Capítulo 8

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- ¿Señorita se encuentra bien? - cuestiono la sirvienta que le acompañaba con preocupación en su rostro sin saber la razón de su repentino cambió ¿Como era posible estar radiante y brillante como el sol a verse triste y apagada de un momento a otro? Pensaba la sirvienta para sí misma al ver a su señorita en tal estado lo que le hizo volver a cuestionarse ¿Que pudo haber sucedido durante su pequeño descuido en el que la señorita se adelantó a entrar a la funeraria cuando decidió tomarse un segundo para recomponer el aliento una vez en la entrada del lugar?
- No te preocupes, mejor volvamos.
- Pero usted bajo únicamente para visitar la funeraria.
- No había nadie así que podemos volver otro dia - la sonrisa a medias de Yin baihé le dio un poco de calma a su compañia cómo una forma de excusarse de que su estado de ánimo se debía a eso, pero la verdad era que su precipitada y silenciosa huida fue por una razón diferente y era que no supo qué más hacer cuando se encontró a Zong li con una encantadora sonrisa en sus labios que no era para recibirla a ella sino más bien aquella sonrisa le era dedicada a la nueva secretaria de la funeraria y por si eso fuera poco lo que mas la perturbó fue la cercanía que había, Yin baihé hacía por evitar parpadear con esfuerzo para no tener que recordar la imagen de Zong li con una mano apoyada sobre el escritorio donde la secretaria laboraba y demasiado cerca de ella mientras su mano libre sostenía una de las manos de la contraria, sus pasos se detuvieron de la nada al sentir un pinchazo en el pecho acompañado de una pesadez que le hacía difícil respirar.
-Señorita.
- Estoy bien solo creó que estoy un poco cansada - comentó con tranquilidad para no preocuparla más, justo en ese momento la melodía de una lira llamó su atención.
Oh viento sobre el que vuelan todos los himnos y cantos, lleva a estos caminantes de la tierra hacia los cielos! - se escuchó la voz del bardo cantar mientras se acercaba con una sonrisa que se borró al ver el rostro pálido de Yin baihé - no te vez bien, ya se que ara que te sientas mejor - sosteniendo la lira en una mano con la otra Venti le extendió una manzana - son mis favoritas y como dicen por ahí "barriga llena, corazón contento" - comentó volviendo a sonreír.
- Muchas gracias Venti - agradeció la jóven con una sonrisa igual a la de él antes de darle un mordisco a la fruta, dejando que el néctar dulce se llevará el mal sabor de boca que aquel recuerdo le causó.
- Eso es, te ves mucho mejor cuando tus mejillas tienen el mismo color que esa manzana.
- Tenga más respeto por la señorita, bardo igualado - alegó la sirvienta como si la ofendida hubiese sido ella.
-Es verdad, la última vez dijiste que si necesitaba algo que acudiera a ti - comentó Venti ignorando lo dicho por la sirvienta que solo lo observaba con molestia ya que se tuvo que contener con un solo ademán de Yin baihé al no querer llamar más la atención de las personas alrededor.
- Así es, la última vez no pude agradecerte por haber tocado para mí ¿Hay algo que pueda hacer por ti?
- Si que puedes pero tengo curiosidad por saber si eres tan rica como aparentas, por qué no vamos a tu casa y me invitas a tomar algo.
- Este bardo ¿Se volvió loco acaso? - gruñó la sirvienta.
-Calma, si eso es lo que deseas con gusto estás invitado a la Cámara de Jade, bardo - él ex Arconte Anemo le observó con sorpresa para luego dirigir su mirada azúl verdosa al cielo donde se podía apreciar el majestuoso palacio en el aire y de nuevo volver su mirada a la joven conocida como la aclamada Flor de la Camara de Jade o mejor dicho de toda Liyue.
- Sera todo un honor señorita - Venti termino por hacer una agraciada reverencia y con los ánimos renovados Yin baihé y compañía ascendieron al palacio.

El Ángel de Liyue (Zong Li)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora