Capítulo 4

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Nota: La razón por la que no estuve actualizando durante los anteriores 22 días (o más) fue porque tuve a mi mamá internada en terapia intensiva. Ella ahora está bien, otra vez en casa y conmigo <3 Bienvenidos otra vez y gracias por esperar. Este capítulo no los va a defraudar :) (Marcus, guiño guiño)

Kalissa Morton.

Los ruidos del exterior me despiertan en plena madrugada. Esta vez los ruidos no son del bosque, no son de la chimenea crepitante o la televisión de la sala. Este ruido no pertenece aquí y algo me dice al escucharlo que algo está mal.

Abro los ojos y me incorporo sobre la cama, mi habitación sigue igual, pero el pensar que alguien podría estar forzando la puerta de mi habitación me aterra y eriza los bellos de mi cuerpo.

Si bien mi desconfianza hacia Khalid ha quedado en el pasado luego de once días sin inconvenientes, la posibilidad de que alguien más haya descubierto mi dirección, el lugar en el que me alojo, nunca deja de ser algo irrelevante.

Me levanto de la cama con cautela mientras intento agudizar el oído lo más posible. Los sonidos de un golpe ahogado contra algo se repiten cada cierto tiempo, un tiempo exacto que me hace pensar que intenta convertirse en rutina para bajar las alarmas del interior.

Quien sea que esa persona sea o lo que busque yo no le creo nada.

Me apresuro a tomar de la silla ubicada en una de las esquinas de mi habitación, la que se encuentra frente a la pared contra la cual está mi cama, el palo que Khalid me había dado. Si bien ya no lo uso, aún lo mantengo cerca, lo cual en esta situación lo vuelve útil.

Lo tomo entre mis manos y lo posiciono de la manera correcta, en alto para poder defenderme ante cualquier ataque mientras me acerco a la puerta de mi habitación.

Me doy cuenta al instante de que los sonidos vienen de la sala, quizá incluso de la ventana de ella.

Tomo una respiración y abro la puerta de mi habitación, comienzo a caminar y me toma un segundo poder apartarme a la oscuridad de la cabaña. En este momento lo único que alumbra la estructura es el reflejo de la luz de la luna.

Mis pasos son cautelosos, no se escuchan y me pregunto que tan profundo es el sueño de Khalid como para no poder oír que alguien intenta colarse en su casa en el medio de la noche.

Ese pensamiento sale de mi mente cuando lo veo. Veo la sombra de un hombre cruzar por dónde lo supuse, la ventana, de manera rápida y acostumbrada.

¿Un ladrón?

Nuestras miradas se conectan de manera inmediata cuando el hombre nota mi presencia, pero no puedo reconocer ningún rasgo más debido a la máscara negra que lleva desde el puente de su nariz hacia abajo y desde arriba de sus cejas hasta cubrirlo. Su ropa también es negra, incluidos los guantes.

No sé con certeza quién es el que se mueve primero o quién comienza dicha acción, pero en un momento él se está acercando hacia mí con rapidez y yo me encuentro moviendo el palo directamente hacia su cabeza con la mayor de mis fuerzas.

El hombre esquiva tal golpe y yo vuelvo a intentarlo. Otra vez lo esquiva y esta vez sus manos van hacia mis brazos con la intención de detenerlos y quitarme el palo para dejarlo caer, lo que logra.

Me niego a volver a ese lugar terrible de sumisión y un forcejeo fuerte, rápido y descoordinado comienza entre nosotros, el hombre queriendo detenerme y yo queriendo golpearlo.

Le doy una patada en el estómago, tal hombre se retuerce durante un instante que pasa desapercibido con un pestañeo cuando parece no esperarselo, sin embargo yo aprovecho tal momento para arrojarlo al piso con un movimiento contra su tobillo.

Vendetta [Libro 2 de Vindicta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora