ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 7

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El día del partido ya había llegado, Messi no podía negar que los nervios lo comían vivo, sintiendo constantes escalofríos recorrer su cuerpo los cuales intentaba disimular al entrar en calor.

Había intentado parecer duro ante sus compañeros y ellos habían tomado aquella energía que él emanaba, inspirándose de ella y no solo la selección había hecho aquello, los hinchas también lo imitaban.

Las cámaras no parecían haberse calmado, aun los perseguían con la idea de sacar información y lograr preguntarle cosas al omega, pero Lionel tomando esa nueva actitud así como si de una prenda se tratase, los había ignorado y para aquellos que lograron tenerlo en sus programas solo obtuvieron de su ser algunas palabras de motivación hacia su selección y país.

Pero Lionel no podía hacer completos oídos sordos a lo que le decían, los comentarios aumentaron, y ahora que las personas reconocían su reciente nuevo olor entre los de la selección se habían vuelto aún más hirientes,comentarios que aunque los mismos compañeros negaran el hecho, eran comentarios que pasaban por sus cabezas.

Pero lo que más le generaba un dolor profundo en su autoestima era ver aquellos comentarios de apoyo hacia la selección naranja.

Y aquel día que se enfrentan a ellos hacía que se sembrara un aura de pánico en su interior debido a lo sucedido el día anterior; esa aura era tan notoria que sus compañeros, a decir verdad, también se preocupaban por su capitán por el hecho que aquellos comentarios habían dado un paso más allá de una simple broma.

Mientras tanto, en el equipo, se formó un silencio en donde decidieron protegerlo más allá de sus otros pensamientos, rodeándolo como si fueran sus seguratas. De aquella forma Leo había sentido una seguridad que nunca pensó haber sentido, una protección que él anhelaba, así era como una manada actuaba y él pertenecía en esta. Y así salió a la cancha con una extrema seguridad.

El partido había sido violento, no sabían si al final lo que los holandeses habían dicho iba de pura verdad pero dieron una clara demostración de querer ganar. Pero los argentinos no se dejaron pasar, defender y atacar, quizás aquellas dos palabras describen a la perfección aquel partido.

Y tras el sufrimiento que fueron aquellos penales para los hinchas, la victoria fue para los albicelestes, festejaron y aprovecharon el momento para poderse vengar de todos los comentarios que recibieron los días anteriores. Cosa que luego fue recriminada por las redes sociales, con aquel mensaje de que un omega defectuoso no podía hacer aquellas cosas ante un grupo compuesto por puros alfas, retomando las palabras de los holandeses de indicarle al delantero argentino su lugar.

Festejando, la selección se dirigió hacia los vestuarios, Lionel tenía una amplia sonrisa en su rostro sin saber lo que los medios y el público decían de él, dándole aquel momento tranquilo de poder disfrutar el triunfo reciente.

Lamentablemente aquel momento no duró mucho cuando Scaloni se acercó al omega y le pidió que lo siguiera. Lionel aceptó creyendo que le hablarían sobre el próximo partido. Salieron del vestuario, esquivando a aquellos que estaban festejando, y se dirigieron a una parte apartada para así poder tener un poco de privacidad, en aquel momento Lionel vio como el rostro del alfa se endurecía.

-Leo, tienes que volver a los supresores. - Dijo Scaloni hablando casi en un murmullo, él no estaba alegré de haberle arruinado el festejo al capitán argentino.

Defectuoso  [Neymessi - Mechoa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora