Nadie muere en la víspera II

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... Y es que ese temor está a diario, a cada instante, en cada momento en que nos engañamos con ratos de felicidad y carcajadas interminables que te hacen inclinar el pulso a tu favor.

Pero ella, la dama del manto negro, no está sola detrás de tu luz. Con el pasar del tiempo y la inmadurez natural de la juventud, hice cosas en las que no le tomé el peso real a la vida, ni de querer protegerla. Estuve ahí, burlándola con las caídas de altura, la intoxicación con el alcohol y las drogas, y la alocada conducción sin medir riesgos.

¿Y las voces en tu cabeza? Es otra trampa de La Parca para atraerte a su más fácil y sencilla arma: el suicidio. Esa maldita conducta impropia que en ocasiones los humanos ejecutamos, a veces sin pensar, y en otra pensándolo tanto que te da un instante para salvarte una vez más de estar en una caja de madera bajo tierra.

A pesar de ganar innumerables batallas para sobrevivir, sé que esta guerra contra la muerte la tengo perdida. Algunos se abalanzan a los brazos de ella sin querer, otros queriendo y otros nos mantenemos a raya, sin arriesgarnos para conocer cada rincón de este basto mundo.

Es así como nacen las ilusiones, los sueños, esos que alimentamos en nuestra mente, calculando cada paso para poder conseguir lo que quieres. Muchos de ellos no se cristalizarán, y es ahí donde encontramos otra seducción por parte de la 'Pelona': la desilusión de intentarlo siempre, dejando cada esfuerzo en el intento, sin ahorrar energías. Nos damos cuenta que esto es un círculo, si no lo logras, algunos se inmolarán y otros oprimimos el botón de reinicio para buscar otro objetivo, otra motivación que nos haga olvidar que estamos de paso.

¿Morir de amor? Oh, pequeña palabra con innumerables sensaciones que nos hace permanecer vivos, contando las estrellas frente a una ventana, permaneciendo inmóviles frente al mar y alimentando ese futuro incierto. Fue así como acaricié sus huesudas manos, queriéndole arrebatar la hoz para dejar atrás el dolor por un engaño. En pocas palabras, invocando su 'As' favorito, aquel aliciente inmediato con un olvido infinito.

Así como sucede con los relojes, nuestra vida no se detiene; no hay un momento para descansar a los embates de la Muerte. No salimos de un virus que se hizo pandemia y volvemos a estar frágiles con una Guerra incierta. Sé que estoy en un limbo, pero lo cierto es que una vez más, como antes de nacer, estoy inmerso en un combate diario.

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⏰ Última actualización: Feb 01, 2023 ⏰

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