Capítulo 4

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La habitación es blanca con toques azules, el ambiente huele a medicina y antibióticos, un escalofrío recorre mi columna cuando veo a mi mamá conectada a varios aparatos.

Su piel esta pálida como la nieve, mi mano toca su mejilla y es fría, sus manos están huesudas, su cabello ya no tienen el clásico brillo café, y ya no podía ver esos ojos miel que solían brillar tanto .

Observó su cuerpo inmóvil sobre la cama, durante días los doctores habían dicho que se recuperaría, pero ese día nunca llegó, cada vez se volvía más débil, su respiración era espesa y dificultosa, aun recuerdo todas las veces que papá solía cargarla en brazos durante la madrugada porque no podía respirar, conducían durante horas para llegar a un hospital y en ocasiones no volvía a casa por semanas, fueron las épocas más difíciles de nuestras vidas, ninguno sabía cómo apañarselas y seguir con la rutina.

Joshua camina a mi lado y posa su mano en mi hombro:

-Lo siento -murmura con tristeza en su voz -estoy seguro que ella te ama y aprecia que vengas todos los días a verla, ella estaría orgullosa de ti

Suspiro y lo encaró, su facciones son dulces y relajadas:

-A veces me gusta venir y contarle todo lo que me pasa, de alguna forma se que puede oírme

-Entonces hazlo, prometo no reírme -levanta las manos en rendición

Sonrió y giro hacia mi mamá -Antes, quiero que te conozca

Juntos volvemos a lado de mi mamá

-Hey! -empiezo con una sonrisa triste -Hoy te vez decaída a diferencia de los otros días -peino unos mechones rebeldes para atrás y continuó -Hoy vine con alguien, su nombre es Joshua, es un gran amigo, no tiene mucho que lo conocí y espero que puedas hacer lo mismo, unos amigos nos presentaron en un fiesta, recuerdas a Salem hace unos días me arrastró a la fiesta, donde bebí un poco y bueno acabe en su habitación, pero antes de que te alteres no paso nada, solo dormí ahí y nada mas -Joshua sonríe ante mis palabras -Joshua quería conocerte, igual a los gemelos que por cierto mueren por verte y te mandan besos dobles -me inclino y beso ambos lados de sus mejillas -están ansiosos porque vuelvas a casa y les cuentes tus maravilloso historias, en cuanto a papá, te extraña más que todos nosotros, últimamente ha estado trabajando más de la cuenta y supongo que es la forma en que cree salvar al mundo, todos te necesitamos mamá, por favor recuperate pronto, quiero que nos veas crecer, los gemelos están enormes y en cuanto a mi, creo que ya tengo edad suficiente para mi propio automóvil no crees ...

-Señorita -irrumpe una enfermera en la habitación -la hora de las visitas acabo.

Beso a mamá en la frente tras un te quiero y salgo a rastras de ahí, bajamos en silencio hasta salir del hospital.

-Te invito un café en aquel local -señale Joshua enfrente de mi -¿Quieres?

Asiento -Vale.

La cafetería esta abarrotada de gente, conseguimos una mesa al final de la calle y con cafés en manos nos sentamos

-Sabes, -empieza Joshua -Eres valiente, no todas las personas actúan como tú, yo ya me habría vuelto loco

-No lo veo de esa forma, todos esperaban que fuera fuerte por mis hermanos, mis tíos, mis abuelos, todos esperaban diferentes cosas de mi, era sofocante, no hablaba con nadie, nadie podía entenderme, así que un día simplemente enterré ese dolor y actúe como sin nada

-suspiro dejando escapar todos mis sentimientos retenidos -pero ese foso de dolor sigue allí, muy en el fondo de mi, -Joshua se inclina sobre la mesa y sonríe -entonces grita, saca todo lo que te molesta, nadie va a juzgarte

"Por siempre es un largo tiempo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora