♾Infinity♾//Sung Jin-Woo [II]✔

Recuerdos 1

La niña de cabellos negros miraba la enorme vidriera repleta de peces y el como todos estos nadaban sin preocupación alguna, era una vista hermosa y digna de una foto, se sentía mas chica de lo que era al darse cuenta, que solo se trataba de una pequeña y casi insignificante parte de lo verdadero del océano.

La hacia pensar en muchas cosas, entre ellas la muerte de sus padres hace poco menos de dos años, Thomas Andre la había acogido como era de esperarse, pero al ser cazador nacional y tener mucho trabajo, tuvo que por mandato de familiares lejanos, volver a Corea del Sur.

Allí, la inscribieron en una de las escuelas secundarias y le dieron un apartamento, la herencia de sus padres lo pagaba todo. No era de hacer amigos y nunca se habían acercado a hablarle, era de esperarse.

Ahora, estaba de excursión con sus compañeros de la clase de biología, miro un poco a los costados notando que cada uno estaba con su grupo de amigos y reían de lo que pasaba. Quería sentir eso algún día.

-Mmm Hola- saludo una persona detrás suyo, ella se giro notando como un chico pelinegro se había acercado, lo reconoció enseguida, de ser uno de sus compañeros.

-Hola- respondió la niña algo dudosa.

-Note que siempre estabas sola, incluso antes de llegar aquí- se rasco la nuca, estaba nervioso- Soy Sung Jin-Woo- se presento estirando la mano en la dirección de la contraria.

-Park Tn- respondió la niña.

- ¿Y tu amigos?- pregunto mirando en varias direcciones- si quieres te acompaño mientras los esperas.

-No tengo... amigos- respondió la pelinegra.

Jin-Woo noto que en la mirada de ella, no había el brillo que por lo general tenían todos, sus ojos eran opacos como si estuviera sufriendo en silencio. No le gusto ver eso, ni cuando la vio por primera vez cuando ella llego a la escuela.

La había notado, y si que lo hizo, siempre la vio a la distancia sin animarse a acercarse. Pero, por obvias razones, sus compañeros y amigos de otras clases lo notaron y le dieron como objetivo que se acercara, y aprovecho ese momento.

-Entonces, en ese caso- miro a la contraria y sonrió mas natural que nervioso- seamos amigos a partir de ahora, ¿Qué dices?- pregunto. La niña lo miro con asombro por ello y por primera vez y casi imperceptible noto un brillo que comenzaba a formarse en sus ojos.

Sonrió. Ella sonrió un poco y a el le gusto esa sonrisa.

-Esta bien, si- asintió nerviosa y tímida- seamos amigos.

"Al amor y a ti, los conocí el mismo día" _Andres Ixtepan