𝐂𝐀𝐏𝐑𝐈𝐂𝐇𝐎𝐒𝐎 : ᵉᶜᵏᵒ ˣ ᵈᵘᵏⁱ ˣ ʸˢʸ ᵃ ˣ ᶜʳᵒ ˣ ᵏʰᵉᵃ : FINALIZADA ✅✅

Cᴀᴘʀɪᴄʜᴏsᴏ ¹

( 🌻 )

Alguien podría decirles a Matías, Mauro, Tomas, Alejo e Ivo que su relación no parecía tener sentido. Porque eran cuatro Alfas compartiendo a un solo Omega, y eso era algo que se veía muy pocas veces.

Debido a que los Alfas eran muy controladores y celosos con quienes fueran sus parejas. Y que aquellos pudieran vivir en paz con uno solo para satisfacer sus necesidades, era algo que se tenía que estudiar y analizar.

Pero bueno, eso no le importaba a los contrarios.

Porque ellos sabían cómo vivían y eran las personas más felices del mundo entero. A pesar de haber tenido un mal inicio en su relación, aunque esto solo por parte de Matías.

Debido a que aquel veía como unos pesados y creídos a los que hoy eran sus novios. Pero con el paso del tiempo, se fue relacionando con cada uno de ellos, algo que lo ayudó a descubrir muchas cosas.

Que al final se sumaron entre sí, para que cayera a los pies de aquellos Alfas que lo trataban como un rey. Los cuatro solían mimarlo, darle lindos regalos, lo escuchaban cuando tenía problemas.

Aunque lo más importante de todo, era que aquellos se lo cogían de la forma más maravillosa posible. De hecho, habían ocasiones en las que no podía decir ni su nombre o alguna palabra, en otras instancias su cuerpo no dejaba de temblar a pesar de no tener una razón aparente.

También habían ocasiones en la que su estómago se encontraba muy "inflado", y la razón de esto se debía a la exagerada cantidad de semen que recibía durante las noches. Y en más de una ocasión bromeó con que estaba embarazado, todo por la curiosa forma que su cuerpo tomaba al ser rellenado por cuatro personas.

Sin saber que aquellas bromas podían hacerse realidad, haciendo más interesante su convivencia con la manada que había formado.

( 🌻 )

— Ivooooo, quiero llevar un tarro de pepinillos. — Matías se quejaba de forma insistente con el menor de los Alfas, a quien había acompañado el día de hoy a hacer la despensa.

— No, porque en casa tenés uno que está aún por la mitad. — Ivo respondió de forma seca, ya que el otro le estaba hinchando las pelotas de una forma impresionante.

— Pero se me va a acabar pronto, y no quiero salir a buscar otro. — el morocho argumento con los labios fruncidos, haciendo que Ivo se detenga un momento para verlo.

— Para empezar, vos no salís a buscar tus antojos, normalmente somos nosotros quienes los hacemos. — le dijo seriamente.

Aunque su comportamiento no era porque quisiera ser cruel con el contrario, solo estaba siendo maduro y coherente ante la situación.

— Así que no pienso llevar otro, porque siempre que se lleva algo nuevo, vos dejas tirado lo que tenés a medias. — explica, sabiendo que sus palabras solo iban a enojar al morocho. — Y como a nadie más en la casa le gustan esas cosas, estás se terminan desperdiciando. — agrega, esperando algún reclamo por parte de Spallatti.

Quien solo lo ve serio y sin decirle nada.

Lo cual Ivo puede catalogar como una situación de peligro.

Pero nada inesperado sucedió por los siguientes tres minutos, así que el Alfa continuó con su mandado. Mientras Matías lo seguía detrás, muy pero muy detrás como si quisiera perderse de la vista del menor de su novio.

Aunque con un abultado vientre de tres meses de embarazo, aquello no era una cosa tan fácil de lograr.

¿O si?