Capítulo 14

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La vida de Zee y Nunew cambió por completo, tanto en lo laboral como en pareja. Por un lado, Zee sacó al mercado su marca, además del socio extranjero que consiguió pudo tener varios inversionistas locales que confiaron en él. Las ventas de cada producto que su marca sacaba se iba por las nubes y rebasaba siempre cualquier expectativa del mercado. Además, se encontraba grabando una película con un guion muy interesante que exigía de él total concentración y esfuerzo físico, le encantaban los retos y ese era uno.

Por otro lado, Nunew firmó varios contratos en el país y el extranjero para colaboraciones musicales que lo llevarían a la misma fama que antes le ofrecían, pero con la confianza de que esta vez no sería engañado porque todos a su alrededor se aseguraban de verificar a cada uno de los empresarios que le contactaban. Por si fuera poco, viajó a Korea para una participación espacial en un dorama muy esperado, con actores y actrices reconocidos en todo el mundo. Eso le tenía muy contento porque incluso pudo conocer a varios de sus ídolos actorales.

En cuanto a su relación de pareja, se habían mudado juntos desde hace casi un año. De hecho, en dos días sería su primer aniversario viviendo como pareja y estaban algo angustiados porque no sabían qué regalarse entre sí. Durante ese tiempo de convivencia real, como suele ocurrir en todas las parejas primerizas que comparten el mismo espacio, tuvieron que adaptarse el uno al otro. Tanto Zee como Nu, tuvieron que ceder en algunas cuestiones y ponerse firmes en otras, hacer concesiones, llegar a acuerdos y salir a flote.

Una de esas concesiones era la hora de dormir. Zee se dormía temprano, pues cuando llegaba de trabajar y del gimnasio, estaba tan agotado que muchas veces necesitaba una ducha, abrazar a Nu y entregarse a los brazos de Morfeo. Mientras que Nu, al ser un chico que vive apenas en los primeros años de los veinte, se quedaba despierto viendo series, compitiendo en videojuegos o revisando las redes sociales. En ocasiones se dormía hasta las tres de la madrugada, cosa que a Zee le alteraba por completo el sueño.

Al inicio Zee se molestaba, Nu se molestaba y terminaban discutiendo porque uno se creía el papá del otro y no podía ordenarle nada o exigirle que cambiara sus hábitos. Los dos explotaban y dejaban de hablarse unas horas hasta que volvían y se pedían perdón. Pero en una ocasión que Zee llegó extremadamente cansado y tenía una cita con un ejecutivo muy temprano, estaba harto de escuchar la televisión encendida y que a Nu no le importara tenerla así. Cuando menos lo esperaba, Nu vio cómo Zee se levantó de la cama y se fue a dormir a otra habitación, esa que sólo tenían reservada para los huéspedes desde que encontraron su nuevo nidito de amor.

Al inicio Nu pensó. "Qué bueno, si es él quien no puede dormir cuando veo series, pues que se vaya a otro lado". Pero al paso de una hora, su mente y corazón lo hicieron reflexionar. Sabía que Zee trabajaba mucho, todavía al final iba al gimnasio y no poder dormir en tu propia cama porque tu pareja ve a su gusto programas de televisión sin importarle cuánto afecta tu patrón de sueño, tarde o temprano acabaría causando una consecuencia a su estado de salud.

Aunado a eso, se levantó de la cama, fue a la habitación de huéspedes y lo observó durmiendo solo. Cuando lo vio acurrucado en esa amplia cama sin él a su lado, comprendió que no vivían juntos para que cada uno durmiera en camas separadas. Que si de por sí se veían poco porque todo el día trabajaban en lugares y eventos diferentes, lo que al menos les quedaba era cenar juntos, compartir su día y disfrutar de la compañía del otro en sus horas de sueño. Zee no era un invitado a su casa para dormir solo y separado. El espacio era de los dos y juntos tenían que llegar a un acuerdo. Así que Nu se metió a la cama de invitados junto a Zee y a la mañana siguiente despertaron abrazados.

Platicaron al respecto y llegaron a un acuerdo que les convenía a los dos: Por un lado, varios días de la semana ambos dormirían al mismo tiempo para que pudieran descansar completamente. Y otros días Nu vería sus series o jugaría sus videojuegos, pero con audífonos para dejar a Zee descansar. Y es que no sólo era el volumen del sonido de la TV, sino que la misma luz que emite el aparato no dejaba dormir a su pareja porque necesitaba oscuridad absoluta o sentía que no descansaba completamente.

El amor que me juraste - ZEENUNEWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora