle a Natasha si aún tiene armas debajo de las sillas - dijo ella, yo reí y asentí -. Sin embargo, ella ha cambiado mucho... Pero cuando eres vengador.

- Siempre eres vengador.

- Deberías hablarlo con ella - me dijo, yo asentí volvimos adentro.

- Entonces, Wanda y yo vamos a ir por la cena - le sonreí. Tome a Billy y ella a Tommy.

- Te portas bien ¿Okey? - le entregue a Billy a Lila.

- Tommy se a estado comportado algo mal estos días, procuren mantenerlo alejado de las cosas tecnológicas. Ya comieron y...

- Nat - dije, me miro y le entrego a Clint nuestro otro bebé -. Por favor cuídenlos mucho.

Tras irnos, Nat y yo conducimos a la tienda.

- Deja de revisar tu telefono - dije revisando la fecha de vencimiento de unas compotas.

- Es que me preocupan los niños.

- Están en buenas manos - dije la mire después de colocar una caja de compota en el carrito.

- No, no me preocupa que enloquezcan a Laura.

- Ahí te doy la razón - tome unos dulces y sin que se diera cuenta los coloque en el carrito.

- Maximoff el doctor dijo que no mucho azúcar.

- Pero es navidad - le hice un puchero -. ¡Por favor!

- Bien - dejo un beso en mi frente, y se encamino a seguir tomando cosas.

Tras una hora o más en tomar cosas para la cena. Fuimos a comprar un helado, nos sentamos en un banco cerca de la salida.

- ¿Puedo hacerte una pregunta?

- Si claro..

- ¿Has pensado en... Volver a las andanzas con los vengadores?

- Se que cualquiera de mis respuestas podría ser incorrecta - concluyó, comió un poco de helado y me dedico una sonrisa -, no te voy a negar que extraño entrenar. Y... Extraño las balas y todo pero... - suspiro tan fuerte que sentí que me iba a decir algo importante -, pero si eso significa la posibilidad de perder a mi familia. Prefiero alejarme.

- Nat, no quiero que por nosotros dejes de hacer algo que te gusta - moví la cabeza de lado a lado y sonreí burlona -, aunque eso que te gusta es matar gente.

- El hecho no es matar gente es... La forma en que lo haces.

- Si claro - puse mis ojos en blanco -, créeme cuando te digo que lo primero y lo último que quiero es que...Te sientas infeliz.

- Lo sé amor, por eso te amo - concluyó, me dió un beso en el costado de mi cabeza y sonrió.


Tu eres mi verdadero amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora