Pasiones Negadas [#6 Pasiones-BL]

Capítulo 8

Declan

Samson caminaba de un lado a otro de la estancia, puedo notar el choque de emociones brotando de su cuerpo a cada segundo que pasa: la incredulidad, el enojo, la furia e ira, el dolor y la impotencia; todas y cada una fusionadas a través de sus oscuros ojos. Tal parece que su paciencia acaba de llegar a la cúspide del límite permitido, tan abrumado y a la vez lleno de odio. Intente atrasar este momento todo lo que me fue posible, tuve miedo de ver el choque de la verdad y siendo sincero, tuve miedo de mi propio pasado; incluso un antiguo Dios posee oscuros pecados por los que merece ser sancionado y yo...yo los merezco más que nadie en esta vida.

Intento centrarme en mis propias emociones respecto a todo esto; no obstante, no hay nada ahí. No siento nada que me oprima el pecho, solo un enorme vacío y, quizás, eso sea peor que el dolor más profundo. Demuestra que me he rendido. Evidencia aquello que nunca he aprendido a realizar a ciencia cierta: Vivir mi presente sin los fantasmas que oprimen mi pasado, pero...

¿De verdad importa si quiera que lo haya intentado? ¿En serio se marcó alguna vez la diferencia? Es evidente que ni siquiera el paso de los siglos ha funcionado para que los fantasmas se queden dónde están, incluso ellos vienen a mí.

—Y, exactamente, ¿por qué me estoy enterando ahora de todo esto Declan? —La voz de Samson me saca de mi ensoñación. Puedo ver como intenta que las palabras escapen de sus labios sin titubear, sin embargo, su boca apretada y el tono que emplea evidencian su furia.

Cierro mis ojos durante unos segundos en un vago intento de que mis pulmones recuperen el aire que les falta. Por primera vez en mi vida, en toda mi existencia, siento algo que ni siquiera la lucha contra los híbridos logró provocar en mí: miedo. Es eso, ese es el fondo de toda la situación, el inicio de todo mi enojo parte de ahí, del terror de darme cuenta que se acerca el fin. Que incluso elegiría una vez más todas nuestras peleas antes de esta verdad. Lo peor es que puedo sentir que Samson se siente de la misma manera.

— ¿Cómo? —La palabra escapa casi como un susurro de mi propia boca, puedo sentir mi propio tono gélido por ese simple hecho—. ¿Cómo se supone que le digas a una de las personas más importantes de tu vida que vas a morir en menos de un mes?

— ¿Y cómo se supone que me enterase? —interroga acercándose tanto a mí cuerpo que necesito alzar la cabeza para mirarle directo a los ojos. Sus ojos siempre me parecieron tan profundos y hermosos, era como ir a una playa en la noche y contemplar como el cielo nocturno oscurecido se fusionaba con el mar, simplemente demasiado relajante. Por otro lado, también lucen desgarrados ahora y un poco fríos—. No me digas Declan ¿esperabas que un día despertase y solo me diera cuenta de que no te vería más? ¿Por qué tengo que enterarme por alguien más de que la persona que quiero se está muriendo?

No puedo evitar sonreír, incluso en estos momentos el amor de Samson llena de calidez mi corazón; sin embargo, hace muchos años, cuando supe que no era digno de ser querido me di cuenta de que el amor a veces no puede curarlo todo por mucho que una sola persona desee de que sea así. Y yo ahora en verdad quisiera que fuese así, porque no mentí cuando le dije a Samson que anhelo que él tome las decisiones por ambos, quiero que él me guie y quiero volverme todo lo correcto que él se merece en esta vida. No obstante, cuando hablo me escucho a mí mismo preguntar:

— ¿Me habrías creído? —Samson parpadea y no necesito que hable en voz alta para saber la respuesta—. Siempre dices que soy una pequeña rata asquerosa y que mi palabra no vale para ti; ¿no es acaso mi palabra tan falsa como yo Samson? ¿No hay tantos sobrenaturales muertos por confiar en mí?

Noto que sus hombros se tensan y sé que acaba de reconocer mis palabras. Son las mismas que me lanzó cuando estábamos en Escocia y los miembros del Consejo de Ancianos comenzaron a aparecer asesinados. Fue igual que un puñal clavado en mis entrañas cuando le escuché decirle a Robert que se alejase de mí si quería seguir vivo. Por lo que no dudo cuando vuelvo a preguntarle.