Capítulo 15

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Declan

Cuando vuelvo a despertar toda mi cabeza da vueltas como si de un tiovivo se tratase. Continúo en la misma habitación en la que estuve con Samson la última vez que anduve consciente, solo que no estoy muy seguro de si han pasado días u horas desde aquello; tan solo una cosa es cierta:

«¡Estoy hasta los cojones de seguir desmayándome y recobrando la conciencia en este tipo de situaciones!». Primero fue el bosque y ahora en la cama donde Samson me drogo para dejarme. Esta es la peor parte, los recuerdos, sentirme impotente ante ellos. A mi mente vienen las imágenes de antes de mi desmayo como si de una película se tratase; el cuerpo de Samson apretado y jadeante contra el mío, sus labios y sus carias, sus besos y sus lágrimas.

¡Sus lágrimas!

El salado líquido que se deslizaba por sus mejillas al mismo tiempo que el dolor emanaba de sus oscuros ojos y la hermosa confesión salía de sus labios.

—¡Hijo de puta! —susurro intentando incorporarme y, para mi sorpresa, no paso trabajo al hacerlo. El cansancio que sentí hasta el momento que caí desmayado ha desaparecido por completo; la ola de energía que amenazó con destrozarme de adentro hacia afuera ya no está. No puedo decir que haya recuperado el cien por ciento de mis fuerzas; sin embargo, es evidente que ya no estoy al borde del abismo final. Puede que no termine de poseer toda mi forma, pero al menos vuelvo a estar estable, recuperándome poco a poco—. ¿Qué hiciste gatito? —murmuro casi con pesar pasando mis manos por mis cabellos con desesperación.

Samson no estaba ni remotamente cerca, incluso su olor está desapareciendo por completo de las sábanas y, por algún extraño motivo, yo estoy mejor.

Los pasos en la estancia llaman mi atención, pero me niego a alzar la mirada. No quiero, no quiero ver a nadie. Tengo que encontrar la manera de salir de aquí y buscar a Samson.

—Ya veo que has despertado. —La voz de Castiel llena mis oídos y tan solo en ese momento alzo la mirada.

Aun en ocasiones, cuando le observo, logro ver a ese pequeño niño que siempre corría o volaba a mi alrededor; que enredaba sus pequeñas manitas en mi túnica hasta quedar dormido, que había pasado tanto dolor debido a la soledad de ser el primer sobrenatural. Puedo inflar mi pecho de orgullo al ver cómo ha crecido y se ha transformado en un hombre decidido y de buen corazón. Un hombre que ahora se acerca a mí con suavidad y, tomando una de las colchas de la cama, rodea mis hombros desnudos para evitar que el exceso de frialdad se apodere de mi cuerpo.

No me había fijado de que continuaba desnudo sobre la cama. Tiene sentido debido a lo que estaba haciendo antes de perder el conocimiento; no obstante, desperté con tanto sobresalto que ese hecho se volvió simplemente insignificante. Pero ahora, al ver las manos de Castiel sujetar las mías con suavidad y como se arrodilla para estar a la altura de mis ojos soy consciente de todo el peso que cae sobre mis hombros y de la cruda verdad.

—Se fue —digo casi en un susurro sintiendo un extraño escalofrío.

Ahora que miro en retrospectiva veo todo más claro que nunca; Samson se despidió de mí, de nosotros. Tomó su decisión y se marchó...para salvarme.

—Él vino a verme, me pidió que viniera a cuidarte, dijo que necesitaba arreglar algo. —Veo la mueca en el rostro de Castiel—. No lo entiendo, te estabas muriendo cuando te trajeron, pero ahora..., —Me observa de arriba abajo—. Tu energía parece haber vuelto a la normalidad. Estás estable, como antes del secuestro.

Me observo a mí mismo, dándome cuenta por segunda vez en menos de cinco minutos que Castiel tiene razón.

—¿Cómo es posible? —interroga el dragón incrédulo y sin poder evitarlo me echó a llorar entre sus brazos.

Pasiones Negadas [#6 Pasiones-BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora