Violentómetro [MuzDou](R+18)

20. Encerrar, Aislar.

Sus ojos arcoíris apenas podían abrirse de la intensa fiebre que sentía. Estaba completamente desnudo con sangre saliendo de su boca y sangre y semen saliendo de su ano.

A duras penas pudo reconocer el ático, el cual estaba completamente vacío a excepción del colchón donde estaba recostado. La ventana que el ático tenía estaba tapiada con madera y la puerta de este tenía un candado puesto.

-Buenos días zorra.- Observó a su derecha y tembló de miedo al ver a su esposo junto a el sentado en una silla. -Al fin despiertas, ya me estaba aburriendo.- Se quitó la remera gris donde se veía la mordida vendada y luego el pantalón junto al boxer.- Era aburrido tomarte mientras dormías, me gusta más cuando gritas que me detenga e intentas luchar, te hace ver más estúpidamente tierno de lo normal.-

-Los niños.... ¿dónde están?-

-Tranquilo, están en casa de los Kamado, no quisiera que escuchen a su madre llorar y gritar.- Separó bruscamente las piernas de Douma y se acomodó entre ambas. -Ahora grita para mi, maldita zorra.-

-Michikatsu, esto no está bien.- Se quejaba el oficial Genya escondido junto al de coleta y un rubio de puntas rojas entre unos arbustos. -El señor Kibutsuji no salió de la casa, si te ve podría denunciarte por acoso.-

-Que lo denuncie si quiere. A diferencia de Michi yo ya terminé mi carrera de abogado y si con este vídeo tenemos pruebas la denuncia será en contra suya por violencia doméstica, abuso, maltrato y demás. Además los niños no salieron nunca de la casa, tampoco sabemos si están a salvo o no.- Hablaba Kyojuro Rengoku mientras grababa la entrada de la casa con su cámara.

-¿Sería capaz de lastimar a sus propios hijos?- Genya miró preocupado el segundo piso de la casa, lugar donde estaban las habitaciones.

-Este monstruo es capaz de cualquier cosa que se te ocurra o que no se te ocurra.- Michikatsu miraba con odio aquella casa, deseando poder salvar a esos pobres niños y ese pobre madre que tanto amaba.

-Silencio.- Susurró Genya al escuchar un ruido cerca. -¿Oyeron es-?

El rubio y el pelinegro voltearon hacia Genya y este ya no estaba junto a ellos, y el hecho de que fueran las dos de la madrugada y todo estuviera a oscuras los tenía con los nervios de punta.

-¿G-Genya?- Preguntaron con la voz temblorosa al ver un arbusto moverse junto a ambos.