16. Pellizcar, Arañar.

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El timbre volvió a sonar y se asomó por la puerta viendo a su esposo que pasaba y se acercaba a las escaleras. -¿No abriste ya Muzan?-

-Cállate maldito estorbo. Y encargate de que Rui no llore o tu te llevarás las consecuencias.- Ordenó dándole un golpe "suave" a Douma en el brazo que lo hizo trastabillar y hacer una mueca de dolor. -No lloriquees, solo estaba jugando.- Cuando Douma entró a la habitación cerró la puerta con llave.

-Tengo que sacar a mis hijos de aquí.- Pensó Douma decidido.

Muzan abrió la puerta observando a tres policías, dos con cicatrices uno albino y otro pelinegro y un hombre albino de ojos rojos junto al pelinegro de coleta.

-Kibutsuji Muzan, somos los oficiales Tengen y Shinazugawa. Nos fue informado un severo caso de violencia doméstica. ¿Podría dejarnos pasar a revisar?- Habló el albino de cicatrices.

-Ohh lo siento oficiales debe ser un error. Además mi esposa y mi hijo menor están enfermos, debo cuidarlos.- Sonrió amablemente el albino de largos cabellos.

-P-Pues yo se primeros auxilios, así que podría revisarlos hasta poder llevarlos a un hospital.- Sugirió tímidamente el oficial pelinegro de cicatrices.

-No quiero ser una molestia, oficiales. Además no es nada.- Sonrió cordialmente Muzan.

-Me da igual si es nada o no. Quiero entrar a ver a Douma y los niños.- Habló Michikatsu molesto dando un paso hacia el dueño de casa.

Muzan afiló su mirada y miró de reojo al Tsugikuni. -Tu alejate de mi familia chico. Se que quieres acostarte con mi esposa. Ahora ya lo entiendo todo oficiales. Este chico les está haciendo una broma pesada. Es el amante de mi esposa. ¿Te parece bien? Primero perturbas mi matrimonio, luego perturbas la siesta de mis hijos a las tres de la tarde y además molestas a estos pobres oficiales que seguramente ahora mismo estarían tras algún criminal super peligroso que les daría un ascenso con su encarcelamiento.-

Los dos oficiales albinos fruncieron el ceño molestos y voltearon a ver al veinteañero. -¿Es verdad eso, niño?- Preguntó el de ojos rojos, quien tenía una cicatriz vertical en su ojo izquierdo.

-N-No... E-Es verdad oficiales, e-este hombre maltrata a su esposa.- Tartamudeó aterrado Michikatsu. Decía la verdad, pero le daba miedo ver a los oficiales enojados y en contra suya.

-Disculpe señor Kibutsuji, pero para quedarnos más tranquilos, ¿podría traer a su esposa?- Preguntó preocupado el oficial Genya. -No es que no le crea señor, pero es solo para mayor seguridad.- Aclaró al tener la mirada filosa del Kibutsuji, su hermano y su colega sobre el.

-Bien, en seguida vengo.- Respondió Muzan cerrando la puerta, para después volver a abrir abrazando a Douma por las caderas, quién se veía pálido hasta en los labios y la nariz roja. Tenía una bata que cubría su tembloroso cuerpo. -Aquí tienen a mi esposa. El pobre estaba recostado en nuestra cama luego de tomar su medicina.- Besó cariñosamente la mejilla de Douma mientras a espaldas pellizcaba una de sus nalgas.

-L-Lamento la molestia oficiales.- Se tomó un momento para garraspear. -Y-Ya me siento mejor, si llego a empeorar le diré a mi esposo para que me lleve al hospital. Lamento haberlos molestado.- Habló el peliplata sintiendo su cuerpo temblar y arder por la fiebre.

-Ya ven oficiales, mi bebé necesita descansar. Lamentamos haberlos molestado. Y tu niño, deja de molestar a los oficiales, a mis hijos y a mi esposa, o te pongo una perimetral por acoso.- Amenazó aferrándose a las caderas de Douma.

-Lamentamos haber interrumpido su tranquilidad señor Kibutsuji.- Se disculpó el oficial Uzui Tengen.

-Nos encargaremos de este pendejo metiche.- Avisó el oficial Sanemi agarrando del hombro a Michikatsu.

-E-Esperamos que su esposa y su hijo se recuperen pronto.- Sonrió amablemente el oficial Genya Shinazugawa observando preocupado el terror en los ojos del peliplata, quien a gritos silenciosos pedía ayuda. -Tengo que volver solo y cuando el señor Kibutsuji no esté. Acá algo anda mal.- Pensó Genya yéndose del hogar junto con sus compañeros y el de coleta.

Después de la advertencia de su hermano y su colega hacia el Tsugikuni. Aguardó que ambos se hayan ido en sus respectivas motos y tomó al pelinegro del hombro. -Michikatsu. Vi el miedo en la señora Kibutsuji y quiero que sepas que estoy de tu lado.- Le extendió un papel. -Consigue un buen abogado, vendremos cuando el señor Kibutsuji no esté. Si conseguimos evidencia ya cuando tengas abogado y hagas una denuncia podré abrir un expediente para denunciarlo formalmente y enviar a policías de verdad. Nos mantendremos en contacto.- Sonrió amablemente poniéndose su casco y subió a su moto.

-Gracias oficial Shinazugawa.- Sonrió alegre Michikatsu.

-Por favor, llámame Genya.- Sonrió Genya hacia el contrario y encendió el motor yendo hacia donde se dirigieron Sanemi y Uzui.

Violentómetro [MuzDou](R+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora