Ocupando su lugar || Minsung

CAPÍTULO 1

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JISUNG

— Me encanta que lleves puesto trajes de color rojo. Resalta tu belleza y grita lo sexy que eres — alaga mi acompañante mientras acaricia mi rostro.

Lo sé.

Alejo la copa de vino de mis labios y le guiño un ojo.

— ¿Sabes que me encanta a mi? — pregunto y él niega sonriendo de lado — Me encanta que lleves puesto tu anillo de matrimonio. Haces más excitante y peligrosos nuestros encuentros — termino de decir en un tono coqueto.

Esta es mi vida y la vivo al máximo.

No me preocupo en nada más que en mi mismo, y como no, si mi familia prohibió la sola mención de mi nombre y me aislaron de ellos, me alejaron de sus "perfectas" vidas, menos me llamaban para invitarme a algún evento importante desde que mi gemelo Jihun se casó con Minho, mi primer y único amor.

Muchas veces intenté ir a verlos, en navidad para ser exactos, pero no podía aparecer donde no me habían invitado, tampoco es que sea muy bien recibido en Incheon, un pueblo en Corea, donde nací. Por eso huí, para hacer mi vida en Nueva York donde me divierto y no le rindo cuentas a nadie.

Y eso me encanta, soy libre.

— Pídeme lo que quieras Jisung y lo tendrás enseguida — murmura William uno de mis amantes con quién suelo divertirme, y que como muchos, cayó a mis pies al no resistirse a mis encantos.

Es casado y tiene mucho dinero, lo segundo me importa más para que podamos divertirnos juntos.

Sí, soy un interesado con mis conquistas.

— Por el momento disfrutemos la noche querido — le hablo con el mismo tono, seductor como sé que le encanta.

Sonríe y asiente. Alza su copa, entiendo y junto nuestras copas de vino para posteriormente beber mientras nos miramos.

No pasa mucho. Al rato terminamos acostándonos y saciando su deseo sexual por mí en un lugar privado donde el suele llevarme.

— Adiós bello Jisung— se despide dejándome en la entrada de mi edificio a solo unas horas de amanecer.

— Adiós William querido — le contesto rozando nuestros labios en despedida.

— Esto es para ti — me entrega una cajita antes de irse.

— Gracias — un último beso e ingreso a mi edificio para dirigirme a mi departamento, al llegar y estando totalmente agotado, solo me desnudo para lanzarme a la cama.

Abro la caja que me dio William antes de irse, una sonrisa aparece en mi rostro al descubrir lo que es.

Una tarjeta de crédito sin límites y un brazalete de perlas.

— Es poco comparado a lo que me dan otros, pero lo vale —reí para dejar sus regalos a un lado — ¡Sigue intentando William! — sigo burlándome, pero mi risa se calla al observar la cómoda al lado de mi cama, donde en un marco esta una fotografía de mi madre, mi gemelo y yo, me puse mal de inmediato, así que decidí guardarlo en el primer cajón de mi cómoda.

— Que puto es Jisung... No se respeta... Es un fácil — imito voces de algunas de las personas que hablaron mal de mí a mis espaldas.

Todos me miraban con ojos juzgadores y en grupo murmuraban tras de mí, era obvia la razón, les molestaba mi rebeldía en el instituto. Venir a Nueva York fue lo mejor para no escuchar ni ver a la gente que me odiaba.