Capitulo 8

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Trabajar como oficinista en el monasterio fue sorprendentemente interesante a Tay le gustó el trabajo fue reconfortante ver a tantos forasteros ir y venir todo el tiempo y obviamnete fue un desafio para el manter la calma en su nuevo trabajo pero le gustaba el clima y la vista que tenia el monasterio ubicado en las grandes montañas donde todo los maestros trabajaban.

Trabajó en estrecha colaboración con Airis, la secretaria del Gran Maestro, y ella fue muy amable y solidaria, lo que realmente ayudó a Tay a adaptarse rápidamente al nuevo entorno.

Veía muchos Maestros y Maestros Mayores todo el tiempo en su nuevo lugar de trabajo.

Sin embargo, no todos algunos.
Así que sí, el trabajo estuvo bien todo estuvo bien.

Él tenía una ocupación bastante interesante y respetable ya no tenía que tener sexo con gente si no quería lo cual era genial en teoría, excepto que no había sentido la menor inclinación a salir y echar un polvo.

Fue probablemente bueno también. Probablemente tenía sentido que, con todos los cambios recientes en su vida, la perspectiva de salir a echar un polvo se sintiera como una tarea tan pronto como conociera a alguien atractivo, su libido volvería, Tay estaba seguro de ello.

— ¿Está el Maestro en su oficina?
La voz lo sobresaltó tanto que Tay se estremeció.

Levantando la mirada, se encontró mirando a un joven sorprendentemente hermoso con una túnica azul de aprendiz el castaño oscuro enmarcaba un rostro exquisito con bonitos ojos cafe, los labios impecables se doblaron en una sonrisa educada.

—Entonces, ¿el Maestro ya ha regresado?— Tay frunció el ceño
—¿Maestro? ¿Te refieres al Gran Maestro Kinn?

El joven asintió, exudando leve impaciencia.

—¿Eres nuevo? Soy Porsche—dijo sonriente.

asi que este era el infame Aprendiz del Gran con quien se rumoreaba mucho que el Gran Maestro mantenía una relación sexual a pesar de que estaba muy en contra de las reglas.

Tay casi resopla ante sus propios pensamientos en teoría, un Gran Maestro generalmente no estaba por encima de la ley, pero en la práctica,
él era la ley, él Maestro Kinn theerapanyakhul se había convertido recientemente en Gran Maestro y el más joven de la historia, pero había ejercido un enorme poder entre los demas maestro mucho antes de eso el hombre asustaba a Tay, para ser honesto había todo tipo de rumores sobre él, uno más salvaje que otro y Tay no estaba seguro de a cuál de ellos creer.

Al mirar el rostro deslumbrante de Porsche Tay se inclinó a creer el rumor de que el Poderoso Gran Maestro se estaba tirando a su propio Aprendiz.

Ese hermoso rostro tentaría a un santo o un a un monje.

Las cejas de Tay se fruncieron cuando se dio cuenta de repente que Porsche no provocaba nada en él si bien encontró a Porsche hermoso objetivamente, no sintió ningún deseo real de Follar con el.

Fue... extraño Porsche era exactamente el tipo de chico que podria llegar a gustarle pero Tay no sentia nada, ni siquiera podia imaginarse follando con el, se habia vuelto tan dificil de imaginarse a si mismo follando con alguien mas que no sea Time, no importaba que tan guapo fuera Porsche.

alguien tocio y Tay respondia tardiamente

—El Gran Maestro aun no a regresado de su Viaje

Porsche suspiró y se dejó caer en la silla, sacó un cuaderno de datos de su bolsillo, claramente con la intención de esperar a su Maestro.

Tay desvió la mirada hacia su computadora y la miró sin comprender.

Hace un año, habría hecho todo lo posible por llamar la atencion de este niño bonito ¿Pero por que ahora no podia? tal vez simplemente no tenía ganas de echar un polvo además habría sido estúpido intentar coquetear con el Aprendiz del Gran Maestro sea lo que sea su relacion.

ꜱɪʀᴠɪᴇɴᴛᴇ ᴅᴇ ᴘʟᴀᴄᴇʀ | ᴛɪᴍᴇᴛᴀʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora