Capítulo 03

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ᴛʜᴇ ʟᴀꜱᴛ ʟᴇᴛᴛᴇʀ
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Dos años atrás 

El viento resoplaba con la menor de sus fuerzas a todo lo que pillaba en su camino incluyendo a las leves y blanquecinas nubes que adornaban el cielo, estas mismas, de vez en cuando, tapaban al sol para luego dejar que sus rayos calienten el día que está bastante agradable con unas temperaturas medias. 

Ni muy frío, ni muy caliente. 

Al par de adolescentes hoy no les tocó clases juntos, tenían secciones diferentes y con un horario distinto que no sobrepasaba los veinte minutos, es por eso mismo que uno salió antes del salón luego de terminar sus deberes. 

El timbre para darse un pequeño receso ya había sonado, por lo tanto y como también se había vuelto una costumbre desde hace unas semanas, lo primero que hizo el chico de estatura más alta fue sentarse en el verde césped dispuesto a escribir en su libreta como siempre lo hacía. 

El patio trasero de la universidad es bastante tranquilo porque allí no era tan transcurrido generalmente por los demás estudiantes. Muchos, después de que terminaran sus clases,  se reunían con los amigos, iban a la cafetería o a la biblioteca para tener un ambiente tranquilo, sin ningún ruido que pudiera molestarlos. 

Sin embargo, este chico prefería estar al aire libre con el viento revolotear en su rostro, el canto de las aves, la bocina de algún auto cercano sonando y la melodía que hacían los árboles al ser golpeados por el viento. 

Su cuerpo estaba relajado y de vez en cuando sonreía al escribir algo nuevo en su libreta. Estaba emocionado, sereno y tranquilo, aunque aquello no le duró por mucho. 

— ¡Kook! -exclamó su amigo contento mientras se acercaba al lugar que él mismo nombró como descanso. Al principio no reaccionó a su llamado, pero cuando lo sintió más cerca se asustó y de inmediato guardó su libreta bajo la atenta y curiosa mirada del chico. — ¿Qué me estás escondiendo? 

— Me has asustado Jimin. -queriendo evadir la pregunta, respondió. Levantó la parte de su torso levemente y se cruzó de piernas para observarlo con una mirada juzgadora que luego fue reemplazada con una sonrisa y un suspiro. — ¿Y si me da un infarto?

Recordó las palabras exactas dichas por su profesora de literatura que tuvo en la básica, esa vez lo dijo cuando una bola de papel cayó a su lado por equivocación. 

Bastante dramática y neurótica, decía todo el alumnado. 

Jimin no pudo evitar carcajearse ante lo dicho, por lo que golpeando levemente el hombro de Jeon, se sentó a su lado sin parar de reír. 

— ¿Cómo te va a dar un infarto aquello si ni te asusté de verdad? Ahora muéstrame lo que estás ocultando. 

— Si puede darme y no, no te mostraré lo que tengo aquí. 

Jimin soltó un suspiro pesado porque varias veces le pidió a su mejor amigo que le dejara ver, pero siempre recibía una respuesta negativa. 

— Al menos me lo mostrarás algún día, ¿Verdad? -preguntó incrédulo. No perdía las esperanzas de que ese día llegara y al fin pudiera ver lo que ha ansiado por meses. 

Sin embargo, Jungkook no le respondió más que con una sonrisa, ambos se levantaron del césped y como cada día, se dirigieron a la casa del más bajo para hacer otra vez, maratón de películas. 

Aún así, Jimin se pasó todo el trayecto a casa dubitativo, mordiendo su labio y soltando suspiros que no pasaban desapercibidos por Jungkook. Estaba intrigado, no paraba de tener curiosidad de lo tan secreto que era esa libreta en donde contenía las cartas que siempre llevaba guardadas. 

¿Eran cartas que recibía o que él mismo escribía? 

¿O ambas? 

Jimin ya no insistía más en pedirle leerlas porque siempre recibía un "aún no puedes tenerlas en tus manos, Jiminie" como respuesta. Pero el hecho de que dejara de insistir no significaba que cada día tenía más curiosidad de saber de lo que trataba.

— No me pongas esa cara Jimin. Cuándo menos lo pienses podrás ver estas cartas. 

— Te miro como quiero. -respondió haciendo un mohín en sus labios y cruzando sus brazos. — Cada que puedes me lo dices, pero pasan los días y no me los muestras. ¿Qué escondes? 

— Quiero qué sea especial. Quiero sorprenderte chico mandon. -Jeon sonrió y pellizcó la punta de su nariz con diversión. Acomodando mejor el bolso en su hombro, que repentinamente comenzaba a caerse, se dispuso a caminar bajo la atenta mirada de su mejor amigo. — Ahora vamos porque tengo mucha hambre. 

— Está bien. -sonrió de igual manera negando con su cabeza y comenzó a dar pasos a su lado para seguirlo. 

Las cartas podrían esperar a ser leídas, ¿Verdad? 


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ᴛʜᴇ ʟᴀꜱᴛ ʟᴇᴛᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora