Estrellas

Capítulo IV

-Hola... -dijo Shun tímidamente cuando Aren pasó por su casa para irse al instituto-. ¿Te encuentras mejor?

-¿Eh? Ah, sí, sí, ya estoy mejor -respondió el más alto de los dos más nervioso de lo que esperaba.

Ambos sintieron la tensión que había en el ambiente. El otro día Shun hizo una cosa muy precipitadamente y, para su desgracia, Aren se enteró. Pero él no lo sabía y pensaba que era su culpa que los dos estuvieran tan incómodos. Así que intentó arreglarlo.

-¿Al final probaste el pastelito? -le preguntó.

-¡Sí! Estaba muy bueno, gracias.

-No hay de qué -dijo mirando al suelo.

-Por cierto -le llamó Aren-, siento haberme dormido. Cuando me desperté ya te habías ido -le mintió- ¿Estuviste mucho rato allí?

-Eh, n- no. Tenía c- cosa q- que hacer y m- me fui -respondió tartamudeando.

-Ah, bien.

El resto del camino lo pasaron en silencio. Cada uno pensando en sus cosas, que de hecho, era el mismo pensamiento. Los dos pensaban en lo que pasó la tarde de ayer y en lo incómodo que se les hacía ahora estar con el otro. Por suerte, se encontraron con Nendo y con Saiki y se fueron con ellos.

Al llegar a clase, cada unos se sentó en su sitio y no se hablaron en toda la mañana. Entre clase y clase, cada uno se iba a hablar con una persona diferente y se intentaban evitar. Lo mismo pasó en el descanso para comer. Se sentaron junto a sus amigos pero no se dirigieron la palabra. A todos les pareció extraño. Y mientras Shun iba a por una botella de agua y Aren iba al baño, sus amigos lo comentaron.

-Oye -dijo Yumehara-, ¿No os parece que Kaido y Kuboyasu se están evitando?

-Es verdad -contestó Mera.

-A lo mejor tuvieron una discusión -dijo Teruhashi.

-O problemas de pareja, jajajsjs -bromeó Aiura.

La verdad es que Shun y Aren siempre estaban juntos y sus amigos bromeaban diciendo que estaban saliendo, siempre y cuando ellos no estuvieran cerca.

-¡No digas tonterías! -exclamó Yumehara indignada, que no le gustaba que hicieran esas bromas, ya que le gustaba Kaido.

"Pues no va mal encaminada" pensó Saiki, que, para su desgracia, se enteraba de todo lo que pasaba, y, por supuesto, estaba al tanto de lo que pasó entre Shun y Aren.

Justo entonces llegaron los dos mencionados y se sentaron en la mesa sin decir nada. Los demás cambiaron de tema rápidamente y siguieron hablando hasta que les tocó volver a clase.

En las siguientes clases, tanto Shun como Aren, no pudieron prestar atención en clase. Les preocupaba mucho que la incomodidad entre ellos se prolongara mucho hasta que ya no se volvieran a hablar. Ambos pensaron en miles de conversaciones y temas para hablar después de las clases. 

· · ·

Por fin sonó el timbre que anunciaba el final del día escolar y, cuando salían del instituto, Nendo y Saiki les dijeron que hoy no podían ir con ellos.

Estuvieron todo el camino callados, mirando a cualquier cosa que no fuera el compañero que tenían al lado.

Cuando llegaron a casa de Shun ya se estaba haciendo de noche, porque las clases habían acabado más tarde y habían ido más despacio de lo normal. 

Se despidieron, y cuando Shun estaba apunto de entrar en casa, escuchó cómo le llamaban.

-¡Shun! -le llamó Aren.