Steps from you - [Katsudeku]

Declaración.

Desde mi ventana llegué

A conocerte a saber más

De ti que tus cuatro paredes

No sé como carajos lo hice, pero en solo una noche escribí toda la canción para Izuku.

Pensar mucho en él tiene sus ventajas.

Al recordar cada momento junto a ese pecoso hizo que las palabras empezaran a fluir sin esfuerzo, fue como si siempre hubiesen estado allí guardadas en un cofre cerrado con llave, que al apenas abrirlo salieron a flote todas aquellas palabras que deseaba expresarle.

Aunque todavía me falta la melodía, los arreglos y grabarla, es un gran avance; sin embargo, no puedo permitirme concentrarme totalmente en eso, ya que en unas semanas es la presentación y debo prepárame para que salga todo a la perfección.

Es la primera etapa y los profesores nos evaluaran en una "pequeña" presentación, donde los primeros cinco con mayor puntaje son los que pasaran a la siguiente ronda, donde competiremos contra otras escuelas y universidades de arte y canto para la discografía de la película.

Igualmente, si no ganas, tienes muchas oportunidades con otras discográficas que estén interesados en ti gracias al concurso.

Pero yo no quiero caridades, yo necesito pasar esta ronda en el puesto número uno, me niego a llegar solo entre los primeros cinco, debo y quiero ser el número uno en todo y esta no es la excepción.

Ahora bien, si dije "pequeña" presentación me refería a que solo los familiares —o en su defecto amigos— puedan ir, pero no significa que no debamos dar lo mejor de nosotros, esto es la oportunidad de nuestras vidas y no podemos perderla.

Lo extraño de todo esto es que me entregaron tres boletos para este show, el problema es que la dirección tiene en claro que solo llevo a mis padres cuando se realiza este tipo de presentaciones.

No tengo a quien más invitar, ya que los únicos que considero mis amigos estudian conmigo.

Así que les pregunté si ocurrió algún error a la hora de la entrega y me explicaron que efectivamente, ese boleto sobrante era mío.

[...]

Llegué al trabajo con algo de tiempo así que puedo relajarme tan siquiera esos diez minutos sobrantes. Me lanzo sobre el pequeño sofá vinotinto que se encuentra en mí camerino, cerrando un poco los ojos, cuando escuché como alguien entraba.

Es Sero, me viene a traer como todos los días mi nuevo traje; sin embargo, mi presencia lo toma por sorpresa.

—¿Qué haces aquí tan temprano?

—Salí un poco antes y quise venir a relajarme un rato a pensar.

—¿Y en qué querías pensar? Puedo ayudarte si quieres.