𝐂𝐚𝐩. 𝟏𝟑.𝟑

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De su parte, Jungwon entró en sueños listo para tener un recuerdo, para ver de nuevo a aquellos extraños que no resultaban tan desconocidos.

Al aparecer en aquel bosque, esperó a que algo pasara, a que alguien apareciera, pero como no había señales de aquello, se canso y comenzó a buscar por sí mismo, hasta encontrar una cabellera negra familiar que sobresalía de detrás de unos arbustos.

Rió un poco y de acercó para ver al pelinegro hecho una bolita mientras de escondía, lo miró con la misma expresión de sorpresa que había puesto Jay cuando le dijo que si saldría con él.

Era idéntico a Jay, en muchos aspectos, mismos rasgos, su misma palidez, su cabello parecía más rizado y desordenado, su vestimenta era más que extraña para Jungwon, una tela oscura que parecía una capa cubria su cuerpo y dejaba ver poco de la remera y los shorts que llevaba debajo, esta vez estaba descalzo.

─ ¿Neul? ─ preguntó Jungwon, intentando recordar bien su nombre.

El otro asintió, se levantó sin despegar la vista de él.

─ Eres el actual de Bich, supongo.

Jungwon no estaba seguro pero igual asintió.

La mirada del Beta fue a su cuello, se acercó con cuidado, vió la marca con precaución, ya no estaba tan negra como antes, pero si era un tono rojo oscuro igual de preocupante.

─ Ey, pequeño. ─ Neul tomó su mejilla, sonrió minimamente. ─ Vas a estar bien, no vas a sufrir esto por siempre.

Jungwon sonrió.

─ ¿Jay me dice "Pequeño" porque tú también lo dices?

─ Lo más probable es que si. ─ dijo el Beta. ─ ¿Jay es tu predestinado?

Jungwon alzó sus cejas, sorprendido.

─ Jay es mi enfermero, mi cuidador, mi niñera... Es agradable, como un amigo, conectamos bien supongo.

─ Estás hablando con el primer “Jay” que hubo, y mi destino fue y será Bich, quien da la casualidad que es el primer... Tú, ¿Cómo te llamas?

─ Jungwon.

─ Jungwon, son predestinados, tanto como lo somos Bich y yo.

Jungwon frunció sus labios.

─ En realidad... No creo que lo ame, no lo creo asi, yo tenía a mi Alfa y no quiero que otro tome su lugar como si fuera un vacío disponible a llevar, es ridículo.... Y rápido y es irrespetuoso.

Neul de encogió de hombros.

─ Tendrás tus razones, tu parte humana, pero igual de alguna forma, están unidos, y las almas gemelas a veces no son necesariamente parejas, las mejores almas gemelas que puedes encontrar es aquel del de una amistad, una amistad gigante y pura.

Jungwon asintió.

─ Si, tengo de esos.

─ Ustedes tienen un destino, tienen cosas que hacer continuó el Beta. ─ Y es un destino grande, gigante. Y que también nos afecta a Bich y a mí, así que te pido que lo cumplas, que lo intentes.

Jungwon estaba confundido, no entendía el tono de súplica que tenia el Beta.

─ Quiero más tiempo con él, la eternidad poco alcanza para quienes se aman.

» No dejes que el destino muera.

Jungwon no estaba totalmente seguro, y quizás por eso creyó que tenía que probar algo, para él y de su en verdad podría ser posible lo que su lobo deseaba.

─ Neul.. ¿Puedo hacer algo? No te lo tomes personal, pero... Es que es medio difícil que lo pueda hacer con Jay pero necesito intentarlo.

El Beta asintió.

─ Claro.

Jungwon sintió sus manos temblar mientras iban en camino hacia las mejillas del pálido, de hundió en sus gatunos ojos por un segundo, antes de acortar toda distancia y besarlo finalmente.

Sintió campanas tocar en su pecho, sintió el sabor de aquellos labios contra los suyos, y el pelinegro correspondió con gusto, abrazando su cintura con firmeza, sonriendo bajo los gruesos labios del Omega.

Incluso al separarse, Jungwon seguía inhundado por las sensaciones, casi atontado, y miró el rostro del Beta y de sintió tan raro al ver a Jay, completamente él, por un segundo, con una sonrisa en sus labios que lo hizo sonreir también, en un parpadeo, fue Neul quien volvió a su vista.

─ L-Lo siento. ─ murmuró Jungwon, alejándose un poco.

─ Ey, está bien... En realidad, no me estás besando a mí.

Las mejillas de Jungwon se tiñeron de rojo de forma inmediata, y escondió su rostro entre sus manos con vergüenza, sólo para risa del otro.

El Beta acarició sus cabellos de forma cariñosa, haciendo que Jungwon se sintiera mimado a los segundos.

─ ¿Me dejarías hacer algo a mi ahora? ─ preguntó Neul, a lo que Jungwon asintió sin pensar mucho en realidad, por lo que se extrañó cuando el pelinegro se agachó frente a él, pasando sus manos de la cintura del Omega hacia su vientre, dejando caricias también, sonrió con ternura. ─ Hace varias vidas que no pasaba, y en verdad, no recuerdo que en alguna hubieras tenido un bebé de tu Alfa, y no mío, sí que esta vida que te ha tocado es especial, Jungwon.

El Omega miró extrañado al Beta, quién seguía sonriendo hacia su vientre, y se veía en serio lindo con ese gesto, en verdad adorable.

─ Es un niño. ─ murmuró Neul, dejando caricias con sus pulgares. ─ es muy hermoso. ─ añadió y dejó un suave beso sobre su abdomen.

Jungwon sintió las lágrimas en sus mejillas antes de siquiera pensar en llorar, y no pudo contenerse ni un poco antes de romper en lágrimas, el Beta lo abrazó con algo de duda, y sabía que iba a terminar despertando, murmuró en una suave despedida:

─ Estarás bien, pequeño.

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Despertó entre llantos desconsolados, el aire faltaba en sus pulmones a causa de los sollozos, y fue aquello lo que hizo despertar a Jay.

─ Jungwon, Jungwonie, pequeño... ─ Jay sólo pudo abrazarlo con firmeza, su lobo ladraba preocupado y desesperado por los llantos del Omega.

Jungwon se escondió aún más en su cuello, su nariz se aplastaba ligeramente en la piel del pálido, pero su aroma familiar y tranquilo a madera no lo era suficiente, sus manos se aferraron a la remera del pijama de Jay.

Temblaba de forma horrible y casi no podia tomar aire por su incontrolable llanto, y claro que él pelinegro se dió cuenta de aquello, lo sentó sobre su regazo, mientras intentaba llamarlo con palabras suaves para que se calmara, si seguía así por un rato, su lobo tomaría el control por un reflejo natural, si la parte humana estaba muy sensible, su lobo tomaría su lugar por simple defensa.

Sumando a que su lobo interior sólo estaba alterando al lobo de Jungwon con sus ladridos nada parecía estar a favor de que pudiera calmarse a tiempo.

─ Jungwon, por favor, cálmate. ─ el Omega negó, no podía, ya sentia demasiado, se sentía a punto de explotar y necesitaba llorarlo todo Jungwon. ─ vas a cambiar de forma y va a ser peor, por favor.

─ J-Jay... Haz eso, hazlo de nuevo. ─ Jungwon inclinó su cabeza hacia un lado, dejando a la vista su marca, Jay la miró un momento antes de acercar sus labios a esta, apenas rozó la piel con sus labios por temor a que esta ardiera, pero Jungwon sólo asintió así que comenzó a dejar besos más reales.

El Omega comenzó a suspirar con algo de alivio, su llanto fue calmando con cada toque de labios sobre la marca, aunque para sus temblores poco y nada pudo hacer, al igual que sus lágrimas, que no dejaban de rodar por sus mejillas.

Sus manos se enrredaron en los oscuros cabellos de Jay y lo mantuvo pegado a su cuello, el Beta se dejó totalmente, hasta que el Omega estuvo tranquilo, y su agarre de aflojó y se apartó por sí mismo, el mayor limpió sus lágrimas.

Iba a decir algo cuando fue interrumpido por el rubio.

𝗢𝗨𝗥 𝗟𝗔𝗦𝗧 𝗗𝗔𝗬𝗦 » 𝗷𝗮𝘆𝘄𝗼𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora