Capitulo 62 : " Puntada con hilo"

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Cayetana
El alcohol había hecho verdaderos estragos en mi organismo.No consigo levantarme del sillón,estaba devastada. No lloraba así desde que era una quinceañera. Dios,soy patética. Por qué no me recomponía?. 
Miro mi teléfono pensando en escribirle ,pero qué sentido tenía?. Lo único que iba a conseguir era estropear más las cosas. Ya decía yo que no debía mezclar lo profesional con lo personal. Había fallado enormemente.  No pretendía involucrarme de esta manera, simplemente había ocurrido.
Con gran esfuerzo ,me paro y camino hacia el panel donde su rostro risueño parecía retarme . Cierro los ojos y puedo recordar su risa,el sonido de su voz. Nuevamente mi garganta se cierra ante las lágrimas que seco con el dorso de la mano. Basta,soy patética. No es esto lo que me enseñaron,no estoy siendo nada profesional. Ya sabía la verdad,entonces por qué no actuaba?. Era simple: no dejaba de pensar en esa pequeña cabecita pelirroja de enfrente. Sus ojitos llorosos ,marcados de decepción se aparecen una y otra vez en mi cabeza. Le había fallado: nuevamente otra decepción en su vida que el no necesitaba. Había vuelto a levantar una muralla entre ambos que tanto me había costado derrumbar. Por qué todo tenía que ser tan difícil?.
Estando adormilada en el sillón,siento el teléfono sonar. Me levanto entre tropezones ,rogando que sea él y levanto el tubo.
- Hola!- intento contener mi ilusión pero no puedo.
- ...-
Nada. Una respiración pesada del otro lado.
- Hola?- no respondía nadie.
De repente,la escucho: esa melodía tan familiar. La canción de " Three blind mice" sonaba suavemente del otro lado. Suave,sin prisa .  Evocando recuerdos muy familiares...y desagradables.  Cómo siempre,jugando con golpes bajos,como una rata cobarde. Era el: no tenía dudas. Lo tenía,está vez lo tenía.
- Maldito lunático - musitó por lo bajo- te cansaste de estar bajo la alcantarilla, verdad?.
Siento tres golpes ,como a madera. Definitivamente seguía amando los acertijos: no había cambiado en nada.
- Ya tendrás ganas de conversar. Tenemos tanto por decirnos- lo provoco a propósito- Se que estás cerca. Y juro por dios que no volverás a joderle la vida a nadie más.
El alcohol hacia su trabajo por mi: mi lengua era como un hacha filosa que movía sin ton ni son, esperando a hacerlo caer. Pero el redoblaba la apuesta y se mantenía firme. Me lo habían enseñado,a no subestimar a tu adversario.  A mantenerte sobre la ruta que el traza hasta llevarlo al punto que tú quieres .
Siento su risa socarrona y mi sangre hierve. Aprieto el teléfono entre mis manos,con tanta fuerza como para llegar a partirlo. Imagino que es su pequeño cuello quebrándose como un simple mondadientes. Pero eso sería ahorrarle sufrimiento. Me encargaría que fuera lento, tortuoso y doloroso.
- Escúchame bien, infeliz - mi mandíbula está tan tensa que siento que va a estallar- No podrás seguir mucho tiempo más con tus jueguitos. Me encargaré de que desees no haber nacido. Y como te vea cerca de él, te arrancaré cada una de tus extremidades. Puedes hacer lo que quieras conmigo,pero no con él.
En ese momento , después de unos minutos de silencio escucho su voz por única vez.
- Buena suerte - y cuelga dejando como música  " Three blind mice" de nuevo. Era casi como una marca personal de la relación que nos unia. La interminable cacería del gato y el ratón.
Desgastada ,cuelgo el teléfono y anoto una dirección . Miro el papel entre mis manos y suelto una risa.  Ya casi te tengo.

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