El Arte del Habla, Siniestra, Reconfortante y Narcisista

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Merlina

Le expliqué unas mil veces que no estaba enojada con ella por la cicatriz de mi cara, pero no había caso. Desde el momento en que me desperté Enid se puso muy rara, ya casi no quería pasar tiempo juntas y cuando trataba de acercarme a ella se alejaba inmediatamente, algo que me hacía sentir como la mierda, pero no se lo admitiría. El problema era que no sabía qué hacer para solucionar todo esto.

Y sinceramente no estaba enojada con ella sino con Tyler. Cuando vi lo que intentaba hacerle a Enid... bueno, digamos que perdí toda noción y sólo quise atacarlo. Claro que esto me daba una nueva pista, y luego de investigar un poco me enteré que su padre se había suicidado, algo que me llamaba mucho la atención, si bien nunca nos llevamos de la mejor manera se me hacía difícil pensar en él como alguien que recurriría a eso. No lo sé, me temía que había más al respecto.

Sin embargo, en mi mente sólo tenía espacio para mi novia... si es que seguía siéndolo.

Me encontraba meditando en el balcón cuando Dedos se me acercó.

-Ya sabes que es insegura.

-¡Lo sé! Eso no me ayuda arreglar esto.

-¡Tienes que ser más amable con ella! –Me llamo la atención que lo decía casi con un poco de rabia-. Debes reconocer que no eres la persona más sensible del mundo, si eres fría y te alejas constantemente es natural que se sienta insegura, sobre todo después de lo que pasó.

Resoplé, sin darle mucha importancia-. Ya le expliqué que no estoy enojada. De hecho, ella debería ser la que esté molesta, pero creo que todavía no entiende lo que sucedió con Goody y la verdad... ni siquiera sabría cómo decírselo.

-Bueno, presiento que les hace falta una laaarga conversación así que escúchame bien: hoy vas a preparar una cita con Enid, donde puedan hablar, llorar y hacer esas cosas de novias.

-¡¿Qué?! ¿Se te torcieron los dedos o algo? ¡Sabes que yo no sé hacer esas cosas!

Dedos comenzó a verse un poco incómodo, lo sabía por cómo le temblaba el dedo meñique y tuve la corazonada que este sería un día muy incómodo para mí.

-¿Ya organizaste algo verdad?

-Digamos que le envié una carta diciéndole que la esperarías en la cafetería de la ciudad para "hablar cosas del corazón".

-¡¿QUE?! –traté de agarrarlo, pero se me escapó-. ¡Tú y tus malditas cartas!

Escaló por la pared hasta estar fuera de mi alcance-. Y no es por nada, pero ya deberías ir en camino, no creo que quieras dejar a Enid plantada, ¿verdad?

-Te juro, Dedos, cuando te ponga las manos encima...

Pero tenía razón en que no quería dejar plantada a Enid así que dejé una nota mental sobre torturar a Dedos cuando pudiera y me vestí en un segundo para ir a la cafetería. Al ver el lugar me sentí instantáneamente incómoda, allí era donde Tyler solía trabajar y donde nos dimos nuestro primer y último beso antes que todo se fuera al demonio. Caminaba al lado de la ventana del local cuando vi una pelusa rubia vestida de rosa.

Mis ojos agonizaban por el uso de esos colores, pero me hacía sentir bien verla. Si manejaba todo bien podría al fin arreglar las cosas entre nosotras, sólo necesitaba estar atenta a sus emociones, y si se daba la oportunidad... especificarle bien qué sucedió con Goody. Eso último estaba en el final de mi lista de tareas, pero creo que se lo debía, después de todo, esa psicópata había usado mi cuerpo para abusar de Enid. Era mi responsabilidad que entendiera bien qué sucedió.

Al entrar me regaló una de sus lindas sonrisas aunque vi una sombra de incertidumbre en sus ojos.

-Me sorprendió tu carta –dijo cuándo me senté.

Merlina Y La Alquimista Corrupta [Wenclair]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora