amor mío

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maldonia 16 de enero del 2023

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maldonia 16 de enero del 2023

Suficiente.

Era suficiente.

El rey Kim Seokjin había tenido suficiente con Taehyung, su hijo. Estaba cansado de su comportamiento inoportuno, de su falta de educación y de que le importara tan poco su dignidad como príncipe.

Estaba harto.

Fue hasta la habitación del príncipe y entró sin previo aviso, asustando al joven de cabello rubio.

"¿Por qué no tocas?", preguntó molesto Taehyung. Jin no mostraba ninguna expresión en su rostro. Taehyung sabía que algo estaba mal.

"Tienes dos opciones, Taehyung: casarte con alguien que tu padre y yo elijamos, o conseguir empleo", dijo directamente, sin rodeos. "Ya hemos tenido suficiente con tu falta de respeto. Como reyes, nuestro deber es asegurarnos de que te conviertas en el mejor príncipe y futuro rey", Taehyung bufó, cansado de escuchar eso una vez más. "Pero mi deber como padre es preocuparme por ti, y aunque no quise verlo antes, incluso cuando tu padre me decía que estabas perdiendo el control, eres un adulto, Taehyung. Quiero que comiences a tomar tus decisiones en serio antes de que te arrepientas. Deja de comportarte de manera tan inmadura y aprende a ganarte las cosas y a apreciarlas". Sabía que Taehyung no le estaba prestando atención. Simplemente suspiró.

"Trabajaré, no quiero amarrarme a nadie", respondió, Seokjin asintió.

"Prepara tus cosas entonces, irás a Nueva Orleans mañana".

[...]

Jungkook se despidió de su madre y llevó consigo un pequeño pan que iría comiendo en el camino.

Subió al transporte, pagó su pasaje y se paró en un lugar donde no estorbaba, esperando a que llegara su parada para ir al trabajo.

Minutos después, pudo ver que se acercaba cada vez más a su destino. Rápidamente, fue al lugar donde debía solicitar la parada, apretó el botón y esperó a que el autobús se detuviera. Bajó del transporte con paso rápido y se dirigió al restaurante. Al llegar, notó que había un grupo de personas afuera del local. Con prisa, se acercó para ver qué estaba pasando y se sorprendió al darse cuenta de que el príncipe Kim Taehyung de Maldonia se encontraba en la cafetería. Aunque no le importaba en lo más mínimo por qué estaba allí, tenía que pasar por ahí para llegar a su puesto de trabajo.

"Disculpe", dijo intentando pasar, pero algunos lo empujaban, otros lo pisaban e incluso uno le jaló el pelo. Masajeándose la cabeza, finalmente logró entrar a la cafetería con una sonrisa victoriosa. Se dirigió a su puesto y encontró al chico sentado, leyendo el periódico de la semana pasada.

"Ahorita no puedo darte un autógrafo, amigo. Estoy trabajando", dijo Taehyung mientras cerraba el periódico y le ofrecía una sonrisa falsa a Jungkook, quien se había acercado para pedirle que retirara a la gente que se encontraba afuera.

"Disculpa", dijo Jungkook ofendido. "A mí no me importa lo que estés haciendo. Vengo a pedirte que saques a la gente que está afuera, están ahuyentando a los clientes", añadió frunciendo el ceño mientras cruzaba los brazos.

"Vamos, dime otra excusa. Seguramente te sentiste avergonzado de que te descubriera, pero no te preocupes, no me molesta", dijo Taehyung con una sonrisa egocéntrica. Jungkook simplemente rodó los ojos y salió del local, pidiéndole a la gente que se retirara si no iban a comprar nada. Notó que algunas personas lo miraban mal y otros dejaron de grabar, pero una vez que se fueron y los primeros clientes entraron, volvió felizmente al interior.

"Buenos días, soy Jeon Jungkook y tomaré su orden. ¿Ya sabe qué va a pedir?", preguntó con una sonrisa amigable en su rostro, sacando una pequeña libreta y un bolígrafo para apuntar los pedidos. Después de que el cliente dio su orden, Jungkook se dirigió a la cocina para dejar la nota, donde el cocinero la tomaría para comenzar a preparar la comida.

"Jungkook, ven por favor", llamó el jefe de Jungkook. El chico asintió y dejó de lado lo que estaba haciendo. "En primer lugar, quería decirte que has estado haciendo un trabajo excelente esta semana", el jefe elogió brevemente. "Pero también quería informarte de que tendremos un nuevo empleado. Necesito que lo capacites. Sé que has estado trabajando solo durante mucho tiempo, pero creo que un poco de ayuda no vendrá mal".

"¿Y a quién debo capacitar?", preguntó Jungkook, ignorando lo que su jefe había dicho anteriormente. "¿Se me pagará por capacitarlo? Perdón si suena grosero, pero no es mi deber hacerlo, señor".

"Sí, te pagaré", respondió el jefe comprensivo. "Y la persona a la que capacitarás es él, ven, Taehyung".

"Oh no, por favor, no él", pensó Jungkook, pero cuando vio que aquel arrogante príncipe se acercaba hacia él, solo pudo implorar al cielo que no fuera tan difícil trabajar con él.

"Es él", dijo su jefe. "Espero que puedan trabajar bien juntos y que ambos se adapten a este cambio y se lleven bien".

"Oh, créeme que nos llevaremos muy bien, señor", dijo Taehyung con una sonrisa arrogante.

La palabra que mejor definiría a Taehyung, sin duda alguna, era arrogante.

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