Pocket Monsters: Masters of Disasters

Parte 11- ¡Una salida prometedora! ¡El ultimo encuentro!

Alfredo caminaba ansioso, observando su alrededor gratificado de poder ir reunirse con sus amigos de nuevo, mirando el cielo de vez en cuando con pensamientos confusos, extraños para él que volteaban su mundo. Con la mirada centrada en su camino y aclarando sus dudas con el GPS se movía precavido en un campo minado lleno de rocas partidas, árboles que atravesaban el suelo o estaban volteados por completo, plantados al suelo desde las hojas de sus copas. Platicando consigo mismo para planear un escape antes de que llegara donde estaban sus amigos se preguntó que haría con lo del señor Duncan. Después de emociones fuertes, su corazón ya no se encontraba en una tensión constante, perdido en pensamientos, el peso de los eventos ya callaba dentro de su mente sin poder evitar pensar como fue que todo se fue descarrilando con el tiempo. Su mirada fija en el camino se nubla a ante esos recuerdos recientes que agobiaban su mente. De la nada su radio emitió interferencia y alertó a Alfredo de aquella presencia. Mirando a sus alrededores con angustia observó su GPS y el cómo empezaba a mostrar desniveles tan profundos y tan altos que hasta podría ser imposible imaginarlos sin importar si ya los has visto antes y mareado por el ruido blanco intenso, y un GPS descarrilando, en un estado emocional deplorable se puso a correr con la adrenalina al máximo, el cuerpo le jugaba una mala pasada flaqueando al correr casi cayéndose al no poder avanzar con más rapidez y sin medir sus pasos terminaba perdiendo el balance. Aunque observaba nervioso a sus alrededores no prestaba atención a lo que había a su alrededor y terminó golpeando su costado derecho contra un árbol que se encontraba glitcheado. Atemorizado revisó su lado derecho, pero no encontró nada, el árbol no había hecho ningún tipo de daño a su persona y aliviado se reincorporó y tan pronto como pudo revisó su GPS para ver en donde estaba antes de avanzar.

El aparato no mostraba muchas fallas, casi todo problema que se podía observar se había corregido y lo poco cuestionable sería un desnivel muy pequeño que Alfredo le atribuyó al simple hecho de que en esta isla sería poco probable que fuera exacta la medición del terreno, pero al menos lograba dar señal. La radio había dejado de sonar, la estática se desvaneció y no parecía haber rastro de ruido blanco. Lo que podría ser una buena noticia se tornó en un mal presentimiento que Alfredo trataba de controlar.

En la cueva en la que estaban los chicos todo se veía tranquilo, bastante normal. Samuel y Samantha se quedaron callados pensando en lo que podrían hacer ahora que se encontraban atrapados, buscar una solución simple era su actual propósito, pero ella realmente estaba aferrada a la idea de conseguir eliminar al extraño ser que acechaba los alrededores.

-Vamos, yo sé que es algo muy difícil...- Tomó una pequeña pausa al hablar en sus pensamientos. -Al menos hay que tratar una última vez antes de irnos de este lugar. Ya viste que no somos a los primeros a los que este monstruo les hizo daño, y posiblemente no seremos los últimos.- Le comentó a Samuel en sus pensamientos.

Samuel, indeciso y poniendo atención a sus vagos pensamientos escuchó a Samantha a duras penas, pero entendiendo su preocupación trató de tomar en cuenta su comentario. -Lo sé, lo sé.- Pensó con algo de nerviosismo. -Quisiera decirte que si podemos hacerlo, pero estaríamos arriesgándonos a meternos contra una cosa que literalmente puede romper la realidad. Tampoco ayuda que esta isla cambia de dimensión a cada rato y debemos aprovechar cada momento para poder salir de este lugar.- Contestó en sus pensamiento esperando que Samantha lograra escucharlo.

La rotomphone de Samuel salió del bolsillo del chico y se acomodó en su hombro, ya le había dado miedo estar en un lugar cerrado y oscuro. Samuel amablemente la acarició para demostrar que estaría bien allí, y ella le sonrió con ternura. Serena y Daniel se encontraban sentados a un lado de Samantha y Samuel, no podían saber que estaban pensando ellos dos así que se dedicaron a calmarse un poco ante la tensión de estar esperando a Alfredo sin escuchar nada aun de él. Daniel se propuso animar un poco más el ambiente, al menos distraer a sus amigos un rato evitando de cualquier forma hablar de lo que está pasando.