𝑴𝒊 𝒕𝒖𝒍𝒊𝒑𝒂𝒏 𝑩𝒍𝒂𝒏𝒄𝒐

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Larissa me cogió de la cintura ansiosa por sentirme cerca, yo la tire al mueble montandome en su regazo, sus manos recorrieron mis piernas hasta quedar en mis caderas, las cuales movía lentamente en círculos haciendo que Larissa jadeara en mi boca, yo la besaba lento pero con ansias de hacerla mía, de sentirla, le quite la gabardina y empeze a desabrochar su vestido dejando al descubierto sus pechos, le quite el sostén y rebotaron ante mi, empecé a dejar un hermoso camino de chipetones, mordidas y besos en ellos, pasé mi lengua por sus pezones haciendo que gimiera de placer, dejé de hacerlo por un momento para observarla.

—¿Por qué te detienes? —tenía la voz entre cortada y agitada.

—Quiero contemplarte. —Me arrodille a sus pies mientras le decía— Ahora, se buena niña y habré las piernas para Mami —dije en un tono seductor pero dominante.

No lo pensó dos veces y las abrió.

—Que buena niña eres conejita —sonreí divertida.

—Sabes, por que no hacemos esto más... Excitante —saque unas cuerdas gruesas de lana, lo suficientemente recistentes para que no se safara.

—¿Que me vas a amarrar cariño? —preguntó curiosa cuando me vio detrás de ella.

Cogí sus manos y las amarre en el espaldar del mueble.

—Pero no podré tocarte —dijo con indignación.

—habré las piernas —dije mientras me arrodillaba.

—no —se hizo la indignada.

—¿No?... Habré las piernas —dije parando en cada palabra para que me escuchara bien —¿o quieres que te las amarre también? —pasé mi lengua por los dientes esperando a que me respondiera.

Habrio las piernas lentamente, "esa mujer me tiene a sus pies las veces que quiera" pensé "literalmente me tiene a sus pies", quite con delicadeza sus bragas de color rojo, sonreí victoriosa mientras lamia dos de mis dedos para luego introducir uno, Larissa gimio por lo bajo, empecé a hacerlo lento para luego jugar con mi lengua en su centro haciendo que ella gimiera más fuerte, larissa trato de no gemir tan duro ya que estábamos en el colegio, y yo le ayudaba metiendo otro dedo en ella.

—Mami~ mmm~ me voy~ a vengar~ aah~ —No la deje terminar cuando intercambie los dedos por su centro, quedando mi lengua adentro de nuevo.

Larissa gimio con fuerza tratando de safarce lo cual, no lo hizo, apretó las piernas dando la señal de que ya se hiba a venir.

—Mami~ ya voy a~ a venirme~ mmm~ —su voz extrecortada mezclada con sus gemidos me excitaba más.

Pare, me quite las bragas y el sostén, me monte en ella y la desamarre rápidamente, ella me cogió por la cintura y me subió al escrito quedando arriba de mi, todo se cayó al piso quedando libre.

—Ahora, es mi turno señorita Miller~ —dijo para luego besarme posesivamente.

Alzó mi pierna para poner la suya en medio, quedando su entre pierna en la mía, solté un gemido al sentirla tan mojada, puso mi pierna en su hombro sosteniendola para que no la moviera, y con la otra masajeaba mis pechos mientras empezaba a moverse encima de mi, en la habitación solo se escuchaban nuestros gemidos unirse en un solo canto, nuestros fluidos se mezclaban haciendo que otro sonido se uniera.

—Larissa~ mmm~ si~ voy a venirme~ —Gemi lo más duro que pude, sone desesperada y realmente lo estaba.

—Aguanta un poco~ —aceleró sus caderas moviéndose más rápido.

Con mis piernas la traje hacia mi y en un movimiento rápido ya estaba yo en su posición "Por Merlín esta mujer se ve mejor desde abajo" pensé, puse mi mano en la mitad de las dos haciendo que las dos gimieramos de placer al contactó, en un segundo soltamos las dos gemidos que parecieron gritos, Larissa tiro la cabeza para atrás y arquio la espalda, me separe lentamente de ella dejando un rastro de chupones en sus muslos hasta llegar a su punto y empecé a saborear sus fluidos, Larissa me tomó del pelo suavemente y me empujó más para que no me apartará de ahí, entraba y salía mi lengua, sus piernas temblaban de placer al sentir mis uñas marcadas en ellas, sus gemidos empezaban más y más altos hasta el punto en el que gritaba, tenía la suficiente fuerza como para agarrarla de los muslos y no me fuera a aplastar con ellos, aunque, no parecía tan mala idea.

—ANNIE~ Oh maldición~ no pares~ —Grito desesperada.

Y yo como soy tan obediente acelere mi lengua y mis manos viajaban por sus piernas dejando mis uñas en ellas, sentí como mi boca se mojaba poco a poco con sus fluidos que al instante trague, Larissa me llevó hasta su boca besandome con fuerza, probandose a sí misma.

—Te amo —dijo con su voz casi nula.

Yo sonreí como estúpida al escuchar eso y la abracé metiendo mi cabeza en su cuello.

—Yo también te amo —dije finalmente para luego besarla una vez más.

La cargue hasta su habitación, fue un poco difícil por que la puerta estaba con seguro, Larissa me dijo que ella lo había puesto después de que entramos, sonreí al saberlo, nos bañamos juntas, lo cuál, termino en otra cogida, en mi defensa el agua estaba fría y necesitaba calentarme, después de eso nos acostamos en la cama, las dos en la oscuridad de su cuarto, iluminado unicamente por la luz de la luna que se filtraba por el balcón, ella estaba acostada en mi pecho mientras yo la abrazaba y le hacía mimos en el pelo, suspiré al pensar cuánto tiempo había pasado para poder estar así con ella, cuanto había ahnelado por ello, cuantas veces la vi morir en mis brazos, cuantas veces la vi sonreír, cuantos siglos me había atormentado por cada una de sus muertes y por cada vez que no pude ni verla, esta, fue la primera vez en siglos que la bese, que la reclamé y la marqué como mía.

Y eso, me lleno de paz, aunque sabía que la muerte me tenía marcada como suya.






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