cerveza

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Los días pasaron sin pena ni gloria y sin alguna  denuncia por parte de Jeonghan o Joshua, por lo tanto, fueron días normales. Después de la conversación en la oficina de Boo Seungkwan, Seungcheol, se sentía intranquilo. No es como si pudiera intentar adivinar sobre lo que sería su porvenir para el artículo de fin de temporada, pero estaba en nada, como al comienzo, no sabía de qué escribir.

— Deberías de parpadear, hyung. Me empiezas a dar miedo. — La voz de Chan fue más fuerte de lo que hubiese querido y lo atolondró por segundos.

Sólo rodó los ojos en respuesta de "quiero estar en silencio". Para su buena suerte, el menor había entendido.

Miró al reloj de su mesita y pensó que cuando regresara a casa todo sería tan monótono como siempre, sin inspiración o algún desliz de energía para emocionarse, realmente, se estaba volviendo en un completo viejo amargado. Miró como al costado tanto Chan como Vernon estaban conversando animadamente, sonrió levemente, como era de esperarse estos hablaban tan fuerte que él podía escuchar todo.

— Siempre soñé- o bueno- pensé que estar en una revista sobre celebridades me terminaría poniéndome en una trama de película. — Dijo Vernon mientras comía unas papitas. — ¿Qué?¡ No me mires así!—

— ¿Cómo así? A veces siento que eso de bromear con lo de las drogas es una verdad reprimida. — Se burló el pelinegro y cogió un poco de papas de la bolsa.

— ¡Ey! No digas eso en voz alta, se puede malinterpretar. — 

Seungcheol quiso reír. ¿Era en serio? Probablemente todo el departamento los estaban escuchando fuerte y claro.

— Bien, bien, pero dime a lo que te referías. — Chan puso una pierna arriba de la silla como si quisiera sentir más comodidad. Vaya. Estos chicos sí que no sabían lo que eran modales de oficina.

— Ya sabes... Ir de encubiertos como guardaespaldas de alguna celebridad y así descubrir algún rumor. ¡No es como si quisiera hacerlo! Pero siempre me imaginé que este trabajo requeriría ello. —

¿Qué?

Con la última conversación dicha por el extranjero, Seungcheol, creyó que era momento de detener su oreja entrometida y avanzar con el trabajo que tenía en sus manos. Aún así, no pudo evitar pensar que lo que había escuchado era bastante fuera de sentido. Esto no era Disney, no era tan fácil suplantar y fingir ser alguien más, la vida real era más aburrida y complicada. Además, eso de involucrarse en vidas ajenas no iba con él.

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— No jodas. — Sakura estaba al otro lado de la línea y estaba tan sorprendida como él, al menos, no compartía ese sentimiento en soledad. Un poco de carga de su espalda fue liberada, pero sólo un poco. — Repite lo que acabas de decir. ¡Ahora! —

Respiró hondo y como si volviera a ser la primera vez que lo decía, habló nervioso y rápido.

— Quieren que me convierta en un guardaespaldas de un famoso para conseguir una primicia sobre el nuevo drama que filmará. — Soltó por segunda vez y quiso darse con su escritorio. — ¡No puedo aceptar esto! Estaría cometiendo un crimen. — 

— Sí. —

¿Sakura sólo iba a decir "sí"?

— Cómo que "sí". — Remarcó en llamada.

— Es que. Es que, ¿qué quieres que te diga? Llevo ya más de cinco meses de embarazo y que me vengas con esto me ha pegado de sorpresa. Desde mi boda dejaste de comunicarte y lo primero que me cuentas es que eres parte de la prensa rosa. — Le respondió ella suspirando. — ¿Qué esperas que te diga? — 

Foto con flash (Jihan/Jeongcheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora