Capítulo 1

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La figura de Kim TaeHyung resplandecía no solo por su belleza deslumbrante, sino también por una personalidad que desataba fascinación y enigma. Despreocupado y altivo, cada uno de sus gestos parecía coreografiado con una actitud de superioridad, marcando un compás propio. Sus habilidades académicas destellaban con un brillo de excelencia, y su maestría en el baile lo erigía como un faro resplandeciente entre sus pares. Nacido en una familia de opulencia, disfrutaba de los lujos y la atención que su posición le otorgaba.

Entre la multitud de admiradores, emergía la silueta de Kim NamJoon, persistente en su deseo a pesar de las actitudes menospreciativas que TaeHyung dirigía hacia él.

SeokJin, amigo y realista confidente, vertía dosis de claridad sobre las aspiraciones de su "hermano". —Obviamente, no te daría ni la hora, Nam. Vamos, acéptalo—expresaba con sarcasmo. Sin embargo, la determinación de NamJoon permanecía inquebrantable, aferrándose a la virtud de la perseverancia.

—Claro que sí... —respondió con el mismo tono de  sarcasmo que había utilizando anteriormente  el rubio—. TaeHyung tiene un séquito de admiradores, pero me niego a ser uno más. ¿No puedes apoyarme en esto?

—Siempre te he respaldado, pero también debes ser realista. TaeHyung está en otro nivel, y eso debes entenderlo. Has estado persiguiendo su atención durante mucho tiempo, pero debes darte cuenta de que es en vano.

—Al menos yo lo intento. Y tú, SeokJin, no te das cuenta de que YoonGi no deja de coquetear contigo. Es hora de que abras los ojos. Además, quiero intentarlo un poco más con TaeHyung... solo un poco.

El rubio, no destacaba por interpretar indirectas, lo cual explicaba su estado de soltería persistente. Ignorando por completo la referencia a YoonGi, continuó con la temática que habían iniciado.

—Ese idiota no juega a ese juego, solo interpretas sus acciones de manera errónea. Haz lo que quieras, pero te advierto que será una pérdida de tiempo.

—Mimimi —se burló, haciendo un gesto con la mano.

En el fluir de la conversación entre ambos jóvenes, las manecillas del reloj completaron su danza hasta alcanzar las dos en punto de la tarde. En ese instante, se despidieron y cada uno se sumió en los confines de sus respectivos salones, o eso es lo que se creía.

[...]

El más alto se erguía junto a la puerta del salón, sosteniendo con esmero un ramo de tulipanes escogidos minuciosamente. Ansioso, aguardaba la presencia del chico que hacía suspirar su corazón, anhelando vislumbrar su sonrisa, los cautivadores ojos y el cabello perfectamente peinado.

NamJoon escuchó una queja y giró en dirección a la misma. Allí estaba TaeHyung, flanqueado por HyeJin y SeoJoon. Tras murmurar algo a sus amigos, TaeHyung avanzó hacia el más alto con una expresión de aburrimiento e incomodidad, generando una amalgama de nerviosismo y desafío en NamJoon. A pesar de ello, este último no podía dar marcha atrás.

—Podemos hablar, Kim —dijo con firmeza.

—Oh... ¡Por supuesto! ¿Ahora?

TaeHyung pareció reflexionar por un momento y luego respondió con desdén: —Sí, por favor.

—De acuerdo.

El castaño notó el ramo de flores que sostenía, las tomó bruscamente de las manos del peligris y, sin articular una sola palabra, se dio la vuelta y regresó al aula. Posteriormente, volvió, pero sin el pequeño ramo. Dirigió su mirada hacia NamJoon, en sus ojos se reflejaba un mar de desprecio, indicándole que lo siguiera, a lo cual el otro respondió sin queja.

Mientras caminaba hacia un lugar más privado, TaeHyung se sumía en sus pensamientos. "¿Por qué no puede entender que no quiero su amor? ¿Acaso disfruto haciéndolo sufrir o solo quiero reafirmar mi propio poder sobre él?". Cada gesto del moreno lo fastidiaba, pero secretamente, ese fastidio alimentaba su ego. Finalmente se detuvo, provocando que el peligris también lo hiciera, sin más, hablo.

—NamJoon, deja de ser tan patético. ¿Cuándo entenderás que no significa nada para mí? Eres solo un juguete divertido, un perro faldero que disfruto ver mendigando por mi atención -dijo con desdén, mientras sus labios se curvaban en una sonrisa burlona.

Sus ojos se llenaron de dolor y decepción, pero no me importaba. Sentía un placer malicioso al hacerlo sufrir.

—TaeHyung, por favor... puedo ser más que eso, solo dame una oportunidad —suplicó, con voz entrecortada por la tristeza.

—¿Una oportunidad? No hay oportunidades para los perdedores como tú. No quieres aceptar la realidad: nunca seré tuyo, nunca me interesaré en alguien como tú —respondío con desprecio, sus palabras eran como dagas afiladas.

El peligris bajó la cabeza, tragándose el poco orgullo que le quedaba y su dolor. Ante esto, TaeHyung se dio cuenta de que lo había herido, pero eso no le importaba.

—Si alguna vez vuelves a acercarte a mí, asegúrate de que haya una buena razón. Por ahora, desaparece de mi vista, NamJoon. Ya no quiero verte nunca más —sentenció el omega, dando por terminada la conversación. El alfa se quedó allí, aturdido y devastado, mientras el menor se alejaba sin mirar atrás.

Para TaeHyung, era solo otro episodio en el juego de poder que disfrutaba jugar.

Un Alfa para mi Alfa [KookNam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora