Capítulo 10 - En las paredes

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Mateo y (T/n) siguieron a las ratas por las escaleras y por el pasillo

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Mateo y (T/n) siguieron a las ratas por las escaleras y por el pasillo. Doblaron la esquina y vieron a una de las ratas estrujándose detrás del marco de un cuadro.

Mateo se arrodilló y golpeó el marco, y el suyo crujió. Lo abrió para revelar un pasaje secreto.

Mateo y (T/n) lo atravesaron y entraron. Las grietas también estaban ocurriendo dentro de las paredes.

(T/n) jadeó y agarró el brazo de Mateo cuando una rata pasó corriendo junto a sus pies hacia una parte brumosa del túnel.

La pieza en su boca parecía levitar en el aire hasta que
relámpago destelló revelando la silueta de una figura.

Mateo y (T/n) jadearon en estado de shock antes de que la figura huyera. Los dos salieron de su estado aturdido y lo persiguieron.

La figura saltó a un nivel más alto, mientras que los dos se deslizaron hacia abajo a uno más bajo. Lo miraron mientras corría y la figura bajó unas escaleras. Mateo y (T/n) se deslizaron por el suelo rompiendo la escalera inferior para poder salir.

"Tranquila, mamí. A ver Inhala y ahora exhala profundo". Camilo le dijo con dulzura a su madre mientras

sostenía una taza de té en sus manos.

De repente, Mateo se estrelló contra la pared detrás de ella, lo que provocó que Pepa disparara un rayo que golpeó a Camilo, lo que provocó que cambiara a diferentes personas.

Mateo y (T/n) seguían persiguiendo al hombre.

"¡alto!" Mateo le gritó.

Casi lo agarró, pero saltó sobre un gran agujero en el suelo al rebotar en las tablas que sobresalían.

Mateo se congeló y extendió su mano para detenerse (T/n).

Levantaron la vista y vieron la figura doblar una esquina. Tomaron un profundo y saltaron a través del agujero, pero cuando aterrizaron en el otro lado, las tablas debajo de ellos cedieron y cayeron.

Mateo agarró un soporte de bambú con una mano y agarró a (T/n) por la cintura con la otra. Ella se aferró a su cuello como si fuera su vida, mientras la vara de bambú comenzaba a romperse.

"¡No! ¡No! ¡Auxilio! ¡ayudenme..." gritó.

"Casita! Casita!" (T/n) lloraba

"¡Ayúdanos! ¡Ayúdanos!" Mateos gritó, mientras su mano se deslizaba del palo.

Pero antes de que cayeran, una mano agarró la de Mateo. Levantaron la vista y vieron a Bruno mirándolos.

"Estás muy sudoroso". comentó.

De repente, las tablas debajo de él también cedieron. Por suerte, (T/n) agarró una rama con las manos. Mateo se aferró a la mano de su Tío mientras la otra aún estaba envuelta alrededor de la cintura de (T/n), y trató de no pensar en cómo su rostro estaba presionado contra su pecho.

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