✯ Introducción ✯

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Se dijo a sí misma que esto no tenía nada que ver con ella como persona, estaba cumpliendo con una labor del trabajo, no debía ser otra cosa más que esa, ella estaba cumpliendo con sus obligaciones.

Pero saber que tan solo tendría que soportar su cara y su forma de ser mucho más cerca que antes, la ponía de muy mal humor.

—Necesito tu ayuda.

—Potter ¿Nunca te enseñaron a tocar una puerta?

—Discúlpame si decidí saltarme mis modales Malfoy, pero esto no puede esperar —Charlotte cerró la puerta detrás de ella y activó los hechizos de protección que siempre se encontraban incrustados en las cerraduras.

Era como si fuesen una especie de seguro en las oficinas del Ministerio, una vez que las puertas se cerraban, en automático los hechizos se activaban, esto se añadió como método preventivo después de la guerra.

—Hay problemas con las Harpías.

—Estoy al tanto, hubo un informe detallado, recibí el memorándum el lunes por la mañana.

—No es mi rama de experiencia, pero me preocupa saber que puedan levantarse y comenzar a exigir más derechos.

—Las Veela tienen reglas que la mayoría de las personas no saben, el hecho de que esté prohibido y penado que ocupen sus dotes sirenios es por algo.

—Eso lo sé, pero estoy al tanto que tú eres un cuarto Veela —Malfoy alzó la cabeza bruscamente del pergamino que se encontraba leyendo.

Charlotte pudo sentir como la mirada de Malfoy casi se la tragaba.

Charlotte Potter era una Slytherin de corazón, y nunca fue una muy buena compañera con la pandilla Malfoy, fuera de la relación que comenzó a tener con Blaise Zabini terminando su cuarto año hasta la actualidad, Draco Malfoy y Charlotte Potter eran rivales, tanto en calificaciones como en combate.

Nunca se llevaron bien.

Charlotte siempre fue alguien que destacaba, más allá de ser la hermana melliza del elegido, ser la primera Slytherin en generaciones Potter, fue, sin duda, una sorpresa que se boletinó en El Profeta ni bien había terminado su primera semana de clases, volverse una jugadora nata del Quidditch como su hermano, claro que fue motivo de ovación, pero su buen manejo en pociones y defensa fue lo que más resaltó en ella.

En cambio a su hermano, Charlotte no temió matar por mantenerlo vivo y ganar la guerra, fue, como lo dijo el ministerio, la mejor soldado que la orden del fénix tuvo después de la pérdida de Dumbledore.

Cuando la Segunda Guerra terminó, y comenzaron los juicios, ella fue una parte importante para que la familia Malfoy no fuera enviada a Azkaban. Creía que desde ese momento, las cosas con el heredero mejorarían, pero solo habían tenido una relación cordial en cuanto a trabajo respectaba.

Si se encontraban en galas o en cenas en donde ella iba como invitada de Blaise, Draco apenas y la miraba.

El anuncio de su rompimiento con Astoria Greengrass el año pasado, había sido un tema del que hablar durante semanas, quizá meses, para sorpresa de todo el mundo y la mesa de los sagrados veintiocho, Astoria era, para ocupar palabras correctas, una maga con diferentes gustos, y al parecer Draco estaba al tanto de ese hecho. Decidieron hacer pública la noticia de su separación, y a los pocos días no faltó la periodista cotilla que llegara al fondo de la situación y descubrieran que Astoria tenía una relación con Luna Lovegood.

Charlotte estuvo casi toda una noche y madrugada hablando con su cuñada y Hermione al respecto, comentando lo impactante que fue enterarse no solo de la orientación secreta de Luna, sino de la benevolente ayuda que Astoria tuvo de Draco.

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