✯ Capítulo 5 ✯

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Conexión.

Charlotte:

Estar en el sótano se sintió como una pesadilla lejana, no como un sitio en el que sí estuvo, sino más bien como una especie de ensoñación que solo le arrancó del pecho el peso que todos esos años tuvo consigo, a pesar de creer que verlo de nuevo la ayudaría a recordar.

Ciertamente lo hizo, pero no de la manera que ella hubiese querido.

Fue como una ráfaga de agua tragándose las llamas del trauma, desapareciéndolo y arrastrando hasta el último grano de ceniza que quiso adherirse a su alma. No tenía sentido, se suponía que regresar a los lugares en los que tuviste tus mejores días o los peores, funcionaria como un conducto para revivir, no para deshacerse de lo que fue.

Se preguntó si tenía que ver con los hechizos de destrucción que Narcisa ocupó en el lugar, lo cual tenía sentido.

La propia señora Malfoy había sido torturada en su sótano, en su salón, en el comedor.

Charlotte estaba demasiado al tanto de lo que la familia tuvo que vivir cuando recibieron a Tom de huésped. Nunca le deseo el mal a nadie, pero sin duda enterarse de todo lo que Narcisa tuvo que pasar por las decisiones egoístas de su marido, lo creyó como un castigo divino, una advertencia y una sanción de la vida. ¿Quién ponía en peligro a la mujer que se supone dice amar de esa manera?

Lucius Malfoy se merecía todo el dolor que recibió, aunque este haya venido de la mano de su pobre esposa, y su hijo tuviera que pagar las consecuencias.

No hay peor daño para un Dragón, que lastimarle el sitio al que pertenece su corazón.

No creía en los ciclos y mucho menos en cerrarlos, pero estar allí, entrar, darse cuenta de que la nota seguía escondida, se sintió justamente como eso, como cerrar un ciclo.

Pero no supo realmente cuál fue el que se perdió en el olvido y cuál decidió abrirse de nuevo.

O quizá si sabía cuál se había vuelto a manifestar, pero decidir ignorarlo le parecía la mejor idea.

La mirada de Draco no reflejaba nada, era como ver un pergamino en blanco, uno que ella tenía que romper para dar con el verdadero, pero no quería hacerlo, porque aceptar la vulnerabilidad de Malfoy era mostrarle la suya y sin duda la imagen no le agradaba para nada.

No quería hablar. Él tampoco. Pero tenían que hacerlo, al menos un poco, sin abordar completamente el tema principal.

—Fred, él hoy dijo que, hoy me hizo una especie de revelación.

—¿Qué?

—¿Tu tampoco piensas que sea buena idea casarme con Blaise?

—¿Eso es lo qué quieres saber? —preguntó con una ceja arqueada, pudo sentir la burla en su voz áspera y ronca.

—Sí.

—No me interesa, lo que los dos hagan es su problema.

—Bueno entonces —Charlotte se recostó de nuevo y le dio la espalda, tratando de controlar su respiración que parecía acelerarse en cada exhalación, necesitaban hablar, el problema es que ninguno de los dos era bueno haciéndolo—. ¿Cuáles fueron los motivos Malfoy? —Se obligó a cuestionar—, he tratado de entenderlo, pero la verdad es que no he podido hacerlo.

—No hubo ninguno en específico.

—Lo hubo, sé que lo hubo y sé que me estás mintiendo, pero no entiendo por qué.

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