Epílogo.

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Declan

Durante los últimos tiempos, el bar de Michael ha sido lugar de reuniones y celebración. Se ha vuelto testigo de alegrías y promesas de amor mutuo, de celebraciones de las vidas nacientes, de los amigos eternos y los amores inquebrantables. Hace algunos meses, me sentí fuera de lugar en estas celebraciones, que no lo merecía, que era un ajeno infiltrado en medio de promesas divinas. Sin embargo, hoy, mientras observo sentado desde los pies de Samson a todos divertirse, la cálida sensación de una familia me envuelve.

Ryan y Tobías juegan billar en una esquina del bar junto a Dereck y Michael; Reyes carga a los hijos de su hermano Logan y juega con ellos corriendo de un lado a otro, perseguidos por el pequeño tigre que tiene de mascota junto con Dylan. Este y Marcos tan solo observan a los gemelos con tiernas sonrisas en su rostro; el brillo en sus pupilas refleja todo el amor que sienten por sus parejas. En una época sentí celos de los gemelos por ser observado así, pero cuando giro mi visión para notar el mismo destello en los ojos de Samson sé que mi felicidad está completa.

Me inclino para besarlo, pero un pequeño manotazo en la parte trasera de mi cabeza me hace sacar un gruñido hasta que veo a Castiel y Robert, con Sloane en los brazos del primero.

—Recuerda que hay niños presentes. —Me acusa Robert—. No hagas cosas indecentes con el jefe del consejo en público.

Castiel suelta una sonora carcajada y me entrega a Sloane para que lo cargue. Siempre que puedo, intento pasar tiempo con mi nieto, me relaja y me hace creer que incluso los casos que se creían perdidos como Castiel poseen esperanza.

—Es una pena que Maddox tuviera que irse. —le dice Robert a Samson—. Se ha perdido la fiesta de celebración.

Samson bufa frustrado.

—Es su estilo de vida, suele perderse por meses a veces, dijo que tenía un caso importante.

—Pues yo me alegro que se haya ido. —Me quejo, aunque a estas alturas Samson sabe que solo lo digo de dientes para afuera, después de todo, el humano llegó a agradarme.

—Solo lo dices porque así puedes tocar a mi nuevo papá sin que nadie te lo quite. —Se burla Castiel antes de besar a Robert y salir caminando hacia la barra para no ver el ceño fruncido de Samson.

Esos dos continúan molestándose el uno al otro, Samson disfruta actuar como si odiara que Castiel le llame papito; sin embargo, sé que en el fondo se aprecian como una verdadera familia. Robert se sienta a mi lado al mismo tiempo en que Sloane expande sus alas y se va volando detrás de su papá; el pequeño dragoncito posee delirio con Castiel. Robert solo les observa con una sonrisa antes de volverse a hacia mí.

—Sigues sin contarnos que ha pasado con Christian.

Niego con la cabeza.

—Está lejos, en un lugar donde no volverá a hacerle daño a nadie.

La mano de Samson envuelve mi cintura atrayéndome más a él para darme un beso.

—Entonces, ¿es el final?

Niego.

—No, no tiene que serlo; —miro a todos mis amigos sintiéndome orgulloso de la enorme familia que hemos creado—. Después de todo, los finales solo marcan nuevos comienzos.

Pasiones Negadas [#6 Pasiones-BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora