Capítulo 1

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La oscuridad que se había apoderado de mi alrededor hace unos, quizá minutos, quizás horas o quizá días continúa ahí como si fuese algo de nunca desaparecer, sin embargo algo es diferente esta vez.

No me encuentro en una oscuridad silenciosa en la que solamente habitan los sonidos de los movimientos de las ramas con el viento de la noche, los animales yendo y viniendo o a la misma naturaleza; esta vez escucho otra cosa. Unos pasos.

Los pasos no son de un animal salvaje, tampoco de uno inofensivo, son de una persona y a juzgar por el sonido del romper de las hojas secas apuesto que no es ninguna persona pequeña.

Me siento en alerta, pero no puedo moverme, ¿O si puedo? Lo intento. No, no puedo. Mi pierna se encuentra más herida de lo que podría haber imaginado y al instante en el que hago el más mínimo movimiento siento una punzada que se extiende hacia arriba y por todo mi cuerpo.

Me obligo a no hacer ningún sonido o movimiento que pueda delatar mi posición, pero luego me doy cuenta. Yo no estoy haciendo nada.

No puedo moverme y no es en realidad porque sienta tanto dolor en una de mis extremidades, es porque aún sigo desmayada, solo que ligeramente consciente de mi alrededor a través de los sentidos que por alguna razón continúan funcionando dentro de mí.

Mi estado de alerta no se va, de hecho, incrementa al notar que no puedo hacer nada por despertar de lo que parece ser una pesadilla, pero que en verdad sé que no lo es.

No. No es una pesadilla, es mi vida.

Los pasos se acercan y yo sigo sin poder moverme. Solamente me quedan dos opciones:

Esperar lo mejor.

Y estar preparada para lo peor.

Para ser sincera, he estado tanto tiempo bajo la sombra de la segunda opción que me resulta más fácil esperarla. Más de un año después desde la última vez que vi a mi clan, mis amigos y a Marcus ya no recuerdo como se siente vivir incluso un día sin preocupaciones.

Pero lo haré. Volveré a renacer de todo esto.

Los pasos llegan a su final cuando alcanzan dónde estoy. Puedo reconocer que el sol ya no me da directo contra los ojos cerrados y que alguien lo cubre. Lo próximo que escucho son unas palabras que son para nada entendibles en mi estado, lo único que entra por mis oídos ahora mismo son balbuceos sin sentido a los que intento buscarles una razón.

Al final no lo encuentro y cuando siento que el cansancio, el esfuerzo y las alertas de mi cerebro se vuelven insoportables termino por volver a esa oscuridad alejada de todo lo posible en, nuevamente, el nivel de inconsciencia.

Lo último que puedo sentir es como unos brazos me toman de manera suave, como si el hecho de que pudiera romperme fuese una opción.


Nota: Primer capítulo de Vendetta, corto pero necesario para poder empezar a darle un comienzo :)

Vendetta [Libro 2 de Vindicta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora