¡FELIZ DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD!
Aquí les dejo mi regalito (no es un especial de san Valentín como tal, pero es lo más romántico que va de la trama... por ahora)
En fin, sigan con su lectura, ¡Y no olvide votar y comentar, los leo!
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Siempre he pensado que los ascensores son pequeños escenarios de tortura emocional.
Este en particular, con su espejo pulido y sus luces blancas brillantes, parecía empeñado en recordarme cada pequeño defecto. "No te estás esforzando demasiado, ¿Verdad?" me pregunté por enésima vez mientras ajustaba mi outfit que, según yo, daba la impresión de ser bonito, pero sólo lo necesario, y no un grito desesperado de "quiero llamar tu atención, Félix".
Suspiro y reviso por última vez mi reflejo. Mi cabello luce decentemente arreglado, pero no demasiado perfecto, estaba recién bañada y con lo que espero sea una cantidad apropiada de perfume; quiero oler bien, pero no parecer una loca que se bañó con una botella de perfume, es decir, ¿Qué loco haría eso? Seguro Félix se reiría de mí si lo hiciera.
Genial, ahora sólo tengo que actuar como si no me importara que Félix estuviera esperando abajo.
Cuando finalmente llegué al vestíbulo, ahí estaba él, impecable como siempre: camisa gris, chaleco negro y corbata perfectamente arreglada, seguramente por su madre. La luz de la mañana hacía que su cabello rubio brillara como si se tratara de un truco cinematográfico. Su mirada verde se cruzó con la mía por un segundo antes de sonreír ligeramente.
—Buenas tardes—saludó Félix, con una leve sonrisa que apenas mostraba.
—Buenas tardes—correspondí, intentando sonar tranquila, aunque mi corazón estaba corriendo una maratón.
—Qué bonita luce la tarde, ¿No creen?—la voz del señor Mattias interrumpió el momento. Siempre tranquilo, con una calma que parecía formar parte de su naturaleza, el recepcionista era el tipo de persona que notaba todo, aunque rara vez lo comentaba. Sin embargo, esta vez, había un destello de curiosidad en su mirada.
Sonreí hacia el hombre, estando de acuerdo, por suerte, hoy era un día soleado y tranquilo.
—Sí, es muy bonita...—coincidió Félix, sonando su voz casi como un suspiro. Para luego carraspear y enderezarse—La tarde... la tarde es muy bonita—volteé a verlo, ladeando mi cabeza con confusión al no entender el motivo de su aclaración.
El hombre, moreno y canoso, enarcó una ceja en su dirección y observó por unos detenidos segundos a Félix, como si no lo reconociera; siendo que ya lo conocía por la vez que se quedó conmigo en mi departamento por la fuerte tormenta.
Fue mi turno de ser inspeccionada me tensé al sentir su mirada analítica. Luego formó una "o" con sus labios y sonrió, negando ligeramente, como si le pareciera graciosa la situación.
Miré de reojo a Félix, preguntándome si él entendía algo. Él me devolvió la mirada y llevó una mano al lado de su oreja, haciendo movimientos circulares con un dedo, un gesto que decía "le patina el coco".
—¿Van a alguna parte especial hoy?—preguntó el señor Mattias con una sonrisa que no lograba ocultar su curiosidad.
—¿Perdón?—cuestionó el rubio por mí, sonando curioso por tal pregunta repentina.
—No es nada, hijo—negó el, moviendo ligeramente su mano como si no fuera nada lo que acababa de preguntar—Sólo que hoy ella se ve más radiante de lo usual, ¿Y ese aroma es un perfume de lirios o jazmín?
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𝕃𝕚𝕓𝕖𝕣𝕥𝕪 || Félix Fathom × Lectora
Fanfiction¿El inicio de un amor o el principio del fin? Ser un sentimonstruo es complicado, y más aún cuando no eres tú quien porta la fuente de tu vida. Nada podría ser peor que ser un sentimonstruo sin libertad, ¿O sí? Lamentablemente, sí. Cuando un hombre...