Sabes, ya no sé si escribo para ti o para alguien, que me rechacen, se volvió algo monótono, aburrido, ya no duele, no decepciona, ni siquiera me trastorna. Pero me inspira, tal vez porque me sigue recordando a ti, tal vez porque escribir encima de este teclado viejo, me recuerda cuando nos desvelábamos trabajando juntos o cuando te escuchaba trabajar mientras necesitabas de mi compañía, suena aburrido, es cierto, pero jamás había estado tan feliz. Amor de ancianos, tranquilo, pero adictivo, siempre velo por mí mismo, pero cuando te conocí no hacía más que preocuparme por ti y por supuesto que no querías nada de mí, puedes valerte por ti misma, ya lo sé. Solo querías mi presencia, te desesperaba vivir ausente y estar ahí, te hacía sentir con vida, te reanimaba del monótono sonido del teclado a tal punto que te olvidabas de trabajar, ja, ja, ja... Te extraño. Olvida lo primero que dije, por supuesto que sigo escribiendo para ti.
Foto de Yann Le Comte
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Pensamientos muertos y poemas que jamás escuchó
PoesíaToda esta introducción tiene el mismo sentido que tus ojos, ninguno. Todos estos poemas son tan variados como los colores que te pintabas en el cabello, todo este libro tiene el mismo sentimiento como el día que me declaré y todos esos pensamientos...