❝Rosé es una alfa, es una veterinaria, tiene su propia clínica, es pequeña y acogedora para los indefensos animales que le llegan día con día, aun así, Rosé no es exactamente la persona más linda.
Rosé tiene un futuro prometedor debido a su discipli...
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—¡¿Quieres ver cómo hago una pirueta?! —Lisa intentó correr lejos del agarre de Rosé, pero esta tomó más fuerte su cintura y negó.
—Matare a JiSoo.
JiSoo había decidido que su mejor idea era darle a Lisa ocho shots de Vodka con Gatorade solamente porque Lisa se veía muy "aburrida" con la amargada de Rosé, en sus propias palabras.
—¿Sabias que fui porrista en la secundaria?
—¿Tenias pompones y todo eso? —Rosé mantenía su tono serio mientras caminaban de camino al apartamento de Rosé que quedaba más cerca.
Lisa asintió feliz.
—¡Déjame hacer una pirueta! —Lisa intentó zafarse del agarre de Rosé.
Rosé rió y negó.
—Solo conseguirás romperte el cuello.
—¡No es cierto! ¡Yo podía hacer mortales con los ojos cerrados!
—Lo dudo, Lils. Te tropiezas cada dos pasos que das.
Lisa bufo molesta.
—¡Mentira! —segundos después la omega tropezó con una piedra que estaba en su camino.
Rosé rió y cargó a Lisa como un costal de papas.
Lisa chillo por el repentino movimiento.
—No quiero que te rompas de camino a casa.
Lisa veía el trasero de la alfa y sus manos estaban dando pequeñas palmaditas a la espalda de Rosé.
Lisa rió.
—Me gusta tu trasero, se ve suave.
—A mi también me gusta tu trasero. —bromeó Rosé.
Las mejillas de Lisa se pusieron rojas.
Después de unos minutos llegaron al apartamento de Rosé.
La Australiana vivía en una buena zona de la ciudad, era un edificio seguro y con un buen sector.
La veterinaria estaba cerca y los restaurantes abundaban.
A diferencia del hogar estilo indie/bohemio de la casa de Lisa, Rosé realmente nunca tuvo tiempo de decorar su enorme departamento.
Las paredes eran blancas y grises, los muebles sencillos y modernos de color blanco y no había casi nada más que una televisión que Rosé realmente no usaba, un gran librero y lo básico para sobrevivir en casa.
Dos años viviendo en el mismo lugar, pero Rosé nunca tuvo la oportunidad de convertir su apartamento en un hogar, nunca pensó en hacerlo.
Lisa bajo de los hombros de Rosé con cuidado, y se recargó en la pared.
—¿Te sientes bien? —Rosé preguntó seca y le dio una camisa y unos pants a Lisa para que pudiera cambiarse de ropa porque la suya estaba llena de Whiskey barato y Vodka.
—Nunca he estado mejor. —Lisa empezó a quitarse su camiseta.
Rosé volteo la mirada, sin ver a la suave omega quitando su gran sudadera y dejando ver estrecha cintura y su piel nívea.
Rosé camino a la cocina y sirvió un vaso de agua para Lisa, pero al regresar la vio en la cama viendo sus pies.
—¿Sucede algo?
—No puedo quitarme los pantalones. —Lisa se veía triste, casi al borde del llanto.
—¿No puedes quitarte los pantalones?
—No.
—¿Por qué, Lili? —Rosé le dio el vaso del agua a la omega, que le dio un sorbo.
Rosé rió al ver que a la omega se le resbalaba el vaso.
—No puedo —Lisa hizo un puchero—. ¿Me ayudas? —preguntó inocente la Tailandesa.
Claramente Lisa no tenía idea de que estaba haciendo o diciendo, estaba muy borracha y Rosé no sabía que hacer.
¿Quitarle la ropa?
De verdad no quería incomodar a la omega con sus acciones.
—¿S-Seguro? —tartamudeó la alfa y Lisa asintió.
Rosé se acercó y Lisa se levantó suavemente.
Lisa la veía con sus dulces ojitos avellanas con sus pupilas dilatadas y brillando.
Esos dulces ojitos con pestañas largas decorándolos.
Rosé suspiró nerviosa, sin Lisa prestando realmente atención.
Sus manos llegaron al botón del pantalón y lo desabrocho lentamente, se sentía extraño a pesar de que solamente estaba ayudando a Lisa a cambiarse de ropa, no era nada sexual pero Rosé sentía su corazón latir fuerte por la cercanía de Lisa.
Rosé llegó al zíper y lo bajo lentamente, después puso sus manos en el borde del pantalón a la cadera y lo fue bajando lentamente.
Sus manos temblaron un poco, y un suspiró nerviosa salió de ella.
Su respiración se detuvo un segundo al ver las suaves bragas color azul que usaba la omega, un pequeño lazo blanco en el centro superior.
Rosé fue bajando el pantalón, dejando a la omega sentarse en la cama.
Nunca toco un espacio privado de la piel de la omega, e intentaba no mirar demasiado, pero era inevitable, técnicamente estaba desnudando a Lisa.
Sus manos seguían sin tocar su piel, y sus ojos intentaban seguir siendo lo más respetuosos posibles.
Bajaba el pantalón lentamente hasta que llegó a las rodillas, sus manos rozaron lentamente la piel y la omega jadeó un poco.
No es consciente de que está haciendo, se repetía varias veces la alfa.
Las manos de Rosé rozaron lentamente la piel de la omega, disfrutando la suavidad de sus piernas y el pequeño sonrojó en las mejillas de Lisa.
Rosé terminó de sacar los pantalones y soltó la piel suave de la omega, que se veía tan delicada y cansada en su cama.
Lisa se quedó dormida en segundos, sin ponerse los pants que le dio Rosé y haciendo pequeños ruidos de cansancio.
Rosé acarició suavemente el rostro de Lisa después de arroparla en la cama.
Rosé salió de la habitación con su corazón latiendo fuerte y soltando feromonas de excitación que había retenido.
Vio sus manos; aquellas manos que rozaron delicadamente la piel de la omega que desea y que ahora duerme placido en su cama.
Con sus mejillas sonrojadas y su corazón latiendo rápido, se quedó dormida en el sillón.
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