Piedra Filosofal (parte 1)

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Allí estaban, corriendo a toda velocidad y esquivando a los muggles con habilidad y sigilo, para llegar a su tren en el tiempo. Finalmente, se detuvieron entre de las plataformas 9 y 10, donde se encontraba la entrada a la plataforma 9¾ donde se encontraba el tren que lo llevaría a Hogwarts. Alcanzaron la plataforma justo a tiempo, cuando de repente, un chico con gafas sin montura y una sonrisa extraña se acercó a su madre y le habló con un tono inocente.

— Disculpe, ¿me pude decir cómo...? - El pequeño castaño, con una tonelada de voz temblorosa y una expresión ansiosa en su rostro, formuló la pregunta con un cierto nerviosismo. Sus ojos brillaban con una curiosidad desbordada, y su voz apenas se escuchaba por encima del ruido de los trenes que pasaban detrás de ellos. 

— ¿Cómo entrar a la plataforma?—Molly respondió con una sonrisa que iluminaba su rostro, y el chico avanzaba con un gesto de aprobación - también es el primer día de Ron - Molly lo señaló con un dedo apuntador y, mientras lo hacía, este mostraba una pequeña sonrisa.— lo único que debes hacer es caminar entre las plataformas 9 y 10, corre un poco si estás nervioso - Con una sonrisa invariable en su rostro, recomendó con entusiasmo y sinceridad. 

El chico, con paso decidido, cruzó aquella columna con el temor de que podría darse un buen golpe como fuese broma y desapareció en el interior de aquella columna, lo cual lo dejo muy asombrado. Luego, Ron, que lo había seguido, entró detrás de él, encontrando allí a sus hermanos, que ya se habían enviado en la plataforma del tren y esperaban su llegada.

— Recuerdan, chicos, cualquier cosa mándame una carta, les enviaré supresores cada vez que pueda - Mientras Molly se ocupaba de limpiar la cara del pelirrojo menor con un toque suave y delicado, dijo algo con una sonrisa, como si su acción hablará por sí sola.

— Basta, mamá - Ron dijo con un tono algo tembloroso y un fugaz esbozo de nervios en su rostro, mientras retiraba su cara para que su madre no tuviese más contacto.

— Cuiden a su hermano, Chicos - Con un gesto de afecto y complicidad, la pelirroja advirtió a sus hijos mayores con un tono serio y maternal, mientras que abrazaba a sus hijos menores con una fuerza que transmitía su amor y su preocupación.

— Si no queremos que se pierda el pequeño Rony - Mientras Fred observaba al pelirrojo con una sonrisa burlona, ​​este último lo fulminó con una mirada hosca, su ceño fruncido, reflejando su desaprobó hacia lo dicho por el joven.

— Váyanse, no causen problemas - Molly se despidió de sus hijos cuando subieron al tren y se aseguró de que todos estuvieran listos para el viaje.

— No prometemos nada - dijo George con un susurro mientras entraba en el tren y se sentaba en el asiento.

Ron se dirigió a la extensa hilera de cabinas en busca de un lugar donde sentarse y relajarse un poco. Sin embargo, su búsqueda se vio frustrada por el hecho de que todos los asientos estaban ocupados. La mayoría de las sillas estaban repletas de personas charlando y riendo, y Ron empezó a perder la esperanza de encontrar un lugar donde sentarse. Pero justo cuando estaba a punto de darse cuenta por vencido, su vista cayó en un espacio vacío que había estado oculto a su vista. Al acercarse, vio que se trataba del mismo niño que le había pedido ayuda para entrar a la plataforma, sentado allí hace un rato, con la cabeza baja y los ojos fijos en el suelo.

— Disculpa, ¿te importa? El tren está lleno - Con una expresión de vergüenza en el rostro. Ron hizo una referencia al asiento mientras hablaba, revelando un momento de cohibición y turbación.

— Adelante - el castaño cedió el asiento, Ron entro a la cabina situándose en el asiento, justo al frente del Castaño.

— Yo me llamo Ron, Ron Weasley, soy omega, el único Omega varón de mi familia - Con un gesto resuelto y una sonrisa amplia, se presentó con orgullo, mientras su mirada se fijaba en el chico que lo contemplaba con asombro, su rostro reflejando una sensación de curiosidad.

Brote de amor  ∆Draron∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora