𝗔𝗳𝘁𝗲𝗿𝗴𝗹𝗼𝘄 ✿ 𝗝𝗮𝗸𝗲𝗵𝗼𝗼𝗻

Epílogo

Beep, beep, beep.

Los aromas eran completamente extraños, sanitarios. Se escuchaba un pitido frenético y errático. Había voces, varias; susurros, había preocupación. Pasos, urgentes y débiles. Se movían. SungHoon sintió su boca rasposa y amarga, dedujo que había dormido bastante ya que sus párpados pesaban.

Beep, beep...

Su latido del corazón era lento, pero al tratar de abrirlos ojos y querer mover un brazo, su pulso se aceleró.

Beep beep beep beep beep....

El pitido alertó a alguien, porque pronto sintió una mano colarse en su frente. Era cálida y suave. Era su mamá.

─ SungHoon. ─ dijo bajo. ─ Estamos aquí contigo, no te preocupes. ─ Sus palabras eran calmadas y le hicieron relajarse. Su cuerpo se sentía pesado y su estómago vacío. Sintió a su madre colocar las manos en sus hombros y le hizo recostarse de nuevo. Su cerebro era demasiado lento para su gusto.

"¿Qué había pasado?"

─ ¿Dónde... ─ su garganta ardió, la voz sonó forzada. ─ ¿Dónde estoy? ¿Dónde está Jake?

─ ¿Qué? ─ pregunto Mina, y entonces, SungHoon sintió otras presencias en la habitación. Abrió sus ojos lentamente; su papá y HeeSeung le estaban mirando, había preocupación en sus rostros.

─ Nada. ─ dijo y examinó la habitación. Colores blancos y grises abundaban en ella, el olor a esterilizante era intenso y notó que su brazo tenía una intravenosa, el dolor de garganta no se iba. Recordó lo que pasó. Lo que hacía ahí. Estaba en un hospital. Cerró sus ojos y suspiró pesadamente.

─ ¿Quién es Jake? ─ preguntó HeeSeung, su voz sonó más alta de lo normal.

─ Entonces sólo fue eso. ─ susurró con melancolía. ─ Fue sólo un sueño.

Su padre pasó una mano por su cabello con suavidad. ─ Hijo, estamos preocupados por ti.

─ Traté de suicidarme. ─ soltó de golpe, mirando a los presentes, sus padres tenían la mirada baja, pero HeeSeung no, él sólo asintió. ─ No funcionó.

Ante aquellas palabras, su madre comenzó a llorar y su padre le dio un ligero apretón en el hombro. SungHoon sabía que estaba lastimando a sus padres, pero con ello de dio cuenta de que las cosas estaban peor de lo que pensaba, no había visto a sus padres en más de un año y medio.

─ Estaba muy preocupado. ─ Era HeeSeung ahora, una de sus manos descansando en el hombro de su madre. ─ No tienes idea de lo asustado que estaba, encontrarte así... ─ se detuvo y bajó la mirada.

─ ¿Cuánto... hace cuánto que estoy inconsciente? ─ Pedazos de recuerdos vinieron a su mente; la repostería, JungWon, su casa, Jake. Todo era muy doloroso, dándose cuenta de que todo aquello fue producto de su imaginación.

─ Tres días. ─ respondió su madre, envolviendo su mano con las de él. ─ Vinimos tan pronto como nos enteramos.

SungHoon cerró sus ojos y dejó escapar un suspiro. No quería tratar con todo de nuevo. No quería estar ahí. El peso estaba de regreso, llenando su cabeza con tanto que le fue imposible sentirse aliviado. Había escuchado historias, historias de personas que habían muerto y regresado a la vida, que habían visto el cielo y otras cosas.

Probablemente el sueño fuera eso, su cielo.

─ Quiero ir a casa. ─ soltó el rubio, un sollozo escapando de sus labios.

Sus padres se alejaron y se vieron el uno al otro, posteriormente a HeeSeung. Él asintió y se acercó después.

─ SungHoon, podemos hablar de esto una vez te mejores. ─ dijo el azabache, tomando la mano del menor, pero éste se alejó.