Los días pasaron, y el veinte de diciembre Nico despertó, al día siguiente le dieron el alta justo a tiempo para el cumpleaños de su adorada chica.
— Feliz cumpleaños, Gaia. — El chico tenía en sus manos un ramo de flores, y una tarjeta de cumpleaños. — Sé que Vivianne ya te lo dijo... Pero quería hacerlo yo mismo. — Su rostro tenía un rastro de lágrimas antiguas, y también un ligero sonrojo.
— Te escribí esto antes del accidente, mi plan era dártelo en navidad, pero tu cumpleaños era una mejor opción.— Carraspeó algo tembloroso. Se le complicaba leer una carta y tener muletas al mismo tiempo.— Gaia, ¿Qué crees que significas para mí? Ten por seguro que mucho más de lo que piensas. Al conocerte creí que solo eras una joven lunática, pues no pensé que alguien podría seguir siendo así de feliz luego de pasar por lo que pasaste.
Sé que mi accidente fue un golpe duro para ti, y también sé que eras feliz en gran parte gracias a tus antidepresivos... Tonta, ¿Enserio creíste que no sabría lo que era ese frasco que sacaste aquella tarde? — Una risa ronca escapó de los labios de Nico, luego un silencio los inundó, entonces él entendió que debía continuar leyendo. — Gaia Roux, en tan solo dos meses me enseñaste a conseguir mi pico de felicidad. Me diste los ánimos suficientes para seguir viviendo... Aún recuerdo el día anterior al accidente, casi como si fuera ayer. ——¿Porqué tu no quieres morir? — La mueca aniñada del chico enterneció el corazón de la femenina, quien a pesar que aquella extraña pregunta, sonreía enormemente.
— ¡Nicky, mira el mundo a tu alrededor! — Hizo un ademán con sus manos. — Aún somos jóvenes, tenemos muchísimo que explorar y conocer... Planeo irme de Italia cuando termine mi carrera, seré una reconocida periodista y en todos los canales pasarán mis reportajes... Te arrastraré conmigo y viviremos en una gran casa, no tan grande como la mansión en la que vives ahora, pero sí lo suficientemente espaciosa para nosotros y muchos gatos. — Di Angelo la observó con asombro en sus ojos, nunca había visto a alguien que tuviera tanta confianza en lograr sus objetivos.
— Pero Gaia... Estar vivo es agotador. — Lloriqueó el chico con un puchero en su rostro, siento callado al instante por la susodicha.
— ¡Nico Di Angelo! ¿No dijimos juntos para siempre? Ya no puedes librarte de mí, eh! — Reprochó, recordándole una conversación que habían tenido días atrás, donde Gaia le hacía prometer a Nico que viviría hasta la vejez, para así ella poder burlarse de su rostro arrugado como pasa de uva.
Con un suspiro, el azabache asintió. — Sí, juntos para siempre y por siempre. — Al final de ese día, rieron sentados y observando toda la ciudad. Se contaron sus secretos más íntimos, y sellaron aquella noche con un tímido y sin experiencia beso. Ninguno de los dos había tenido una relación antes, prefirieron aislarse del mundo. Mismas decisiones, distintas razones.
—Gaia, ¿Porqué me mentiste? — Nico observó con el corazón marchito la lápida frente a él. "Aquí yace Gaia Roux. 2004 - 2023" A Nico le había tocado elegir las palabras que tallarían en la roca, después de todo, era el único que se había hecho lo suficientemente cercano a ella y no había muerto en el intento. — Al menos espero que mi elección de palabras te haya gustado..."Think I'll miss you forever, like the stars miss the sun in the morning sky" Gaia, prometo que voy a extrañarte, así como las estrellas extrañan al sol en el cielo de la mañana.— Recitó parte de la canción favorita de ambos "Summertime Sadness" de Lana del Rey. Canción que tuvieron tiempo de cantar a toda voz en una de sus citas, como a Nico le gustaba llamarlas. — Hubieron muchísimas cosas que me habría encantado hacer contigo, pero el destino no estuvo de nuestro lado.— Cansado de estar de pie, se sentó en el vívido césped frente a la tumba de su amada. Ya luego vería como ponerse de pie sin ayuda. — Pequeña mía, ¿Ya eres feliz? Sé cuánto anhelabas descansar en paz, al menos es lo que me dijiste que querías años atrás... Espero de todo corazón, que tu familia te haya estado esperando allá arriba, así como también espero que aguardes por mí. — Una brisa brusca removió las ropas y cabello del chico, dejándolo algo desalineado. — No, boba, no es lo que crees... Viviré por ti, por ambos, porque sé que querrías eso para mí. — Nico era fiel creyente de que aquella brisa era su adorada Gaia, regañándolo por creer que iría tras ella a esa edad. — Me graduaré, seré un gran diseñador y tendré aquella casa espaciosa y con muchos gatitos que tu querías... Intentaré llevar una vida menos aislada, porque sabía lo mucho que te dolía verme encerrado, cuando podía haber sido libre. —
A diferencia del cliché de las películas, ese era un día hermoso, a pesar de haber comenzado el invierno, el fresco de este apenas se sentía. El sol brillaba con fuerza, y ni una nube tapaba aquél celeste que inundaba su vista. Entonces el comprendió, el cielo le había dado la bienvenida a un nuevo ángel, Gaia.
— Aquél veintiuno de diciembre el joven pasó el día entero en el cementerio, hasta que vinieron a decirle que iban a cerrar y que debía irse. — Una mujer hablaba con un pequeño niño, de no más de nueve años. — Él continuó su vida, todos los jueves iba a llevarle flores, siempre un ramo de distinto color... Y cada veintiuno de diciembre, aparecía con un ramo de todos colores y una bella tarjeta hecha a mano, listo para contarle a su amada como le había ido ese año, sin olvidarse de decirle feliz cumpleaños y que la extrañaba como el primer día. — Tomó al niño en brazos y continuó su camino, escuchando las súplicas del pequeño por saber el final de la historia. — No está muy claro el final... Hay quiénes dicen que el joven enloqueció por la falta de la chica en su vida, hay otros que dicen que volvió a rehacer su vida. Pero todas coinciden en algo, él nunca dejó de amarla, incluso hasta el fin de su vida, él dedicaba cada uno de sus trabajos a ella... — El niño saltó de los brazos de su madre y corrió un pequeño lugar apartado del cementerio, donde de la tierra sobresalían dos lápidas. —— Mami, ¿Son ellos? — Preguntó con curiosidad al ver la cantidad de flores que rodeaban los trozos de piedras. La mujer de mediana edad asintió con una suave sonrisa.
— "Aquí yace Nico Di Angelo, la estrella que extrañó a su sol durante una vida entera. 2004 – 2080 " — Los ojitos del pequeño comenzaron a picar por culpa de las lágrimas que amenazaban con salirse. — "Aquí yace Gaia Roux. 2004 – 2023" — No pudo leer aquella frase que se encontraba tallada en la piedra, pues al ser tan pequeño no tenía ni idea de cómo leer algo en inglés.— Nico pidió que al morir su cuerpo fuera enterrado junto a su amada, para así estar juntos hasta el final de los tiempos... — Dejó dos rosas, una blanca en la tumba de Gaia, y una amarilla en la de Nico. — En paz descansen. — Susurró antes de tomar la mano del menor, y caminar hasta la salida del cementerio, sintiendo una brisa cálida hacerle cosquillas.
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▍ ' 𝄖𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑𝐓𝐈𝐌𝐄 𝐒𝐀𝐃𝐍𝐄𝐒𝐒ㅤ❪ N. D'Angelo ❫ ★
Romance⠀。⠀ 𝆬 ⠀⠀୨୧⠀ ⠀₊⠀Summertime Sadness - N. Di Angelo.⠀ㅤ⁄ㅤ⠀✩ . "Think I'll miss you forever, like the stars miss the sun in the morning sky." (( temas como; la muerte, el suicidio, adicciones, entre otros. )) [Universo alterno de Percy Jackson, todo...